02
septiembre 2017
271 presos yihadistas tienen un
seguimiento especial
Un
total de 271 reclusos están en la actualidad repartidos en 53 cárceles
españolas controlados de acuerdo con el Plan de Prevención de la Radicalización en
las Cárceles, que viene desarrollando el Ministerio del Interior en prisiones
desde 2014 . Por la fecha de este programa, Abdelbaki es Satty, el presunto
cerebro de los recientes atentados de Catalu- ña, se libró por los pelos de
estar incluido en este plan, ya que ese año el imán de Ripoll salió del centro
penitenciario de Castellón. Sí estuvo bajo vigilancia por el protocolo vigente
anteriormente.
En
el llamado Grupo A, en el que había 47 internos en 2014 y 149 en julio de 2017,
están los reclusos preventivos o penados por hechos relacionados con el llamado
terrorismo islámico.
El
Grupo B (9 en 2014, y 35 ahora) incluye a los internos no condenados por
delitos de terrorismo en los que se detecta una actitud de liderazgo, captador
y proselitista, que propicia a veces, mediante la presión o coacción, el adoctrinamiento.
Son los conocidos como reclutadores.
Y
en el Grupo C (87), los presos que, sin estar implicados en delitos de
terrorismo, presentan indicios de fanatismo islamista, en situaciones de
frustración personal o exclusión social, particularmente vulnerables para su
captación y radicalización.
A
todos ellos se les ha distribuido por un total de 53 centros penitenciarios.
Con ello se pretende un mejor control de las manifestaciones religiosas de
riesgo, evitar la influencia negativa que unos pueden ejercer sobre los otros y
su reducido número propicia una mejor intervención frente a eventuales
incidentes.
“Presos políticos”
Pero
hay presos como Mohamed Achraf, acusado en 2005 —entre otras cosas— de querer
volar por los aires la
Audiencia Nacional con un camión de explosivos y actualmente
interno en régimen de aislamiento en Estremera, que han mostrado su desacuerdo.
El 20 de agosto presentó una solicitud que pide que “de manera urgente junten a
los presos políticos islamistas en la misma galería, como están juntos los
presos políticos vascos”. Y añade: “En igualdad de derechos y no discriminación
(...). Mantenernos separados va contra nuestra seguridad e integridad física y
moral”. En el desarrollo de este programa de prevención, a lo largo de estos años
se han incorporado iniciativas de detección de riesgos de radicalización
difundidas por la Red
de Prevención de la
Radicalización (RAN), a nivel europeo, junto a la experiencia
penitenciaria en el tratamiento del terrorismo autóctono, aseguran desde la Secretaría de Estado de
Interior.
El
resultado, a la vista de la Dirección General de Instituciones
Penitenciarias, “es eficaz” ya que “se ha logrado la detección temprana de
fenómenos de radicalización yihadista con un aumento significativo del número
de internos en seguimiento”. Han pasado de 87 en 2014 los 271 actuales. El
sindicato mayoritario de funcionarios de prisiones, Acaip, se queja sin embargo
de la falta de acciones desarrolladas en este plan de antirradicalización.
Una
vez consolidado el protocolo de detección y seguimiento se ha establecido un
programa de tratamiento voluntario para internos yihadistas en los que se ha
observado un comportamiento radicalizado. Desde el otoño de 2016 se han
incorporado diferentes cárceles con psicólogos de Instituciones Penitenciarias.
En la actualidad participan en el programa 28 internos en siete centros
penitenciarios.
Convivencia con “escasos
incidentes”
En
cuanto a la incidencia de los presos yihadistas en la convivencia de los
centros penitenciarios, desde Interior señalan que “son muy escasos” el número
de incidentes protagonizados por este tipo de internos, lo que no ocurre en
otros países europeos en los que, aseguran las mismas fuentes, “han tenido
altercados muy graves con este perfil de población reclusa”, aseguran.
Y
señalan que, en algunas ocasiones, internos de perfil yihadista han colaborado
con los funcionarios de la institución penitenciaria para evitar algún tipo de
incidente protagonizado por otros internos peligrosos, “como ha ocurrido en el centro
penitenciario de Jaén en el mes de febrero de este mismo año”.
Opinión:
Es evidente la excelente labor de las FCSE en la
detención de posibles delincuentes, incluyendo en este caso el trabajo para
evitar la comisión de atentados. Pero también es evidente que hay que dotar de
muchos más medios a quien realiza esta labor para tener mayor efectividad…
Llevo años hablando de estos temas con amigos que
pertenecen a las FCSE y todos, sin excepción, coinciden en la importancia de
esta cuestión.
Del uso de los recursos económicos por parte de las diferentes administraciones prefiero no opinar... porque la ley Mordaza está en vigor y no quiero problemas con ciertos personajes que parecen intocables, ni con sus ángeles guardianes.
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