18
octubre 2015 (14.10.15)
“ETA no
estará derrotada hasta que sus jefes tengan un juicio de Nüremberg”
El presidente de Dignidad y Justicia quiere sentar en el
banquillo a los dirigentes de la banda acusados de lesa humanidad
Daniel
Portero, Presidente de Dignidad y Justicia
ETA mató a su padre, Luis, fiscal jefe de Andalucía,
en 2000. Desde entonces lucha contra la impunidad al frente de Dignidad y
Justicia.
Quiere sentar en el banquillo a 45 jefes de la banda
en un Nüremberg de ETA y conseguir que se investiguen 377 crímenes que
aún están sin resolver.
¿Se cree usted Gary Cooper sólo
ante el peligro con su cruzada?
Las víctimas no estamos tan solas como hace tres años.
Pero ahora que ETA ya no es el gran quebradero de cabeza de
los españoles, nadie hace caso de las víctimas…
La justicia sí. La Audiencia Nacional
ha admitido a trámite una querella por delito de lesa humanidad contra los
dirigentes de ETA. Y el Congreso hizo una declaración institucional animando a la Justicia a determinar si
fueron delitos de genocidio.
Lesa humanidad suena a nazi… ¿no es un poquito exagerado?
Es un delito del Derecho Penal Internacional tipificado
desde 1945, y contemplado en Naciones Unidas desde 1971, que podría aplicarse a
los crímenes de ETA porque suponen un ataque generalizado y sistemático contra
la población civil.
Simplemente por ser españoles.
Por no ser nacionalistas, por eso los atentados y
secuestros se puede considerar que fueron una “limpieza nacional”.
Sin embargo ETA también asesinó a ertzainas, policías
vascos.
Pero era porque los consideraba unos traidores, como le
pasó a Joseba Pagazaurtundúa, que había sido jefe de la Policía Local de
Andoain, y fue asesinado por ETA.
El problema es que el delito sólo está tipificado en España
desde 2004, con lo que la
Justicia no podrá investigar los atentados anteriores.
Hemos recurrido ante el Supremo por esa decisión de la Audiencia. Aunque
también se pueden perseguir delitos cometidos anteriormente, a través de
querellas internacionales contra ETA, como hemos hechos nosotros (Dignidad y
Justicia) denunciando a la
Mesa Nacional de Herri Batasuna ante tribunales de Argentina.
¿Por qué a la Mesa Nacional de HB?
Porque ya en 1994 abogaba por ampliar los ataques
terroristas que entonces se producían contra militares y policías hacia
cualquier ciudadano vasco no nacionalista.
O sea que tienen que irse ustedes a
Argentina para que les hagan caso…
Es paradójico, sí. Pero confiamos en lograr que, con el
delito de lesa humanidad, se sienten en el banquillo 45 dirigentes de ETA.
Aunque algunos de ellos ya hayan cumplido condena.
Serían procesados de nuevo aunque hayan cumplido condena.
Se sentarían en el banquillo sanguinarios asesinos…
Como por ejemplo Txapote, que participó en el asesinato de
Gregorio Ordóñez y fue el autor material del asesinato de Miguel Angel Blanco.
Y otros dirigentes etarras como Antxon o Txiquierdi.
Sea usted realista, ¿cree que sus querellas prosperarán?
Tengo mucha esperanza, porque ya hay precedentes. Hay ocho
sentencias en distintos países donde se han aplicado condenas por lesa
humanidad, aunque el delito no estaba incorporado a sus ordenamientos
jurídicos. Le hablo de Argentina, Chile o Turquía por ejemplo.
¿Ese será el verdadero final de ETA?
El verdadero final vendrá cuando haya justicia, pero no
habrá justicia mientras haya impunidad; y de los 858 asesinatos de ETA todavía
hay 377 casos sin resolver.
O sea no basta con que ETA deje de matar e incluso llegue a
entregar las armas.
No basta.
¿Qué más quiere usted?
Que quienes tienen responsabilidad penal por el mando de la
banda sean procesados en una macrocausa, una especie de juicio de Nüremberg
para dirigentes etarras. Entonces estará derrotada la banda.
Suena bien, pero ¿no lo ve utópico mientras los gobernantes
llamen “hombres de paz” a sujetos como Otegui?
Las negociaciones con ETA han hecho mucho daño, porque han
dado carácter político al crimen, llamando “conflicto vasco” a lo que, en
realidad, era una matanza de inocentes. Y Zapatero retrasó el final de ETA,
llamando a Otegui “hombre de paz”, entre otras muchas cosas
Por cierto, el “hombre de paz” podría pasar de la
cárcel a la candidatura a lehendakari en las elecciones vascas de 2016…
Ojalá no ocurra, sería una burla cruel. Por
desgracia existe esa posibilidad porque, según la Fiscalía General ,
la condena de inhabilitación especial no puede ejecutarse en su caso, con lo
que podría presentarse a las elecciones, cuando salga de prisión. Ya hay un
precedente, el de Iker Casanovas, que mantiene su escaño en el Parlamento vasco
a pesar de estar inhabilitado.
Otra burla cruel: las víctimas en
el cementerio y los verdugos prosperando en Venezuela.
El caso de De Juana Chaos y otros es lacerante, pero esto
no es nada comparado con lo que puede pasar.
¿Si Sánchez llega al poder?
Si Sánchez llega apoyado por Pablo Iglesias el santuario
venezolano puede convertirse en resort de lujo. Eso es lo que pasará si
termina gobernando en España Podemos con el PSOE.
¿Será PSOE con Podemos?
Es que el PSOE saldría perdiendo, además de España. El PSOE
podría verse arrastrado por Podemos, igual que le ha ocurrido al Pasok con
Syriza en Grecia. Sánchez haría mal en fiarse de Iglesias porque los
bolivarianos terminan arruinando todo lo que les rodea. Y un Gobierno
Podemos-PSOE proporcionaría un balón de oxígeno a ETA.
Durante años el balón de oxígeno se lo dieron a ETA los
empresarios con el impuesto revolucionario.
Así es. Muchos fueron coaccionados o amenazados.
De haber sido empresario en el País Vasco, ¿hubiera tenido
narices de negarse a pagarlo?
Bueno, ellos tenían la opción de irse. Y de hecho, muchos
lo hicieron.
Era una forma que tenía ETA de expulsarlos.
Claro, otro motivo por el que la banda también será
investigada por lesa humanidad. La expulsión forzosa es una de los delitos que
contempla esa figura.
¿Nunca ha tenido miedo de ser blanco de ETA?
Lo que he sentido, sobre todo, es responsabilidad. Responsabilidad
de que se haga justicia, responsabilidad ante mis hijos, y también
responsabilidad ante la memoria de mi padre.
Las del terrorismo ¿son más víctimas de Zapatero o de
Rajoy?
De Zapatero, indudablemente, por la negociación con ETA.
Pero no están muy contentas con Rajoy…
Rajoy nos ha decepcionado porque prometió ilegalizar Bildu
en su programa electoral de 2011 y no ha cumplido. Y ahora tenemos que la marca
proetarra está en el ayuntamiento de Pamplona.
Pero Interior ha detenido recientemente a la cúpula etarra.
Cierto. Pero el Gobierno ha
dejado ese trabajo para el final. Lo valoro, pero podía haberlo hecho antes.
Parece como si en la recta final de la legislatura, el PP quisiera borrar el
mal recuerdo por lo que ha decepcionado a las víctimas durante casi cuatro
años.
Y aunque haya detenido la cúpula, Josu Ternera sigue
andando suelto…
Josu Ternera es el gran
asunto pendiente, en efecto. Pero no pierdo la esperanza de que se le
termine deteniendo, antes de que acabe la legislatura. Sería el broche de oro.
¿Cree que ETA se ha salido con la suya?
Veremos que pasa en las elecciones. No sé si aguantaría
cuatro años más en la clandestinidad, caso de que el PP siguiera en el
Gobierno. El panorama es distinto si gobiernan PSOE-Podemos. En todo caso,
pende como una espada de Damocles sobre ETA las querellas por lesa humanidad.
¿Cree que son sinceros los arrepentidos de ETA?
No lo creo.
Pero han llegado a tener encuentros con las víctimas.
Esas víctimas creo que tienen el síndrome de Estocolmo. Yo
a los etarras con delitos de sangre les considero asesinos.
¿Es imborrable esa mancha? ¿qué más les piden las víctimas?
Que colaboren con la justicia y delaten a los etarras.
Qué son los etarras: ¿separatistas armados, delincuentes
comunes, psicópatas, asesinos con coartada política?
Psicópatas. Y la coartada es irreal, una locura.
PNV, PSOE, ¿cómplices del crimen?
El PNV está manchado, salpicado por la sangre, creo que es
cómplice del delito de lesa humanidad. Y el PSE, el PSOE de Euzkadi, también,
por mirar para otro lado.
¿Nacionalismo igual a violencia?
Igual a… quizá no; pero
cómplice sí, porque si el nacionalismo no consigue sus objetivos por vías
pacíficas suele recurrir a la violencia.
¿Y el PP?
Antes no, en la época de Mayor Oreja o María San Gil. Ahora
tiene una actitud pasota, no se moja.
No sólo no se moja sino que la presidenta del PP vasco,
Arantza Quiroga, parece que tiene síndrome de Estocolmo…
No creo que tenga mala
intención al no pedir la condena expresa a ETA, pero no se da cuenta de que la
palabra “condena” es algo inamovible. Que no debe rebajar ni una sola sílaba en
la palabra “condena”.
¿Aunque desapareciera ETA?
Aunque desapareciera.
¿Y entonces por qué Quiroga…? Ella sabe perfectamente qué
es el terrorismo.
Pero ha demostrado que la
memoria del terrorismo se termina perdiendo.
Otro personaje controvertido es el juez Pedraz que ha
archivado el auto contra Zapata por los twitts contra las víctimas del
terrorismo…
Pedraz tiene
comportamientos diferentes en función de la causa que pasa por sus manos.
Debería ser más ecuánime.
¿Discrimina a las víctimas por motivos ideológicos,
personales… o por qué?
No lo sé. Solo sé que su
actitud me entristece como ciudadano y como víctima. A veces creo que las
víctimas le resultamos molestas. No entiendo por qué no ha aplicado el artículo
578 del Código Penal, que castiga “con la pena de prisión de uno a dos años” a
quienes humillen a las víctimas del terrorismo.
¿Hay vida después del odio?
Yo no tengo odio. Pero si rabia porque no se haga justicia.
Vió vd. “Ocho apellidos vascos”…
La ví… y me reí.
Reírse es sano.
Es una terapia, verlo con distancia. Y sobre todo darse
cuenta de que la violencia no conduce a nada.
Y reírse de ellos, ridiculizar a los violentos ¿es sano?
La verdad es que la película sentó muy mal en el entorno
etarra. No les gustó que el ayuntamiento de Leiza (Vizcaya) diera permiso para
rodarla allí y meses después al alcalde de Bildu presentó su dimisión.
Tres pistoleros de ETA mataron en 2000 a su padre, fiscal jefe
de Andalucía, a la puerta de su casa… ¿él tenía miedo? ¿creía que le podía
pasar algo así?
Cuando mataron a la fiscal Carmen Tagle, en 1991, le
pregunté eso exactamente y me dijo que era muy difícil que le pasara. Pero
también me dijo que si ETA se fijaba en un objetivo iban a por él.
¿Cómo se enteró usted de la muerte de su padre?
Yo estaba nadando en la piscina y mi tío Francisco, alcalde
de Málaga, fue el que me lo dijo.
¿Comó reaccionó usted?
Clavé las rodillas en el suelo y me quedé hecho polvo.
¿Cuál fue la última vez que vió con vida a su padre?
Dos días antes, el 7 de octubre en el santo de mi madre,
Charo, estuvimos toda la familia celebrándolo.
¿De dónde saca la fuerza para salir adelante e incluso para
su cruzada contra ETA?
De la fe en Dios y de la familia. Mi labor al frente de
Dignidad y Justicia es algo que debo a la memoria de mi padre, y pensar eso me
da fuerzas.
¿Ha hablado con los asesinos de su padre?
No, ni quiero, no tengo nada que decirles. Ni con ningún
otro terrorista, ni con arrepentidos. No tengo cuerpo para ello.
¿Qué aprendió de su padre?
A pesar de mis errores, creo que he aprendido de él lo
mejor: sus valores, sus convicciones, su actuación profesional.
¿Qué es lo que más echa de menos?
Oír su voz.
¿Qué ha aprendido de las víctimas del terrorismo?
De algunas de ellas cosas maravillosas de coraje y energía.
No es nada fácil ser víctima, tienes que ser psicológicamente muy fuerte.
Un ejemplo de energía…
El de Antonio Salvá Verd, padre de uno de los dos guardias
civiles asesinados por ETA en Mallorca, en 2009. Presentó conmigo la querella
por lesa humanidad en la
Audiencia. Tiene energía positiva, e incluso una alegría que
desborda hacia los demás. Para mi es todo un ejemplo.
Cuando se escriba la Historia , ¿ETA será la gran mancha que empañó
estos últimos 40 años desde la
Transición ?
La gran mancha de la Transición fue, a mi juicio, la amnistía general,
porque metía en el mismo saco a presos políticos y a delincuentes. Aquello
propició la concurrencia de Herri Batasuna a las elecciones. Yo a la amnistía
la llamo la primera negociación con la banda terrorista.
Usted es Premio Nacional de Ingeniería ¿qué es más difícil:
construir un túnel de cristal subterráneo o deconstruir a ETA?
Lo primero era complicado, pero llegué a hacerlo. Pero
deconstruir a ETA es más largo y difícil. Sin embargo, desde hace tiempo me
consuela, al menos, una certeza
¿Cuál?
Saber que ahora se puede acabar con ETA.
Opinión:
Guardo una buena relación con
Daniel Portero, especialmente desde que reconoció su grave error de poner a
Francisco José Alcaraz como Presidente de la nueva AVT, allá por 2003
aproximadamente.
No voy a opinar sobre sus
respuestas en la entrevista porque cada víctima puede opinar lo que le parezca,
solo faltaría. Otro tema es que lo haga desde la vertiente de representante de “LAS”
víctimas pero Daniel no lleva esa línea y, evidentemente, la representatividad
de la asociación Dignidad y Justicia abarca a 26 miembros (según cifras del
propio Ministerio del Interior).
Pero si he publicado esta
entrevista es con el único objetivo de decir públicamente lo que ya le he dicho
en privado: definir a las victimas que hemos mantenido encuentros con los
terroristas como enfermos de Síndrome de Estocolmo me parece una muestra de ignorancia
y desconocimiento. Porque mi amigo Daniel Portero de la Torre es ingeniero pero no
es ni psiquiatra ni psicólogo. Por eso, para los y las que hablan sin saber,
recomiendo la lectura del siguiente articulo de la mejor especialista en el
tema, con 23 anyos de experiencia, publicado en El Periódico de Catalunya el 24
de junio de 2012.
“La
ignoracia es atrevida”
La
primera vez que vi cara a cara a una víctima del terrorismo fue hace 20 años.
Reconozco y recuerdo el impacto que me produjo cuando me enseñó el injerto que
le vestía la piel. La que le quemaron un 19 de junio de 1987 en los almacenes
Hipercor. A lo largo de este tiempo, le he visto muchos gestos. Ante mí y ante
otros. Ante políticos, periodistas, médicos forenses, policías, niños, actores,
estudiantes y jueces. Ante su mujer y sus hijos. Ante tantas y tantas otras
víctimas del terrorismo. Gestos alabados y criticados. Gestos de alguien que
convirtieron la palabra terrorismo marcada a fuego, en la decisión diaria de
hacer algo, lo que fuera, por unirla a la palabra Dignidad.
Cuando
conocí a Roberto Manrique, me habló de dignidad. Y de justicia. Y
mientras una psicóloga como yo, recién licenciada, le ofrecía mi solidaridad
para ayudarles, el tiempo me reservaba descubrir otras caras, demasiadas,
marcadas como sólo el terrorismo puede hacer.
Y
de tantos y tantos gestos, en aeropuertos y trenes compartidos, en hospitales y
en púlpitos, en tanatorios y homenajes; de tantas palabras dichas y tantos
silencios por cada atentado…reconozco y recuerdo el impacto de una frase en
plena calle, de un gesto nuevo que sólo le vi una vez: ”Sara, he rebut una
carta de caride”. Y como, al igual que el valor en la mili, la experiencia se
me debe suponer, puedo asegurarle al sr. Jiménez Losantos y a otros que
parecen opinar igual, que no vi ningún signo, como asegura, de Síndrome de
Estocolmo o de ganas de venganza en él. Porque nunca existieron. Como nunca
existieron en otra de las víctimas que también quiso participar en este
“espectáculo grotesco” del que habla Don Federico. Serían otros. Pero no esos.
Y con todo el respeto que se merecen todos los que han pedido lo mismo… ellos
sabrán.
Llevo
20 años oyendo a otros que no son Víctimas del terrorismo hablar sobre lo que
ellos sienten. Sobre lo que necesitan. Sobre lo que piensan. A opinar por ellos
y en nombre de ellos. A tantos que no tienen ni idea de lo que cuesta conseguir
tal distinción o que alardean y abusan de tenerla por representarles. Pero mi
estrado está en un despacho con tres sillas y una mesa. Y nunca fue mi trabajo
otro distinto del que mi profesión me propone. Pero hoy, como psicóloga, me
permito contestar a quienes se atreven a hacer patología de un derecho
inalienable: al uso de su libertad. Al derecho a su intimidad para no relatar
los detalles de lo que hablaron con el asesino, aunque eso desgraciadamente no satisfaga
el morbo público. Que de eso, saben bien.
Roberto
Manrique se ha ganado la maldita fama de ser una víctima conocida. Pero no hay
medalla que no devolviera, ni artículo escrito ni programa al que acuda que no
borrara de un golpe si con ello pudiera volver a Hipercor ese día y coger el
micrófono que cambió la voz de Serrat por los rugidos del infierno. Y sé que no
se limitaría, simplemente, a no cambiarle el turno a un compañero por librarse
de su mala suerte.
Sé
porqué Roberto fue a verle. Y sé por qué ese hecho ha trascendido tánto. Como
también sé que ese día, el etarra miraba al suelo cuando quien no fue más que
un objetivo para él le habló con el gesto del ave fénix que emergió de las
cenizas. No buscaba respuestas. Probablemente, lo que pretendía tuvo mucho que
ver con la palabra Dignidad. Con la palabra Justicia. Con qué si no.
Ser
Víctima del terrorismo es una circunstancia. Una sangrante circunstancia. No
les convierte en seres con pensamientos unánimes, con igual opinión. Cómo
pueden creerse eso. Y si realmente quieren apoyarles, empiecen por entender,
respetar y defender su individualidad en sus actos personales. Que todos los
que fueron, como él, en un acto de propia voluntad, lo que menos merecen es que
se dude de su salud mental. Perdida sin más entre objetivos terroristas y
simples objetivos de un interés político. Objetivos al fin. Como si de eso, no
hubieran tenido también ya suficiente. Por una vez, hablen con prudencia los
tentados de titulares. Vengan de donde vengan. No habrá mejor homenaje.
Es
fácil. No hace falta recurrir a manuales diagnósticos de trastornos mentales.
Basta con consultar en Wikipedia para diagnosticar el verdadero Síndrome de
Estocolmo de Roberto Manrique.
Cuando
los delincuentes se presentan como benefactores, en la víctima puede nacer una
relación de complicidad como agradecimiento y acabar ayudando a sus captores en
alcanzar sus fines.
La
diferencia es que, Roberto sigue llamándole terrorista, que su complicidad y
agradecimiento fue impedir que se le acercara un metro y que si, como los de
otros, su gesto y síndrome lejos de perjudicar, acaba ayudándonos a todos, a
las víctimas que hablaron con el asesino y a las que no irían jamás..gràcies,
company.
Sara
Bosch.
Psicóloga
especialista en Víctimas del terrorismo
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