15 octubre 2015
Arantza
Quiroga, una política a contracorriente y un liderazgo en cuestión
Ha recorrido
20 años de carrera política en las peores circunstancias posibles
Arantza Quiroga ha abandonado la Presidencia del PP
vasco tras dos años y cinco meses de lucha a contracorriente, con un liderazgo
siempre en cuestión, por sacar al partido de la trinchera de la resistencia
contra ETA y situarlo en un nuevo papel más activo en la búsqueda de
convivencia.
Un empeño que materializó de la
manera más arriesgada en la moción para crear una ponencia por la convivencia
presentada hace una semana y retirada un día después tras las críticas vertidas
desde su propio partido y desde el entorno de las víctimas de ETA.
Arantza Quiroga (Irun, 1973) es joven para presidir un partido, y más para dejar de hacerlo, pero en
absoluto inexperta, ya que ha recorrido 20 años de carrera política en las
peores circunstancias posibles.
Generación del 95
Pertenece a la generación de
políticos del PP vasco que dieron un paso adelante en 1995 espoleados por el
asesinato de Gregorio Ordóñez, el carismático presidente del PP de Gipuzkoa, el
aldabonazo que la llevó a asumir cargos públicos cuando hacerlo en Euskadi
significaba situarse en la primera línea de fuego de ETA y renunciar a la
libertad.
Quiroga asumió el reto a la vez que
un grupo de jóvenes militantes que hoy están situados en los cargos de máxima
responsabilidad del partido en Euskadi y que, hasta el momento, han estado de
acuerdo con ella al detectar la necesidad de adoptar un nuevo papel político en
una sociedad que aprende rápido a vivir sin ETA.
Otra cosa es que compartan la forma
en que Quiroga ha pretendido situar al PP como llave del desbloqueo de la
política vasca, con un texto que buscaba un posible acuerdo con todos los
partidos, incluido EH Bildu, en el que no figuraba la condena expresa a ETA,
aunque su objetivo más importante era la "deslegitimación
definitiva del terrorismo".
Las críticas, desde su propio
partido y también desde algunas asociaciones de víctimas de ETA, fueron
inmediatas y muy duras y la reacción de Quiroga fue la de recluirse en un
prolongado silencio que ha desquiciado al PP vasco durante una larga semana.
Mandato difícil
Nada ha sido fácil en el mandato al
frente del PP vasco de una Arantza Quiroga que ha ido planteando -y, hasta hoy,
ganando- pulsos desde
que fue designada por su antecesor, Antonio Basagoiti, como su sustituta, en
mayo de 2013.
El primero, muy sonoro, consistió
en prescindir
del anterior secretario general, Iñaki Oyarzabal, para
sustituirlo por una persona de su confianza, Nerea Llanos, una decisión que le
costó un agrio enfrentamiento con un PP alavés dirigido por el hoy ministro de
Sanidad, Alfonso Alonso.
Este pulso lo ganó Quiroga en el
congreso del 8 de marzo de 2014, cuya celebración para investirse de
legitimidad significó un paso de riesgo para la hasta hoy presidenta.
De hecho, el 14 Congreso Regional
del PP vasco la eligió -era la única candidata- con el 72,8 % de los votos, el
respaldo más bajo que cosecha un presidente popular en Euskadi en los últimos
20 años.
El propio congreso del Kursaal
constituyó un trago amargo para la presidenta, quien contempló con una mezcla de
emoción y estoica resignación un buen número de enfáticos gestos de desagravio
dirigidos a Oyarzabal, por momentos convertido en auténtica estrella del
congreso.
Entre tanto ruido, el mensaje de
Quiroga en el congreso pasó desapercibido: prometió impulsar un partido
renovado, capaz de dialogar y pactar para tener influencia en la sociedad y
actuar como garante de un "relato verdadero" tras el fin del
terrorismo, un afán en el que ha dejado sus últimas fuerzas como presidenta del
PP vasco.
Otro órdago lo lanzó Quiroga para imponer a la cabeza de lista del
PP en San Sebastián, al colocar a Miren Albistur en sustitución de Ramón Gómez, al que
apoyaba el presidente popular en Gipuzkoa, Borja Sémper.
Licenciada en Derecho, Quiroga
comenzó su carrera política con 19 años. Se afilió a las Nuevas Generaciones
del PP y fue elegida concejal en su localidad natal en 1995, tras las
elecciones municipales celebradas pocos meses después del asesinato de Ordóñez.
Tres años después, en las
autonómicas de 1998, salió elegida parlamentaria vasca, cargo que ha mantenido
durante las últimas cuatro legislaturas.
Presidenta en el Parlamento Vasco
En 2009, tras el cambio de Gobierno
y la elección del primer lehendakari socialista, Patxi López, el presidente del
PP de Euskadi, Antonio Basagoiti, se decantó por ella para presidir el
Parlamento Vasco, merced al acuerdo alcanzado con el PSE.
Su ascenso en el seno del partido
fue paralelo a la asunción de responsabilidades públicas. Primero en la
ejecutiva de Gipuzkoa y después en la dirección autonómica, donde fue primero
vicesecretaria general, ocupó después una de las dos vicepresidencias y en mayo
de 2013 fue designada presidenta por el acuerdo de los principales dirigentes
del partido, tras la marcha de Basagoiti.
Hija de un vallisoletano que llegó
al País Vasco con 14 años y de una vasca que sabía y hablaba euskera, Arantza
Quiroga ha logrado compatibilizar su intensa carrera política con la
creación de una familia numerosa, ya que es madre de cinco hijos, todos ellos
varones: Andrés, Pablo, Álvaro, Pedro y Jesús.
Opinión:
Pasaré por encima de las intrigas
personales en el interior del partido Popular porque no es de mi incumbencia y
porque ya hay quien se dedica a hablar sobre esa cuestión, aunque me molesta que se hable de terrorismo
en su vertiente partidista y no como un problema social. Y este ha sido el “error”
en el caso de Arantza Quiroga, intentar aportar a su propuesta el hecho
innegable de que el terrorismo tiene un componente de problemática social que
molesta a mucha gente de su partido creyendo que el reconocer la existencia de
ese componente exime de poder tener su uso y rendimiento político y electoral.
No iba a opinar sobre la noticia
como tal y mas cuando Lourdes Pérez me parece una periodista con un enorme conocimiento
y una larga experiencia. Pero al leer la noticia vuelvo a encontrarme con las
tres letras que mas me molestan: “desde el entorno de LAS víctimas de ETA”.
Otra vez lo explico. No discutiré
que hay un entorno en relación a, NO “LAS” víctimas de ETA sino de víctimas de
ETA. Así, sin mas, sin el consabido y archiutilizado artículo femenino plural
que aporta la idea de que “LAS” víctimas de ETA compartimos ese entorno o
pensamos o estamos representadas o coincidimos... en una única manera de pensar
y de actuar.
Estos últimos días he hablado con
mas de 30 víctimas del terrorismo y, aunque todas coincidimos en la misma opinión,
jamás me atrevería a decir que “LAS” víctimas del terrorismo dicen, hacen o
piensan de tal o cual manera... 28 años de experiencia me dan para saber que la
pluralidad ideológica existe en todos los colectivos, incluso en el de víctimas
del terrorismo.
Como ejemplo: hay víctimas que entendemos perfectamente
el planteamiento ofrecido por Arantza
Quiroga y no coincidimos en absoluto con el “entorno de LAS víctimas de ETA”.
Para nada. En absoluto.
Y sino, un ejercicio de memoria.... que alguien me
explique la diferencia entre las conversaciones en Ibeas de Juarros entre los
tres emisarios del GOBIERNO ESPAÑOL con Herri Batasuna (recuerdo que ese
GOBIERNO decía que Herri Batasuna era lo mismo que ETA). Estas reuniones
ocurrieron en 1998, cuando ETA estaba plenamente activa. Hoy en 2015, cuando se
van a cumplir 4 años del “cese definitivo” del terrorismo es poco menos que un
crimen que la presidenta del PP vasco plantee una propuesta para hablar con
Bildu...
Arantza Quiroga, gracias al menos por intentarlo. Creo que es una muestra de honestidad que, cuando no te dejan trabajar como crees que es mejor para la sociedad o cuando cuatro recién llegados te quieren dar lecciones de lo que no saben ni han vivido, lo mas digno es marcharse. Lo se por propia experiencia.
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