01 octubre 2015
El exjefe del CNI dimitió por el uso partidista de los papeles del
11-M
Dezcallar presentó su renuncia por la desclasificación selectiva de
informes secretos para lavar la imagen de Aznar
El entonces director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI),
el diplomático Jorge Dezcallar, presentó la dimisión al presidente en
funciones, José María Aznar, el 18 de marzo de 2004, solo una semana después de
los atentados del 11-M, en protesta por la desclasificación “parcial y
selectiva” de informes del servicio secreto. El objetivo de esa
desclasificación, según Dezcallar, era culpar al CNI de que el Gobierno
mantuviera hasta el último momento y contra todas las evidencias la atribución
a ETA de la autoría del mayor atentado de la historia de España.
“Fue la
gota que colmó el vaso”, ha explicado Dezcallar en conversación con EL PAÍS. La
desclasificación de las dos notas (una de las 15.51 del 11 de marzo, que
consideraba “casi seguro” que el atentado era obra de ETA; y otra del día 12,
que valoraba un presunto comunicado reivindicativo de Al Qaeda) causó un
“profundo malestar” en el centro, al que puso en una “situación límite”, ya que
quebró la confianza de los servicios aliados y de los propios agentes. Y eso no
por interés en conocer la verdad, “sino para salvar la imagen personal de un
presidente”.
La presentación de su dimisión
—que por primera vez ha hecho pública en la autobiografía Valió
la pena, editada por Península— tuvo que hacerla por teléfono, ya
no que no consiguió que Aznar le recibiera. Tras una “tensa y desagradable
conversación”, desistió porque no quería dar la impresión de que “abandonaba un
barco que se hunde” —el PP ya había perdido las elecciones— y porque aún
estaban libres los ejecutores del 11-M, “y la prioridad era capturarlos”.
El día 12
ya había pensado en presentar su dimisión, aunque no llegó a hacerlo. “Me sentí
engañado y manipulado al servicio de torpes maniobras partidistas”, confiesa. La Cadena SER había
difundido una información según la cual el CNI había abandonado la pista etarra
para centrase en la islamista y desde Moncloa le llamaron para exigirle, en
nombre de Aznar, que saliera en televisión a desmentirla. Dezcallar le contestó
que entre sus funciones no figuraba la de hacer declaraciones, pero accedió a
difundir un comunicado en el que aseguraba que el CNI no había “abandonado
totalmente” ninguna línea de investigación.
Entre otras razones, porque Aznar le ordenó indagar en la colaboración
entre yihadistas y etarras en prisión, aunque el CNI la descartaba.
Peor aún
es que Moncloa empujara a Dezcallar a mantener viva en público la autoría
etarra cuando ya estaba descartada. El director del centro acudió por la tarde
a Interior para entregar un informe sobre la pista islamista al ministro Ángel
Acebes y al secretario de Estado, Ignacio Astarloa. Ninguno le dijo que ya
habían sido detenidos los primeros sospechosos; entre ellos, tres marroquíes.
“Yo no estaba en el círculo íntimo del partido donde se tomaron esos días todas
las decisiones”, recuerda.
De hecho,
el CNI fue excluido de la investigación y no se le invitó a ninguna reunión
hasta el día 16, después de exigirlo reiteradamente su jefe. Los espías se
enteraron por televisión de la aparición de la furgoneta con una cinta con
aleyas del Corán.
“El
Gobierno trató el asunto como un problema de partido [...] Este tratamiento
llevó al PP a pensar que, si el atentado lo había cometido ETA, podría
revalidar su mayoría absoluta”, recuerda Dezcallar en su autobiografía. “Cuando
se dio cuenta de que no era necesariamente así, intentó mantener la duda hasta
el día 14” ;
la jornada electoral.
Pero ya
el 13 por la mañana, antes de que se produjeran las detenciones y pese a su
marginación, el director del servicio secreto le había dicho textualmente al
presidente: “El asunto huele a islamista que apesta”.
Opinión:
Qué lástima que este señor no se
atreviera a denunciar estos hechos cuando se llevaba a cabo el juicio por los
atentados del 11 de marzo de 2004, o incluso antes. Aunque ya lo dice el refrán...
“mas vale tarde que nunca”... he hablado hoy con algunas víctimas de esos atentados
y puedo asegurar que no se sienten reconfortadas en absoluto.
Como mucho, ha podido comprobar
que toda la estrategia periodística y partidista que se cebó de forma mísera y
rastrera con ellas se está desmontando como un castillo de naipes... aunque
tantos años de mentiras no podrán olvidarlos nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario