23 octubre 2015 (20.10.15)
El fin de la banda terrorista ETA: cuatro años de silencio y una
reconciliación bloqueada
Las asociaciones de víctimas mayoritarias exigen un rechazo rotundo a la
violencia rotundo
1.461
días después de anunciar el "cese definitivo de su actividad armada",
la banda terrorista no se ha disuelto y tampoco existe proceso de paz. La
llegada del PP al poder en 2011 paralizó las conversaciones para conseguir un
desarme ordenado y el reconocimiento mutuo de las partes. E. Piñeiro,
sindicalista: "Quiero dejarlo atrás, pero no a cualquier precio" | B.
Ventura, periodista: "Se habla de cosas que antes eran imposibles".
Cuatro años sin el temor a un atentado; cuatro años sin sobresaltos al oír la sirena de una ambulancia y sin titulares que produjeran escalofríos; pero también, cuatro años sin un solo avance en el camino de la reconciliación del País Vasco. ETA anunció el 20 de octubre de 2011 el "cese definitivo de su actividad armada" con el objetivo de buscar una solución "justa y democrática" a lo que denominó como "el secular conflicto vasco" -para las víctimas, 40 años de muerte-. En esa comparecencia, los portavoces de la banda terrorista invitaron a España y Francia a un "proceso de diálogo directo" con el objetivo de construir "un escenario de paz y libertad". Hoy, 1.461 días después, las sociedades vasca y española y siguen esperando que alguien cruce la puerta, tome la silla y se siente a la mesa de la reconciliación. Ni víctimas ni verdugos han olvidado, pero comienzan a reconocerse como interlocutores. El Estado, sin embargo, ha aparcado la cuestión, que queda en la mesa para el próximo Gobierno. Estas con las cuentas pendientes del fin de ETA.
Cuatro años sin el temor a un atentado; cuatro años sin sobresaltos al oír la sirena de una ambulancia y sin titulares que produjeran escalofríos; pero también, cuatro años sin un solo avance en el camino de la reconciliación del País Vasco. ETA anunció el 20 de octubre de 2011 el "cese definitivo de su actividad armada" con el objetivo de buscar una solución "justa y democrática" a lo que denominó como "el secular conflicto vasco" -para las víctimas, 40 años de muerte-. En esa comparecencia, los portavoces de la banda terrorista invitaron a España y Francia a un "proceso de diálogo directo" con el objetivo de construir "un escenario de paz y libertad". Hoy, 1.461 días después, las sociedades vasca y española y siguen esperando que alguien cruce la puerta, tome la silla y se siente a la mesa de la reconciliación. Ni víctimas ni verdugos han olvidado, pero comienzan a reconocerse como interlocutores. El Estado, sin embargo, ha aparcado la cuestión, que queda en la mesa para el próximo Gobierno. Estas con las cuentas pendientes del fin de ETA.
Desarme
ETA escenificó un simulacro de
entrega de su arsenal el 21 de febrero de 2014. La Comisión Internacional
de Verificación formada por políticos de seis países recibió cuatro armas de
fuego inutilizadas y 16,5 kilos de material para fabricar explosivos. El
Gobierno se limitó a exigir la disolución definitiva de la organización. La Gendarmería francesa y
la Guardia Civil
hallaron el 28 de mayo de 2015 un depósito con pistolas, revólveres, material
explosivo, placas de matrícula y troqueladoras en Biarritz. ETA lo calificó de
"golpe" al proceso de paz. Detenciones > Las fuerzas de seguridad
han mantenido la presión sobre los miembros de la banda desde 2011. Egoitz
Urrutikoetxea, hijo del histórico 'Josu Ternera', fue detenido el pasado 6 de
octubre en Saint Denis. Formaba parte de la cúpula desarticulada 18 días antes
con la detención de Iratxe Sorzabal y David Pla. Al menos cinco miembros del
aparato logístico cayeron en el mes de julio. Otras tres personas fueron
capturadas en mayo al destaparse un zulo en Biarritz. En total ETA cuenta con
menos de 20 militantes operativos en su núcleo duro. La banda ha asegurado
recientemente que "mantiene todos sus compromisos" con la paz pese a
las detenciones. Condena de la violencia > Los partidos abertzales EA,
Aralar y Alternatiba, antecesores de los actuales Bildu y Amaiur, trasladaron
en diciembre de 2011 a
las víctimas su "pesar" por el dolor causado y su intención de
"restituir los derechos vulnerados" en una declaración en la que
también condenaban la "guerra sucia" ejercida por los estados español
y francés. El acto se repitió en febrero de 2012. Arnaldo Otegui, aún en
prisión, pidió "disculpas" en septiembre de 2012 si, como portavoz de
Batasuna, había añadido "un ápice de dolor, sufrimiento o
humillación" a las familias de los damnificados por ETA.
Las organizaciones de víctimas más
reticentes continúan exigiendo que ETA no equipare a sus caídos con los civiles
y que condene en firme el uso de la violencia antes de disolverse y de que sus
mandos huidos se entreguen para cumplir íntegramente las penas que les impongan
los tribunales.
Reconciliación
Bildu y Amaiur son, hoy, los
representantes del movimiento abertzale en las instituciones. "El trato
con ellos ha sido más o menos bueno. Hemos tenido sorpresas muy positivas,
aunque también te encuentras con personas que no reconocerán jamás lo que han
hecho", explica a 20minutos Ester Piñeiro, sindicalista guipuzcoana
vinculada a Gesto por la Paz
hasta su extinción. "Hay convivencia y la tensión se ha rebajado mucho,
pero porque el tema se omite. Lo que ha ocurrido en el País Vasco durante 40
años es demoledor. Yo también quiero dejar aquello atrás, pero no a cualquier
precio. Necesitamos un paso adelante, que no se oculte la historia. Estoy
frustrada porque en estos cuatro años esperaba algo y no ha ocurrido
nada", lamenta.
Borja Ventura, periodista, narra en
el libro 'Guztiak' (Libros.com, 2015) cómo ha evolucionado la sociedad vasca en
los últimos años a través de 17 entrevistas con los protagonistas del
conflicto. "Lurdes Auzmendi, expareja de 'Pertur' -miembro de ETA
asesinado en la
Transición- se echó a llorar cuando empezó a hablarme de
todo. Josean Fernández, al que yo consideraba un arrepentido de ETA, aseguraba
que volvería a actuar como lo hizo en las mismas circunstancias. Joseba
Permach, dirigente de EH Bildu, reconoce que fueron insensibles con el dolor
ajeno", resume.
Dispersión
La vuelta de los presos de ETA al
País Vasco es uno de los puntos fundamentales para iniciar el proceso de
normalización. "Mikel Buesa, expresidente del foro de Ermua y hermano del
asesinado Fernando Buesa, admite que el fin de la dispersión es factible. El PP
no la ha iniciado porque tiene un compromiso ideológico y otro formal con el
núcleo duro de sus votantes. El problema para el resto de partidos es que es
una medida con alto coste de imagen que solo puede ejecutarse con mucha
pedagogía.", explica Borja Ventura.
Solución
Todos los actores esperan un
proceso de paz, pero ninguno de los implicados sabe cuándo empezará. Las
posiciones, en cualquier caso, siguen distantes. "Ni la izquierda
abertzale ni las víctimas son bloques homogéneos. Una cosa son los asesinos,
donde hay arrepentidos; otra, los que les han jaleado y otra, la representación
política que ha comenzado a hacer autocrítica", señala Ventura. "Hay
víctimas que tienden la mano. Otras exigen el cumplimiento íntegro de las penas
y una petición de perdón sin paliativos. Hay miedo a darle ventaja al otro, a
hacer concesiones. La sensación es que hoy, en Euskadi, se habla de cosas que
antes eran imposibles, pero cuando bajas la guardia vuelve a florar el dolor y
te das cuenta de que las heridas siguen abiertas", concluye.
Opinión:
Solo me gustaría aclarar dos
conceptos del artículo. El primero tiene relación con la frase “las
organizaciones de víctimas más reticentes continúan exigiendo que...” y el
segundo con la frase “las asociaciones de víctimas mayoritarias exigen un
rechazo rotundo a la violencia rotundo”.
Por partes.
¿Cómo se puede saber cuales son las
asociaciones de víctimas más reticentes si no se consulta la opinión a sus
miembros?
El redactor que habla de
asociaciones mayoritarias ¿ha tenido el detalle de revisar o conocer las cifras
que se manejan desde el Ministerio de Interior?
Y si seguimos esa línea de otorgar
una representatividad, siendo muchas mas las víctimas que no nos sentimos
representadas por ninguna asociación ¿podríamos decir que somos la “mayoría
silenciosa”? Mayoría sí y silenciosa también, porque nuestras voz y opinión ni
siquiera se nos pregunta.
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