sábado, 19 de noviembre de 2016

19 noviembre 2016 (2) La Razón (opinión)

19 noviembre 2016 



Irene Villa
Estimado Jaime Peñafiel:

Leí estupefacta tus palabras hacia mí en tu subsección «Sube-Baja». La verdad, nunca imaginé estar ahí, y menos viniendo de ti. Fui la única que «bajó»: «Por dejarnos a tantos y tantos como sufrimos con ella, lo que vulgarmente se dice con el culo al aire, al declarar que los crueles tuits del impresentable Guillermo Zapata, por los que se sienta en el banquillo, no le afectaron. Quienes te queremos no entendemos tu actitud».
Quienes me quieren no solamente entienden mi actitud sino que admiran que sea capaz de separar lo que requiere atención de lo banal. Si siendo una adolescente no dejé que me afectaran esos chistes de mal gusto, comprende que, a punto de cumplir los 38, me resbalen por completo. Aprendí a no dar poder sobre mí a cualquiera. Permíteme ejercer mi libertad de sentimientos.
Por cierto, esa inteligencia emocional que nos ayuda a ser felices con muy poco es la que trato de contagiar en mis conferencias, aquí y fuera de España. Y es que las empresas han comprobado que la toxicidad de los empleados supone un gran freno a su rendimiento.
Tengo claro que no ofende el que quiere sino el que puede. Y tú sí que has podido, porque te considero una persona a la que escuchar y porque, además, no hablas a través de un chiste (que puede reproducirse con maldad o simplemente con sorna o ironía), sino que lo haces apelando a la razón y con los cinco sentidos puestos en una publicación que leen miles de personas. Menos mal que la mayoría sabe que no he dejado «con el culo al aire» a nadie, sino que lo único que hago es ignorar lo que creo que no debe condicionar mi vida.
Quienes me quieren saben que siempre quise mantenerme al margen de toda esa polémica porque no quería que se me utilizase para dar bombo a algo que no tiene importancia más allá del humor negro. Aprovecho para decir a todos los ofendidos por el dichoso chiste: perdón por no ofenderme.

Opinión:

Cuando Irene Villa y su madre sufrieron el atentado desde la antigua AVT nos volcamos en su asistencia, como con el resto de víctimas. Desde entonces he tenido más contactos (tampoco muchos) con María Jesús, su madre, pero como víctima he ido siguiendo sus opiniones (como las de todas las que se han atrevido a hablar en los medios).
En todos estos años solo he mostrado mi disconformidad con Irene tras lo sucedido en una jornada de víctimas en Valencia, por la intervención de algunas víctimas en la ponencia de Gregorio Peces-Barba. Aunque no llegaron a un diez por ciento de la asistencia total, aquellas actitudes no me gustaron y así lo dije en su momento.
Pero esa situación no empaña que siempre he reconocido la valía de Irene. Por ello entiendo perfectamente la opinión que ahora ha publicado.
Y, por cierto, las víctimas o “víctimas” que hace unos días opinaban sobre el tema ¿qué dirán ahora? Aunque les publiquen las mentiras que algunas se inventan, ¿se enfadarán con el único medio que les da voz, que s precisamente “La Razón”?

Y me alegra mucho que Irene Villa haya tenido derecho de réplica, como debe ser. A otros no nos lo han permitido nunca.

Otro pequeño detalle: cuando me hablan de Irene Villa siempre me acuerdo de Isabel Porras, la niña a la que amputaron la mitad de una pierna. También le asesinaron a su hermana. El papá de ambas niñas era Guardia Civil en el cuartel de Vic. Es la niña que aparece en la fotografía “icono” del atentado en brazos de un compañero de su padre.

Un abrazo para ellos.

Y me alegro de que Irene Villa

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