30 mayo 2025
El
imán de una mezquita en Marsella (Francia) condenado a seis meses de prisión
condicional por «apología del terrorismo»
Un
imán controvertido de Marsella, mencionado en un reciente informe sobre la
Hermandad Musulmana, ha sido condenado a seis meses de prisión condicional por
«apología del terrorismo». La sentencia se ha dictado tras una publicación en
la red social X relacionada con el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 en
Israel. El Tribunal Penal de Marsella también ha impuesto al imán Ismail, cuyo
nombre real es Smaïn Bendjilali, una multa de 2.000 euros y una suspensión de
cinco años de sus derechos civiles.
El
imán fue declarado culpable de republicar en julio de 2024, en su cuenta con
10.800 seguidores, un video acompañado de un comentario que calificaba el
ataque terrorista del 7 de octubre como un acto de «defensa propia». Sin
embargo, fue absuelto respecto a otra publicación donde compartió un video que
acusaba a soldados israelíes de torturar a un palestino, acompañado del
comentario: «Daesh, al lado, son niños de coro».
Tras
conocerse la sentencia, el imán ha declarado a la prensa que planeaba retomar
«con orgullo» sus funciones de predicación a partir del viernes siguiente.
«Compartir un contenido no significa estar de acuerdo con él, y yo no apoyaba
esos comentarios», ha reiterado, tal como lo había hecho durante la audiencia
en marzo. Además, ha denunciado que «si defiendes a los palestinos, te acusan
de antisemitismo o terrorismo» y ha asegurado que «no nos harán callar».
Asimismo,
el imán ha criticado «la incompetencia del Gobierno, que no sabe dónde
situarnos: salafismo o herrismo, cuando son trayectorias opuestas…». Así, ha
añadido con ironía que ahora se le acusa de «entrismo» incluso por sus acciones
sociales y caritativas, y ha denunciado que «nos ponen una diana en la
espalda». En este contexto, ha considerado que «este informe genera sospechas
contra los musulmanes” y que «la dirección que está tomando el gobierno actual
es muy preocupante para el futuro».
Opinión:
Pues solo queda esperar que, cuando sea puesto en
libertad, no tenga la intención de venir por aquí cerca y haga como otro que
acabó en Ripoll. Más que nada porque, en la actualidad, todavía no se piden los
“certificados de penales” a los imanes que puedan predicar en nuestro país.
Y tampoco estaríamos preparados para atender a las más que
probables víctimas.
¿Se me entiende?
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