miércoles, 27 de julio de 2016

27 julio 2016 (24.07.16) (2) Diari de Tarragona (entrevistas y artículo)

27 julio 2016 (24.07.16)



El miércoles se cumplieron 20 años del suceso y aún no se ha capturado a los autores
“Es injusto el olvido del atentado de 1996 en el aeropuerto de Reus”

Las víctimas. Una bomba de ETA causó más de 40 heridos. Entre ellos, la niña Irene Guinart, su madre y su abuela. “Una cosa así te destroza la vida”, dice hoy Irene.
Juan José Mateos, otro de los afectados, necesitó ayuda psicológica.


‘Te destroza la vida’, dice Irene Guinart, la niña herida en el aeropuerto por una bomba en 1996 junto a su madre y su abuela. Juan José Mateos, guardia civil, se acaba de retirar por las secuelas


Julio 1996. Sara Bosch, Robert Manrique, Isabel Montell e Irene Guinart en sala hospital

Irene Guinart Montell ha sido madre hace tres meses. Desde Castellvell del Camp revive ahora sensaciones en su bebé, con el deseo de protegerle y de evitarle aquel sufrimiento que trastornó su infancia y que dio un vuelco de 180 grados a su vida. «Dicen que de esperanza se vive… Así que pienso positivamente que mi pequeño y el resto de niños de la nueva generación tengan esa paz y felicidad, ya que a muchos de nosotros nos fue arrebatada», confiesa ella, que procura rememorar lo mínimo, aunque esta semana haya sido inevitable reparar en su recuerdo más doloroso: el miércoles, 20 de julio, se cumplieron 20 años del atentado de ETA en el aeropuerto de Reus.

Ella, que contaba apenas con nueve años, resultó herida junto con dos miembros más de su familia, su madre, Maribel Montell Lorenzo, y su abuela, María Lorenzo Mielgo. Fueron tres de los más de 40 heridos que provocó aquella bomba ubicada en una papelera, que vino a torpedear la campaña de verano en el corazón turístico de la Costa Daurada.

A la pequeña Irene le estallaron los tímpanos. Trozos de metralla se clavaron por su cuerpo. Las marcas aún jalonan sus brazos o sus piernas, mientras ella, lentamente y a duras penas, ha podido salir adelante. «Puedo decir que físicamente he quedado bastante bien después de todo lo que pasé», confiesa. Aquellas heridas tardaron en curarse, pero lo hicieron. Más costó restablecerse emocionalmente. «De la parte psicológica no puedo dejar de pensar en cómo hubiera sido la vida sin haber sufrido ese atentado».

La familia Guinart Montell estuvo siempre marcada por aquella barbarie de ETA. «La verdad es que me ha quedado esa nostalgia, de si mi madre seguiría aquí con nosotros. Ella nunca levantó cabeza. Para la familia ha sido muy duro», cuenta. Su madre, Maribel Montell, era trabajadora de la limpieza en el aeropuerto. Sufrió heridas graves en las piernas pero pudo recuperarse del percance, tras mucho tiempo de lucha. Falleció hace un par de años, y lo hizo, como buena parte de los heridos, con la sensación de olvido. María Lorenzo, la abuela, tiene 85 años y vive en Zamora.

‘No es justo este olvido’

«No es para nada justo que un atentado con 40 heridos no haya sido recordado. Aunque por fortuna no hubo ningún muerto, las víctimas seguimos aquí en este mundo, y nos merecemos el mismo trato que el resto. No debería quedar ninguna víctima en el olvido», reclama. Sólo el anuncio del cese de la violencia por parte de la banda terrorista ETA, en octubre de 2011, ha aliviado algo el espíritu. «Es difícil saber con exactitud si habrá o no nuevos atentados. Lo único que puedo decir es que espero que no. No me gustaría que otras familias pasaran por lo mismo que ha pasado mi familia. Es muy duro. Te destroza la vida totalmente», asegura.

Juan José Mateos tenía 22 años y estaba en su primer destino como guardia civil tras salir de la academia. Natural de Ciudad Rodrigo (Salamanca), había elegido como destinación Tarragona, atraído por la costa. «La verdad es que me acuerdo del atentado muy a menudo. Hasta hace un tiempo no me gustaba hablar del tema. Me venía abajo. Si no te tratan psicológicamente, las secuelas te pueden durar mucho tiempo», explica ahora, mientras digiere con pesar su retirada obligada del cuerpo. «Te van aconsejando que te busques algo más acorde a tu situación, hasta el punto de que estoy prácticamente jubilado. Tengo una incapacidad total. Me ha costado mucho superarlo, porque yo estaba aquí, en esta profesión, por pura vocación. He pasado por un psicólogo para que me abriese la mente», asume.

Juan José reside ahora en el País Vasco, donde dos décadas después intenta sobrellevar las consecuencias de aquella bomba que, según sus palabras, «ha marcado para siempre mi vida».

Juan José, después dedicado de pleno a la lucha antiterrorista, era apenas un chaval cuando le tocó afrontar la jornada más difícil de su vida. «Era un día normal, cuando a partir de las seis de la tarde recibimos una llamada de la central. Había una amenaza seria de bomba. Nunca te lo acabas de creer del todo, aunque en aquellos años era bastante usual. Supervisamos el vestíbulo del aeropuerto, con las nociones que podía tener yo, un chaval de 20 años».

«No vimos nada –continúa– en esa revisión más superficial. Seguimos explorando. Hablé con Isabel para supervisar el baño de señoras. Ella iba a acceder primero para comprobar que no hubiera nadie, y luego entraría yo, para no intimidar a nadie con el uniforme. Ya no dio tiempo a nada más. Cuando ella entraba, explotó una papelera metálica que había en el hall, y que hizo de cañón. Impactó en el techo, que se hundió».

Juan José quedó inconsciente, mientras Maribel yacía en el suelo, herida en las piernas, en mitad de una gran nube de polvo. «Cuando empiezas a ver algo, ves a mucha gente por el suelo, fue un caos total. Me acabé incorporando, pero pensando que en cualquier momento me iba a desvanecer y me podía morir», recuerda. Juan José sangraba por la boca y por los oídos. Tenía algunos cortes leves en el cuello: «En realidad no sabes nunca bien lo que te pasa, estás como en una nube».

Con los tímpanos reventados, no fue revisado a fondo hasta varios días después. «Aquel mismo día fuimos al hospital, pero estaba tan saturado por todos los heridos, que no nos quedamos, porque preferimos que se diera prioridad a los civiles. Los siguientes días seguí trabajando hasta que me obligaron a pasar un reconocimiento. Me acabaron operando tres veces», explica.

Como en el caso de Irene, las secuelas mentales fueron, en ocasiones, más complicadas de encarar. «Recuerdo que un tiempo después volví al trabajo, al mismo aeropuerto de Reus. No fue un trauma, eso viene después. Necesité luego ayuda psicológica. No dormía, estaba muy alterado, tenía siempre mal humor, sufría ansiedad. Estaba enfadado hasta conmigo mismo. En todas las revisiones médicas que me hice nunca consideraban ese factor psicológico. Siempre quieren darte de alta para que vuelvas a trabajar». Juan José Mateos permaneció destinado en la provincia (en concreto, su puesto estaba en Vila-seca y La Pineda) hasta enero de 1998. «Quería entrar en el grupo antiterrorista y me mandaron a Burgos», cuenta. Allí desarrolló su carrera, básicamente en la persecución y la batalla contra la banda terrorista ETA. El atentado y las secuelas no le amilanaron en las operaciones más crudas y delicadas contra los terroristas, hasta que la pérdida de capacidades (básicamente, la audición) han provocado su retirada prematura, a los 43 años, que asimila como puede mientras denuncia olvido y dejadez: «Las instituciones te abandonan siempre. Las víctimas de las fuerzas de seguridad somos de tercera o de cuarta categoría. Como sigues trabajando, se creen que estás bien. El propio Ministerio pasó olímpicamente», cuenta.

Ahora, con las incapacidades reconocidas, podrá recuperar indemnizaciones y el desembolso en su recuperación. «Sólo el último audífono me costó 6.000 euros», ejemplifica, siempre crítico: «Luego surgió gente que ni se sabía que hubiera estado en el aeropuerto aquel día. Aparecieron en partes y condecoraciones. A nosotros no nos dieron nada, ni las gracias, ni se preocuparon, y fuimos los que nos comimos aquel atentado de lleno». Parte de esos recuerdos y ese pensamiento lo desglosa Mateos en el libro Los verdugos voluntarios, su crónica personal sobre la historia de ETA.


20 años de olvido

Robert Manrique (Delegado en Cataluña de la Asociación Víctimas del Terrorismo 1990-2002)
Artículo firmado también por la Familia Guinart-Montell y Juan José Mateos Sanjosé

Se cumplen 20 años de un atentado con más de 40 afectados. ¿Bombay? ¿Bruselas? ¿Londres? ¿Niza? ¿Lahore? ¿Damasco? ¿Homs? ¿Nueva York? No. Fue en una ciudad que en 1996 contaba con más de 90.000 habitantes, capital del Baix Camp. Hablamos de Reus.

En el aeropuerto ETA perpetró un atentado que afectó directamente a 45 personas, entre ciudadanos británicos y españoles. De ellos, cuatro turistas tuvieron que ser atendidos en centros hospitalarios, además de las trabajadoras del aeropuerto y dos miembros de la Guardia Civil. La noche de aquel sábado, el domingo y los días sucesivos estuve, como delegado en Catalunya de la antigua AVT, en los hospitales junto a Sara Bosch, la primera psicóloga que en Catalunya mostró el suficiente interés para dedicarse a atender a víctimas del terrorismo. Y así estuvimos durante años.

Tres generaciones de la misma familia fueron heridas. Irene, la hija de Maribel. Maribel, la hija de María. Y la propia María, por tanto abuela de Irene. También los dos Juan José, Martínez y Mateos. Años de discusiones y asesoramiento con las periciales médicas en Tarragona y Barcelona, visitas a Joan XXIII y al Sant Joan, los trámites de las indemnizaciones que correspondían por las secuelas deseando que las investigaciones dieran fruto y los autores fueran detenidos, juzgados y a ser posible condenados.

Pero han pasado 20 años y todavía no hay resultados porque es uno de los numerosos atentados de la banda terrorista pendientes de captura de los responsables. Y no queremos pensar que esto sea porque fue un atentado en el que ‘solamente’ hubieron heridos. La casualidad fue la única responsable de que no hubiera víctimas mortales. Pero una vez recordados tantos años de sufrimiento, el tema es otro. Vemos actos y homenajes en los que el recuerdo es para una sola víctima. Contemplamos atónitos cómo se destinan partidas de 40.000 euros para fundaciones a nombre de una víctima concreta... Nadie se acuerda de aquellos que hemos sufrido atentados que para algunos no merecen ni un triste recordatorio. En 2006 celebramos un acto de homenaje con la asistencia de algunas personalidades reusenses. Ahora vemos que altos cargos políticos se ofrecen a asistir a otros homenajes cuando el rédito es importante y la foto es imprescindible.

De nosotros, 20 años después, nadie se ha acordado, nadie ha pensado en un ramo de flores. Ninguna fundación, ni asociación, ni entidad, ni administración. Tanto desde la comarca o de Andalucía y el País Vasco habríamos acudido sin dudarlo porque también somos víctimas del terrorismo.


Isabel, “in memoriam”.

27 julio 2016 El Periódico de Catalunya (opinión)

27 julio 2016



Se avecinan tiempos difíciles
Eligen Francia porque constituye un laboratorio idóneo para su estrategia: dividir a todo un país frente al terror

Andreu Claret (Periodista)

El último atentado cometido en Francia es tan elemental en su ejecución como endemoniado en su planificación. Degollar a un sacerdote de 84 años, en una diócesis de provincias está al alcance de cualquier malnacido. No requiere más que un  incubado durante años de salafismo medieval, un cuchillo y una operativa suicida que llevó a los dos terroristas a salir al atrio de la iglesia sabiendo que iban a ser abatidos. Hasta aquí, el acto criminal de dos 'soldados' de Estado Islámico (EI) que seguían la consigna dada en el 2014 por el portavoz de la organización, Abu Mohammed al Adnani: «Si podéis matar un impío norteamericano o europeo, y especialmente un malévolo e inmundo francés (…), hacedlo de la manera que podáis. Rompedles la cabeza con una piedra, degolladles con un cuchillo, atropelladles con un coche o envenenadles».
Sin embargo, no creo que asesinar a un sacerdote francés mientras oficiaba haya sido solo una idea de estos dos desgraciados. Más bien parece fruto de una decisión estratégica de profundo alcance. Matar para provocar el terror y para fracturar nuestras sociedades. Para provocar una reacción social contra la comunidad musulmana que dé una dimensión social al conflicto. Conseguir que esto ocurra constituye el objetivo político principal de EI.
La fobia de Al Adnani contra los franceses es instrumental. Táctica. Otros países han sido más activos en los bombardeos. ¿Por qué Francia? Porque constituye un laboratorio ideal para poner a prueba esta estrategia. Los yihadistas llegaron a esta conclusión cuando vieron lo que ocurrió en el 2012, cuando Mohammed Merah mató a siete personas en Toulouse, entre las cuales tres niños de una escuela judía. Vieron a un país dividido como ningún otro frente al terror. Saben que esta división es el primer paso para provocar la ruptura social a la que aspiran.

Fractura social

Este nuevo crimen no ha sido una casualidad. La muerte del párroco se produce en una sociedad traumatizada por los 230 muertos de los últimos cuatro años. En Alemania o en el Reino Unido, los atentados dan alas a la extrema derecha. Pero en ningún otro país existe una división tan profunda, que no solo es política sino también social. Francia es la sociedad más dividida. Y nada podía dividirla más que un atentado tan simbólico, cometido en un templo católico. Marine Le Pen, que cada año honra a Juana de Arco, no ha tardado ni tres horas en tuitear: «¡despertad franceses!». Y Nicolas Sarkozy, que tanto contribuyó a agitar el avispero libio, ha reclamado dejar de lado 'las argucias jurídicas'. Sin un palabra de apoyo a la acción del Gobierno. Sin ninguna apelación a la unidad. Otra victoria para EI.
Lo ocurrido en las últimos semanas, en Orlando, Niza, Bagdad o Ansbach, prueba que EI vuelve a sus orígenes. Multiplica los atentados a medida que su Califato pierde territorio. Ante esta situación, lo primero que debiera decir cualquier político que no pretenda pescar en río revuelto es que vendrán tiempos difíciles. Van a proliferar los intentos de golpear a nuestras sociedades. Con modalidades diversas. Activando lobos solitarios y planificando actos de mayor envergadura.
No será fácil actuar para las policías ni para la justicia, cuya acción, por supuesto, tiene que mejorar. No se entiende, por ejemplo, que uno de los asesinos de Rouen estuviera solo sometido a vigilancia con una pulsera, después de haber intentado viajar a Siria. La acción contra EI tiene muchas dimensiones. Pero todas fracasarán si proliferan soflamas que dividen en busca de cuatro votos. Porque la división y la fractura serían una victoria para los terroristas.

Opinión:

Sinceramente, cuando leo que cometer un atentado “tan elemental en su ejecución como endemoniado en su planificación. Degollar a un sacerdote de 84 años, en una diócesis de provincias está al alcance de cualquier malnacido” no veo la diferencia entre el asesinato de un sacerdote y el de cualquier ciudadano a causa de los atentados de las bandas terroristas de ETA o de GRAPO.
Para asesinar de un tiro en la nuca o ametrallando un coche solo hace falta el deseo de matar al prójimo despojándole de su calidad de ser humano. Lo mismo que realizan los “soldados” o los “lobos solitarios” o como queramos llamar a estos asesinos.
Que estos atentados sean un motivo para el resurgir de la extrema derecha tampoco es ninguna sorpresa. Ya lo vivimos en este país llamado España cuando ciertos personajes (escudándose en “las” víctimas del terrorismo) organizaron manifestaciones “supuestamente contra ETA” que derivaron en encuentros de ciertas ideologías radicales.

Por suerte, muchas víctimas vimos la estrategia mucho tiempo atrás…

martes, 26 de julio de 2016

25 julio 2016 (2) ABC (opinión)

25 julio 2016



Querido Nacho:

Hoy se cumplen 30 años de tu heroica muerte en acto de servicio como consecuencia de una bomba-trampa colocada por la banda terrorista ETA. Tenías 27 años y toda una vida por delante. Siempre admiramos tu abnegada vocación militar de servicio a España, reforzada tras el asesinato de nuestro padre, ocho años antes y a manos de la misma banda asesina. Parecía imposible que esto nos pudiera volver a suceder, pero ocurrió. No nos resignamos a aceptar que el sacrificio de tantas personas como tú fuese en vano. Sin embargo, la derogación de la doctrina Parot, el paseo de Otegui por las instituciones europeas, avalado por partidos supuestamente democráticos, y otros tantos hechos bochornosos que hemos padecido nos hacen pensar que España ha perdido la memoria de lo que aconteció durante casi cuarenta años. Nosotros nunca te olvidaremos y seguiremos luchando por el reconocimiento, la memoria y la justicia para todas las víctimas. Te queremos mucho.

María Jesús Mateu Istúriz


Opinión:

Siempre he dicho que los políticos hacen las leyes y por ello, aunque en algún aspecto legal de la carta no puedo estar de acuerdo porque la legislación está para ser cumplida, he publicado esta carta porque me consta que hoy, un buen amigo mío Guardia Civil víctima de un atentado en Reus hace veinte años, mencionaba en una red social el recuerdo a quien fue su “hermano mayor” en la AVGAR.

Pues por mi parte, aunque no soy miembro de las FCSE sino un simple y humilde civil, me uno a ese recuerdo porque creo que todas las víctimas deberíamos ser iguales, pero quiero hacer mención también que no existe ninguna asociación de víctimas “civiles” del terrorismo aunque no puedo decir lo mismo de la existencia de una asociación de víctimas de los CFSE… lo cual considero una lástima… pero ¿quién permite esa división?

25 julio 2016 El Mundo del Siglo XXI

25 julio 2016

Venezuela da largas con el etarra De Juana Chaos
El Supremo pide ahora a la Fiscalía que le busque donde El Mundo le localizó hace un año



El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela se ha declarado «imposibilitado» para tramitar la solicitud de extradición del etarra José Ignacio de Juana Chaos presentada por España. La Sala Penal ha llegado a esa conclusión tras comprobar que el terrorista no se encuentra en ningún centro penitenciario del país y que no está siendo investigado en Venezuela.
«Visto que no ha sido posible ubicar al ciudadano José Ignacio Juana de Chaos [sic] dentro del territorio de la República Bolivariana de Venezuela, corresponde a la Sala archivar el expediente contentivo de la presente solicitud de extradición, la cual podrá ser reactivada, en caso que conste la información certificada de que la persona requerida efectivamente ha sido detenida y presentada ante las autoridades judiciales de nuestro país».
En la misma resolución adoptada el pasado 1 de julio, el magistrado Maikel Moreno insta a la Fiscalía venezolana a que «gire las instrucciones pertinentes y se realice la búsqueda y localización» de De Juana Chaos. Lo hace casi año y medio después de que el El Mundo localizara de forma precisa al terrorista. Los datos fueron comunicados oficialmente al Ministerio de Exteriores de Venezuela en julio del año pasado. En concreto, la embajada de España informó que De Juana «ha sido visto en una licorería llamada Falcón FJJ, CA, ubicada al final de la C/ Zamora, a escasos 25 metros del malecón, en la localidad de Chichiriviche del estado Falcón en Venezuela».
Este diario publicó el 18 de febrero de 2015 una fotografía de De Juana a las puertas de la licorería. Ahora la Fiscalía venezolana ha recibido el encargo de comprobar si aún sigue allí. «Esta Sala, a fin de mantener la cooperación internacional en la lucha contra el delito, insta al Ministerio Público para que gire las instrucciones pertinentes y se realice la búsqueda y localización del ciudadano José Ignacio de Juana Chaos [...] requerido por el Reino de España, con el objeto de continuar con el procedimiento».

El Tribunal Supremo de Justicia explica que la presencia de De Juan es «imprescindible», según la legislación del país, para adoptar una decisión sobre la entrega. La Audiencia Nacional reclama al etarra por un delito de enaltecimiento del terrorismo, por sus declaraciones tras salir de prisión después de cumplir la condena por 25 asesinatos. 

24 julio 2016 (2) lainformación.com (opinión)

24 julio 2016



El 'EI' asesina al menos a 80 personas en dos atentados suicidas en Afganistán



24 julio 2016 El Periódico de Catalunya (opinión)

24 julio 2016



¿Sociópatas solitarios o yihadistas?
Los lobos solitarios no existen, son todos miembros de una misma manada ideológica

Lo ocurrido ayer en Múnich nos recuerda que vivimos en un mundo complejo. No todo es Estado Islámico y yihadismo. A veces es la extrema derecha o un perturbado con acceso a armas de fuego. Sucede a menudo en EEUU.
John Tures, profesor de Ciencia Política en Georgia, sostiene que los lobos solitarios no existen. Cita a Theodore Kaczinsky, llamado "Unabomber", como único caso reciente de lobo solitario: persona que actúa sola, tanto en sus acciones como en los motivos que las impulsan. Kaczynski, un licenciado en Harward que decidió vivir en la montaña sin luz ni agua, envió entre 1978 y 1995 dieciséis cartas bomba a universidades y líneas aéreas causando tres muertes. Era su protesta contra la sociedad tecnológica. Le capturaron gracias a un exceso narcisista: se comprometió a no enviar más bombas si "The New York Times" y el "The Washington Post" publicaban su manifiesto. Su hermano reconoció la letra.
En el caso del terrorismo islámico impulsado por Daesh/ISIS tenemos dos patrones: atentados cometidos por células (comandos en el argot del terrorismo clásico) y los que actúan solos, sin conexión jerárquica aparente con una organización de la que se cree no recibieron órdenes. Serían los casos de Orlando, Niza y Wurzburgo, entre otros. Todos pertenecen, o creen pertenecer, a una manada ideológica.
Partimos de una premisa intelectual demasiado optimista: siempre es posible una cierta cantidad de prevención, aunque sea mínima, incluso en el caso de los que están dispuestos a inmolarse. Para lograrlo son necesarios los medios adecuados, la información precisa y saber meterse dentro de la cabeza del terrorista para anticipar sus acciones. La radicalización de los atacantes de París y bruselas los era conocida por la policía, que no supo/pudo actuar de manera preventiva. Aún no sabemos a qué nos enfrentamos.
Existen hechos objetivos: muchos de los soldados del Estado Islámico han nacido en Europa de padres o abuelos que emigraron en los tiempos del nacionalismo árabe. Se agolpan en barrios marginales atrapados por el fracaso escolar, un desempleo estructural y la exclusión social. El barrio bruselense de Molenbeek fue la base  de las últimas células yihadistas. Gran parte de su red de apoyo, financiera, espiritual y armada, sigue activa. Son barrios fuera de la ley repletos de personas inocentes.

Escasez de traductores

Tras el 11-S en EEUU, la comisión especial que investigó lo ocurrido sugirió cambios en las agencias de espionaje. Uno de los errores más graves, que también afectó a España en el 11-M, fue la escasez de traductores de árabe. De nada sirve tener ojos y oídos dentro de ese mundo radicalizado, si no entendemos lo que dicen.
Como sociedades democráticas hemos aceptado recortes y mirado para otro lado en los casos de torturas. Acatamos la cantinela de que estamos en guerra y la seguridad está por encima de la libertad. La escucha masiva denunciada por Edward Snowden ha estado más centrada en el espionaje industrial de los aliados que en la captura de terroristas. ¿Y ahora qué hacemos con toda esta parafernalia si los que nos atacan son locos solitarios que se radicalizan por Internet?
El atacante de Niza, Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, no estaba fichado como un posible islamista, ni siquiera como una persona en riesgo de radicalizarse. Su familia asegura que era bebedor y no pisaba la mezquita. Tenía problemas psiquiátricos y era un tipo violento: un psicópata. ¿Quién podría imaginar que alquilaría un camión y lo lanzaría contra una multitud? Según el fiscal llevaba meses llaneándolo y tenía cómplices. 

Efecto imitación

La OMS recomienda no informar de los suicidios porque está probado que existe un efecto llamada, un rapto en la imitación. Quizá esté pasando lo mismo con este tipo de perturbados que ven en la bandera del ISIS una fuente de pertenencia, una salida llamativa a su infierno particular.
¿Cómo prevenir este tipo de ataques? ¿De qué sirve todo el teatro de la apariencia de seguridad y los bombardeos sobre Siria? ¿Cómo saber que un hombre con un historial de violencia machista era un homosexual que rechazaba su sexualidad? En EEUU está por medio el asunto de las armas. Niza nos demuestra que basta un camión, la voluntad y la oportunidad para matar de manera masiva.
Quizá deberíamos reflexionar sobre el efecto llamada del exceso de información no comprobada. Múnich fue en ejemplo de todo lo que no se deben hacer los medios. Tal  vez ha llegado el momento de hablar de sociópatas y no de yihadistas. Manuel Valls, el primer ministro francés, es uno de los propagadores del incendio. Su última ocurrencia es que nos debemos acostumbrar a convivir con el terrorismo. Se refiere a nosotros, claro, a los contribuyentes, a los votantes, porque personas como él tienen garantizada la seguridad y el salario de por vida.

Opinión:

Aparte de discutir (o no) lo apropiado de hablar de “lobos solitarios”, siempre me surge la misma pregunta referida a la legislación española. Si un “lobo solitario” atentara ¿sería considerado como atentado terrorista? Puedo asegurar que la propia administración española (la que decide en este tema) no lo tiene nada claro.
En Cataluña hemos sufrido casos de descerebrados que atentaban poniendo bombas en sucursales bancarias y los heridos que causaron no fueron reconocidos como “víctimas del terrorismo”. Mientras hay gente que se dedica a asistir a recepciones, a actos y a salir en la foto con sus políticos preferidos, un servidor y alguna otra víctima llevamos años denunciando esta situación... a la que todavía no hay respuesta.


Luego será tarde.

Aunque siempre nos quedará Marcelo para que guíe a alguno...

23 julio 2016 (3) noticiasdegipuzkoa.com

23 julio 2016

Cuarenta años después, ¿dónde está Pertur?



Han pasado cuatro décadas desde la desaparición del joven dirigente de ETA pm Eduardo Moreno Bergaretxe y las preguntas siguen siendo las mismas: ¿Quién lo secuestró y asesinó? ¿La extrema derecha o sus compañeros?
Cuarenta años de un sufrimiento apenas soportable de familia y amigos, incrementado por tenues esperanzas; cuatro décadas de incertidumbre, silencio cómplice, impunidad y casi nula voluntad de esclarecer la desaparición forzada del joven dirigente de ETA político-militar Eduardo Moreno Bergaretxe Pertur, posiblemente secuestrado, asesinado y enterrado desde 1976 en un lugar desconocido tras haber acudido a una cita trampa en Behobia.
Desde aquel 23 de julio, las preguntas -obvias- solo han encontrado indicios, hipótesis y conjeturas, pero ninguna respuesta: ¿Dónde está Pertur? ¿Quién lo asesinó e hizo desaparecer? ¿Por qué?
En estos cuarenta años, han sido dos -con algunas derivadas cada una de ellas- las hipótesis fundamentales, basadas ambas en serios indicios, aunque en último extremo sean contradictorias. La primera (y que se manejó desde el principio) hace recaer la autoría en los servicios policiales españoles, bien directamente o bien mediante agentes encubiertos, como miembros de la extrema derecha española o neofascistas italianos. La segunda achaca la desaparición de Pertur a sus propios compañeros de militancia, en concreto a los comandos Bereziak, con quienes el joven dirigente de ETA pm mantenía serias discrepancias ideológicas, de disciplina y sobre el futuro de la organización y de la utilización de la lucha armada y con quienes poco antes había tenido un oscuro episodio en el que lo tuvieron retenido -“arresto domiciliario preventivo y aislamiento”, lo calificó Eugenio Etxebeste Antxon- durante los dos días previos a una asamblea. Aunque de ambas hipótesis hay sospechas, pistas, declaraciones e indicios consistentes y argumentos plausibles, lo cierto es que en todo este tiempo no ha aparecido una sola prueba. Y nadie que conozca la verdad y su paradero ha roto su silencio.
Curiosamente, el auto del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu de septiembre de 2012, en el que decretó el sobreseimiento de las actuaciones tendentes a esclarecer los hechos, coincide, pese a las evidentes diferencias en cuanto a la solvencia de las pesquisas, con las conclusiones casi idénticas a las que llegó la dirección de ETA pm tras la “investigación interna” que llevó a cabo poco después de la desaparición de Pertur.

ETA y Andreu

“Hemos de decir que a pesar de que se nos han presentado numerosas pistas o indicios, tanto en una dirección como en la otra, no se han podido reunir elementos de juicio ni pruebas para formular una acusación concreta”, concluía el escrito de la organización armada en 1976. El juez Andreu, por su parte, tras cuatro años de intensa investigación y toma de declaraciones de testigos y de formular “hipótesis que no dejarían de tener una base lógica sobre lo sucedido a Eduardo Moreno”, concluye en 2012 que “de lo actuado no se desprenden indicios suficientes como para imputar a persona o personas determinada alguna como responsable de la desaparición” de Pertur.
“A mí nadie me puede sacar de la conclusión de que fueron sus propios compañeros, más en concreto los Bereziak”, asegura Gorka Knörr, amigo personal de Moreno Bergaretxe y de su familia. El que fuera secretario general de EA, que en aquellos años 70 empezaba a despuntar como cantautor, afición que al inicio compartió con Pertur-“Eduardo me enseñó los primeros acordes a la guitarra”, afirma-, relata la premonitoria conversación que tuvieron la última vez que le vio con vida pocos días antes de su desaparición. “Era junio y fui a cantar a San Juan de Luz y Pertur vino a verme. Después del recital, mi madre y yo le llevamos en coche a la estación y allí, al despedirnos, mi ama le dijo: A ver si nos vemos pronto al otro lado y él respondió con una frase llena de enigma y que me ha perseguido todos estos años: No lo sé, Teresa, porque con estos burros puede pasar cualquier cosa. Eso lo recuerdo como si lo estuviese escuchando hoy”, cuenta Knörr.
Pertur, un ideólogo pese a sus 25 años, estaba en aquel momento redactando junto con Javier GarayaldeErreka la ponencia Otsagabia, que, ante los cambios y posibilidades abiertas tras la muerte de Franco, apostaba por el desdoblamiento de ETA pm, con la creación de un partido político dirigente -que posteriormente se tradujo en la creación de EIA, embrión de Euskadiko Ezkerra- y relegando la lucha armada a un papel secundario, lo que chocaba con la opinión de otros dirigentes y losBereziak capitaneados por Miguel Ángel Apalategi Apala y Francisco Mujika Garmendia Pakito. El enfrentamiento interno era radical, brutal.

 “Bestias”

Esta versión de la “persecución” que sufría Moreno Bergaretxe dentro de ETA coincide plenamente con la carta que Pertur envió a su novia, Lourdes Auzmendi, solo doce días antes de que se le perdiera la pista para siempre. En ella, califica a algunos de sus compañeros de “bestias” que han hecho de ETA “un Estado-Policía, donde cada uno sospecha del vecino y este del otro” y donde hay “auténticos histéricos que no ven sino conspiraciones por todos lados”. En la misiva, confiesa no sentirse bien ante la “dinámica que tiende a eliminar rivales políticos, no por medio del debate político, sino a través de sucias maniobras en nombre de la disciplina, la seguridad, etc.”
Asimismo, en su declaración ante el juez Andreu, la novia de Eduardo Moreno afirmó que en una ocasión habló con un exmiembro de ETA que coincidió con Apala en Nicaragua, quien le contó que a Pertur le habían secuestrado ellos, le habían matado y le habían tirado al mar.
El hecho de que la última vez que se le vio con vida a Pertur fuera dentro de un coche precisamente con Apala y Pakito, quienes presuntamente le llevaban -conscientemente o no- a la cita trampa de la que jamás regresó, han abonado la tesis de la autoría de ETA. “En mi fuero interno lo sé y nadie me ha dicho que no fueran Apala y Pakito los responsables. Siempre he sabido que lo han celebrado como si hubieran sido”, aseguró Auzmendi tras su declaración al juez.
ETA, sin embargo, siempre ha negado su autoría. El exdirigente Eugenio Etxebeste Antxon, que también declaró como testigo en la Audiencia Nacional, afirmó que la organización armada no tenía nada que ver con la desaparición de Pertur, de la que responsabilizó a los servicios de inteligencia españoles.

Duro golpe

Fuera quien fuera el autor, la desaparición y muerte de Pertur fue un duro golpe dentro de la organización, al menos para el sector partidario de la línea aperturista que lideraba Moreno Bergaretxe, que, pese a todo, logró que se aprobara la ponencia Otsagabia en la VII asamblea de ETA pm celebrada en septiembre de 1976.
“Su desparición truncó en cierto modo esa nueva perspectiva que vislumbraba Pertur, aunque nunca podremos saber qué hubiese ocurrido bajo su liderazgo. Con el paso del tiempo, su apuesta ideológica política se ha visto digna de mérito”, señala José Manuel Bujanda Bixar, que estuvo con Moreno Bergaretxe en la clandestinidad.
Bujanda, que recuerda especialmente las navidades de 1974 que pasó en un zulo junto a Pertur y varias personas más en Goierri, subraya que en aquel momento Eduardo Moreno, de quien destaca su inteligencia, audacia y valentía, era calificado de “liquidacionista, chivato, español, etc.”, algo que, aún hoy, le “subleva”. “Algunas cosas las decía cuarenta años antes de lo que dice ahora Arnaldo Otegi”, concluye.


23 julio 2016 (2) El Mundo del Siglo XXI

23 julio 2016

El complejo pulso entre la libertad y la seguridad
El objetivo del atentado, la ciudad, y la hora y el día escogidos, parecen indicar una planificación cuidadosa del atentado de Múnich
"Varios muertos" en un tiroteo en el centro comercial Olympia de Munich



Alemania había sufrido numerosos ataques terroristas, pero ninguno comparable a los que han sembrado el caos en París, Bruselas o Niza en el último año y medio. El de este viernes nada tiene que ver con los 34 asesinatos que en los años 60 y 70 cometió el Ejército Rojo (Baader-Meinhof), un grupo de extrema izquierda, ni con la matanza de 11 atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de 1972 por terroristas palestinos.
El objetivo (Olympia, uno de los principales centros comerciales de Alemania, con unas 150 tiendas), la ciudad (Múnich, una de las más tranquilas desde los Juegos Olímpicos de 1972, con millón y medio de habitantes), la hora y el día con más movimiento (las seis de la tarde de un viernes) parecen indicar una planificación cuidadosa. Anoche la Policía descartaba la autoría del islamismo, dando crédito a testigos presenciales que habían escuchado al terrorista proferir gritos contra los extranjeros.
Alemania y la ciudad de Múnich tienen medios suficientes para responder al terrorismo, pero la defensa de objetivos tan débiles o blandos como un festival al aire libre o un centro comercial es muy difícil o imposible sin una militarización de la sociedad
Siempre en las listas de objetivos de AlQaeda y del Estado Islámico y bajo la amenaza de las reacciones de una ultraderecha violenta, Alemania está acostumbrada a altos niveles de alerta, a la anulación de partidos de fútbol por amenazas y a redadas frecuentes de sospechosos, pero hasta ahora veía con reservas la emergencia declarada por el Gobierno francés desde finales de 2015 y la presencia masiva de soldados y policías, metralleta en mano, en calles, estaciones, aeropuertos u otros lugares públicos. Probablemente esta actitud cambiará pronto.
Algunos políticos y expertos en seguridad criticaron el viernes las escasas medidas visibles de seguridad, a pesar de las matanzas en hoteles y centros comerciales de Nairobi, Bombay o Túnez, y a ataques tan recientes en casa como el del joven afgano de 17 años que el lunes hirió con un hacha y un cuchillo a cuatro personas en un tren en Würzburg, en la misma región bávara. Este atacante, en un vídeo que dejó grabado se declara seguidor del Estado Islámico, pero las autoridades alemanas no dieron crédito a dicha atribución.
A poco más de un año de elecciones generales, ataques o atentados como los del viernes y el del lunes-aunque de distinto signo ideológico-profundizarán la creciente brecha entre los alemanes y el millón largo de refugiados recibidos en el último año y medio en el país gracias a la política de apertura de Merkel.
"Tendremos que acostumbrarnos a medidas de seguridad más estrictas en grandes aglomeraciones como los festivales de Carnaval, los partidos de fútbol, los congresos eclesiásticos o el 'Oktoberfest' (la fiesta de la cerveza más importante del mundo)", reconocía el ministro alemán del Interior, Thomas de Maiziére, en Der Spiegel pocas horas antes del atentado del viernes.
"Serán decisiones de las autoridades locales", añadía. "Pienso en controles más serios en las entradas o en grandes barreras. En algunos casos esto provocará grandes colas en acontecimientos masivos, pero las medidas tendrán que ser apropiadas y proporcionadas. Me resisto a cambios fundamentales que reduzcan nuestra libertad, sobre todo en momentos de celebración".
Es un pulso entre libertad y seguridad de muy difícil solución, mientras no se resuelvan las causas ideológicas, militares, políticas, económicas y sociales que subyacen en estas nuevas formas de terrorismo. Algunos miembros del sindicato de la policía alemana han pedido desplegar militares sin uniforme en los trenes. Maiziére no lo ve claro: "Más de 40.000 trenes circulan cada día por Alemania, sin contar los tranvías".
Habrá que esperar las reacciones de los partidos políticos, que podrían capitalizar el suceso de Múnich para desgastar al Gobierno y culparle por su incapacidad para garantizar la seguridad.

Felipe Sahagún es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Editorial de EL MUNDO