13 diciembre 2015
Ataque en la capital de Afganistán
No manchemos la memoria de nuestros héroes
Mi hermano menor Jorge perdió el viernes su vida en
el atentado de Kabul junto con su
compañero Gabi. Deja a su amada Gema y a sus dos ojos de la cara, Alejandro y
Lucas, este último con tan sólo nueve años, sin olvidar a una madre, suegros,
hermanos, cuñados, tíos, primos, compañeros y amigos, que ya no seremos nunca
más presa de sus interminables abrazos y pegajosos besos, ya que mostraba su
amor con la misma pasión y entrega que ponía a todo aquello que hacía en la
vida.
Mi hemano no murió por las balas o por las
explosiones, Jorge murió por
defender los valores en los que creía: su familia, su trabajo y una patria en
libertad y justicia.
Como Jorge, hay miles de personas que arriesgan su
vida por estos mismos valores y que quizá nunca sean debidamente
reconocidos. Hoy, todos los medios se hacen eco de la noticia y los
políticos hacen mención en sus mítines. Algunos ya apuntan a sucumbir a
la tentación de utilizar este hecho como un arma arrojadiza con la que obtener
una ventaja en el proceso electoral. A éstos les ruego, que por favor, no
manchen la memoria de un hombre de honor con su deshonor, que lo aparten de sus
luchas cainitas impropias del pueblo que pretenden liderar. Siento envidia de la
unidad del pueblo francés frente a la indignidad que aquí mostramos.
Mi hermano murió asesinado por una barbarie
contraria a todo en lo que el creía. Si hay que mejorar las condiciones de
todos los que nos defienden, que se haga por una vez mostrando la unidad de un
pueblo, todos juntos en una decisión única de combatir la sinrazón, y asegurar
nuestras libertades y derechos frente a quienes nos las quieren arrebatar, pero
ahora por favor dejen esto fuera de sus debates oportunistas.
Nadie obligó a Jorge a abordar esa misión, y nunca
nadie le habrá oído quejarse de su equipamiento, ni por las condiciones de la
embajada, etc. Él tenía una misión, y no dudaba en ejercerla hasta el final,
porque el amor a su trabajo y su profesión no le permitiría hacerlo. Estoy
seguro de que sólo se habrá ido con un reproche, y es el de no poder haber
donado todos sus órganos para salvar más vidas, ya que ésa era su voluntad, y
las circunstancias de su muerte no lo han hecho posible.
Dentro de una semana, nadie se acordara de Jorge en
los medios, ni los políticos en sus mítines (afortunadamente), pero su legado
quedará en el ejemplo que nos dio a todos los que tuvimos la suerte de quererle
y admirarle.
En vida lo dio todo por todos, nunca se guardó nada
para él. Ahora sólo espero y
confío en que su país le devuelva al menos una parte de ese esfuerzo ocupándose
de su viuda e hijos.
F. Rafael García Tudela, hermano del subinspector de la Policía Jorge García
Tudela, fallecido en el atentado de Kabul
Opinión:
Solo decir que la carta es,
aparte de conmovedora, una excelente demostración de que hay quien piensa por
libre y denuncia lo que otras víctimas (muy pocas, esa es la verdad) llevamos
tiempo advirtiendo. Es lo que tiene la sumisión a las subvenciones, a las
fotografías o a esperar que no se descubran las componendas que algunos llevan
años realizando.
F.
Rafael García Tudela, gracias por tu valentía. La frase “algunos
ya apuntan a sucumbir a la tentación de utilizar este hecho como un arma
arrojadiza con la que obtener una ventaja en el proceso electoral” advierte que
eres una persona íntegra. Enhorabuena.
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