12 diciembre 2015
Enric Hernández (Director)
Otra vez, dos líneas de
investigación
El atentado contra la embajada en Kabul ha
dañado la credibilidad de Rajoy.
Deformar la información en puertas de las elecciones acaba pasando
factura
El atentado talibán contra la embajada de España en
Kabul (Afganistán) ha infligido un severo golpe a la
credibilidad del Gobierno y su presidente. El viernes, antes de confirmarse la
muerte de un policía español en la capital afgana. Mariano Rajoy se afanó a desmentir que el objetivo de los terroristas
fuera la legación española: “No ha sido así. No ha habido un ataque ni era la
intención de hacerlo contra la embajada de España.” Un desmentido a su vez
desmentido por los hechos conocidos con posterioridad.
A ese grave error sumó dos más. Primero, aportar otras
informaciones no contrastadas e inveraces: que no había víctimas mortales, solo
un agente herido y no “de extrema gravedad”, cuando el subinspector Jorge García Tudela había
fallecido al instante y el policía Isidro Gabino lo
hizo después en el hospital. Y segundo, garantizar que todos los funcionarios
de la embajada habían sido ya “liberados”, dato que, además de ser falso,
contradecía la tesis de que el edificio no era el objetivo de los terroristas.
¿Por qué habría que liberarlos si el atentado se había dirigido, según la
versión presidencial, contra una casa de huéspedes cercana?
Confirmado el asalto talibán contra la embajada, que en total se cobró cuatro vidas, una nota de la Moncloa ha puesto al fin las cosas en su sitio
--“Es un ataque contra España”--, para matizar después que “se mantiene abierta
la investigación y no se descarta ninguna hipótesis”.
En vísperas electorales vuelven, pues, las “dos líneas de
investigación” que tras el 11-M acuñó el ministro Ángel Acebes para insistir en la autoría etarra, pese a que
todas las evidencias señalaban que era la represalia yihadista por la
participación española en la guerra de Irak.
Regatear información
Cuando un país como España participa junto a sus aliados en misiones
que se desarrollan en escenarios de conflicto debe ser consciente de que, tarde
o temprano, puede sufrir bajas. Lo que no es de recibo es que un presidente
regatee o deforme la información sobre un atentado terrorista por temor a que
este dañe sus expectativas electorales. Ya sucedió en una ocasión, y las urnas
le pasaron factura.
Opinión:
Sin entrar a valorar lo ocurrido
en Kabul tampoco opinaré sobre las reacciones de cierta clase política. Entre
otras cosas porque el artículo del amigo Enric Hernández lo suscribo
plenamente.
Solo enviar mis sentidas
condolencias a los familiares y amigos de los dos policías asesinados y dejar
unas preguntas en el aire: ¿hay algún país europeo que hoy se sienta “Kabul” o “España”
o “León” o “Granada”? ¿alguien ha programado algún minuto de silencio? ¿por qué
hay partidos que han suspendido actos y otros no lo han hecho?
No hay comentarios:
Publicar un comentario