16 diciembre 2015 (15.12.15)
David Pla: «Estábamos en Baigorri para escuchar opiniones y
propuestas»
David Pla, uno de los delegados de ETA para la resolución,
ha concedido a GARA una entrevista desde prisión donde revela compromisos
incumplidos del Gobierno del PSOE tras Aiete, pero sobre todo destaca las
opciones del actual escenario y la necesidad de avanzar en Euskal Herria. ETA
ha abierto una reflexión y estaban trabajando en ella.
En una extensa entrevista concedida a GARA desde
prisión, que se publica en su versión original en euskara en las siguientes
páginas, el representante de ETA David Pla incide en las grandes opciones
abiertas por el escenario creado en 2011 pese a las «carencias que mostramos
para avanzar». Explica cómo observa la situación la organización y qué está
haciendo, y aprovecha para reivindicar que «ha cumplido todos los compromisos»
adoptados sucesivamente, contrariamente a lo ocurrido con el Gobierno español y
otros agentes. Admite que «no parece» que se pueda abrir algún tipo de
interlocución con Madrid tras el 20D. «Habría que trabajar esa oportunidad,
pero en todo caso sin convertirla en el pilar de nuestra estrategia», resume.
Por tanto, Pla mira mucho más a lo
que se pueda hacer en Euskal Herria y desde la unilateralidad. Y, preguntado
sobre qué estaban haciendo en Baigorri, revela que ETA ha emprendido «una
reflexión profunda cuatro años después de Aiete, para asentar la estrategia y
los pasos sucesivos. Para eso queríamos escuchar las opiniones y propuestas de
diferentes personas y agentes. Y en ello estábamos cuando nos detuvieron».
No oculta una «sensación agridulce»
por lo ocurrido desde 2011: «Hemos construido un escenario político lleno de
oportunidades, pero no estamos de ningún modo en el lugar que queríamos». Y
añade que el bloqueo al proceso de resolución genera «un contexto difícil en el
que estamos mostrando muchas carencias para avanzar».
En el plano político, Pla se
muestra escéptico de que el Estado español pueda realizar por sí mismo un
proceso de democratización que conlleve el reconocimiento de Euskal Herria.
Tampoco cree que sea demasiado realista pensar que con la sola petición de
bilateralidad se pueda cerrar algún acuerdo en estos términos. A su juicio,
debe «abrirse un proceso como pueblo, con el objetivo de crear la correlación
de fuerzas necesaria para que Euskal Herria pueda avanzar». En este punto, hace
hincapié en que la izquierda abertzale no llegó a este proceso hace cinco años
porque creyera que existen opciones de negociar con el Estado español, sino
«porque concluyó que era imprescindible cambiar de estrategia para avanzar en
el proceso de liberación».
En las detenciones o vulneraciones
de los derechos de los presos ve un objetivo de recrear un escenario de
vencedores y vencidos. «Pero si se amplía el foco y se va a las auténticas
variables, la imagen es bien diferente: el proyecto de España se derrumba en
Euskal Herria. El Gobierno español se muestra como auténtico obstáculo para la
paz ante los ojos de la mayoría de la ciudadanía vasca y sus partidos cada vez
tienen un menor apoyo en Euskal Herria».
Entre los problemas sobrevenidos
tras Aiete, Pla cita el hecho de que «la izquierda abertzale comenzó a recoger
muy pronto los frutos del cambio de estrategia», con el éxito electoral de mayo
de 2011. Entiende que ello «encendió todas las alarmas» en el Estado y también
en Sabin Etxea. Se muestra crítico con la actitud del PNV y de Lakua, indicando
que «el parón actual no puede entenderse sin tener en cuenta su actitud». Cita
varios ejemplos de cómo ha ido tratando de taponar vías como la aportación
internacional, el Foro Social y finalmente la ponencia de paz del Parlamento de
Gasteiz. Y de todo ello concluye que el objetivo del PNV no es «una resolución
razonable», sino «debilitar a la izquierda abertzale». Le reprocha además que
se aproveche políticamente de los ataques del Estado, poniendo como botón de
muestra que «Arnaldo Otegi, que puede ser el principal rival de Urkullu en las
elecciones, todavía está preso».
Negociaciones ante Aiete
En otros pasajes, Pla hace un
detallado recorrido de las gestiones realizadas en estos últimos cinco años,
incluidos los dieciséis meses que la delegación designada por ETA estuvo en un
país europeo, con la aprobación –primero, con Zapatero– y el consentimiento –ya
después, con Rajoy– de Madrid y bajo protección de aquel gobierno, aunque no
quiere confirmar que se tratara de Noruega.
Dice que allí se entrevistaron con
una docena de personalidades internacionales de diferentes ámbitos y, al final,
llegó incluso un enviado del Gobierno del PP. Relata una situación
auténticamente rocambolesca, pues cuando el intermediario regresó a Madrid el
Ejecutivo que lo había enviado no lo quiso ni recibir. Alguien mandó parar,
concluye.
La entrevista fue solicitada hace semanas
y su publicación se ha ido retrasando a la espera de que el entrevistado
precisase en calidad de qué estaba hablando. Al final, ha confirmado que se
mantiene en el grupo de interlocución designado por ETA para buscar vías de
solución.
La dilación ha provocado que se
haya retrasado hasta puertas de las elecciones. Lo positivo ha sido que el
cuestionario se ha podido renovar con repreguntas, lo que confiere el sentido
real de entrevista que casi siempre es imposible de lograr con personas presas
a las que hay que llegar con cuestionario.
Preguntado sobre si conoce qué ocurre con el proceso
de sellado de las armas, David Pla responde positivamente y ofrece algunos
detalles: «Se está desarrollando. Se va llevando a cabo con más dificultades y
más despacio de lo que quisiéramos debido a la actitud de los estados francés y
español. Pero una cantidad significativa de armas y explosivos ya está
sellada».
En paralelo, explica que «puedo
confirmar que las operaciones policiales no han detenido el proceso y que ETA
continuará en relación y colaborando con la Comisión Internacional
de Verificación».
Sobre el papel que está jugando
este grupo de expertos de relevancia mundial, lo califica como «muy importante,
más aún teniendo en cuenta la posición que han tomado los estados». Menciona
que su labor aporta «credibilidad» y que «fue decisiva al inicio del proceso,
cuando el Gobierno español quiso crear la duda sobre la actitud de ETA».
Remarca que han trabajado en condiciones difíciles no solo por las amenazas
judiciales, sino también por «las presiones de otros para que hablaran en
contra de ETA. Han actuado con profesionalidad, aferrándose a la función y la
labor acordadas».
David Pla introduce otra reflexión
sobre esta cuestión del sellado e inventariado de armas: «Se está dando una
situación muy peculiar y contradictoria: para atacar a ETA, están valiéndose
del proceso para dejar las armas fuera de uso operativo. Y ETA no tiene
necesidad de sellar los arsenales, ni tampoco de desarmarse», aprovecha para
recordar.
«Las armas pueden quedarse donde
están –continúa explicando David Pla–. Si ETA hace esto es por el bien del
proceso, porque quiere dar salida también a este tema. Y lo hace por voluntad
propia, no a disgusto. En consecuencia, todos tendríamos que hacer una
reflexión y analizar si existe algún interés. Creo que es un ejercicio que hay
que hacer antes de hablar de otros pasos».
Opinión:
Cuando se habla de un problema, nunca
está de mas conocer lo que piensa el creador del mismo. Por esta razón publico
esta información. No es que agrade dar cancha a esta gente pero al menos, ahora
estamos en un período electoral donde los que antes aprovechaban ese tiempo
para asesinar ahora lo único que hacen es hablar. Me quedo con la frase de que “una
cantidad significativa de armas y explosivos ya está sellada”. No es que aclare
demasiado, pero al menos reconoce que se van dando pasos.
Y entre todos llegaremos hasta el
final, para que nadie mas sufra las consecuencias de un atentado terrorista por
parte de la banda ETA.
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