viernes, 28 de julio de 2017

23 julio 2017 (5) Diario de Sevilla (opinión)

23 julio 2017 


Entrevista a Mari Mar Blanco, Presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo

"Entrar en un bar y oír hablar de política, en el País Vasco aún no pasa"

-¿Qué siente ante la evidente división política en el 20 aniversario de la muerte de Miguel Ángel Blanco?
-Duele. Muchísimos ciudadanos anónimos manifestaron su posición en contra de que un ayuntamiento no quisiera dedicar esos minutos para honrar la memoria de una víctima del terrorismo pero, sobre todo, para recordar el gran legado que dejó el asesinato de mi hermano que fue aquella unidad política y social, lo que se denominó el Espíritu de Ermua, que daba comienzo al principio del fin de ETA.
-¿Qué queda de ese Espíritu de Ermua?
-Creo que hay unidad social, unidad social sí. Desgraciadamente de esa unidad política pues podríamos tener unas charlas aparte.
-¿Le ha dolido especialmente la postura del PSOE?
-Me ha dolido mucho, no lo entendí porque el PSOE es un partido que ha sufrido en sus propias carnes el azote del terrorismo, no solamente la amenaza y la coacción, sino también el tiro en la nuca y el coche bomba.
-Hay colectivos y partidos que en estos días han recordado también a las víctimas del franquismo.
-El otro día me criticaban pero yo no estoy diciendo que no haya que homenajear a las víctimas del franquismo, lo que estoy diciendo es que hay dos temas completamente diferentes. De lo otro estamos hablando de una guerra, de una dictadura, y aquí estamos hablando del azote de organizaciones terroristas. Nunca voy a equiparar a mi hermano con otro tipo de víctimas que no tienen nada que ver. Mi hermano nunca participó en ningún bando y ninguna víctima del terrorismo recibió el tiro en la nuca porque previamente hubieran asesinado a otras personas. No voy a permitir alimentar ese juego de la izquierda abertzale de equidistancias entre víctimas, de bandos enfrentados y conflictos.
-¿Qué pensó cuando la banda ETA anunció su desarme definitivo?
-No me creí ese desarme y, de hecho, no fui la única que califiqué ese desarme y esa foto de paripé. Yo me creeré que ETA ha desaparecido cuando anuncie su disolución incondicional. Como organización siguen estando todavía presente, no lo podemos olvidar.
-¿Qué hace falta para cerrar las heridas del terrorismo en España?
-Que ETA desaparezca de nuestras vidas y colabore con la Justicia, pida perdón y reconozca el daño causado. Eso por un lado, pero por otro también es muy importante la construcción de ese relato basado en esos principios de verdad, memoria, dignidad y justicia. Un relato en el que quede bien claro quiénes son las víctimas y quiénes los verdugos, y que aquí en el País Vasco y en España nunca ha existido ningún tipo de conflicto sino una organización terrorista que para imponer su proyecto totalitario y mafioso ha utilizado las armas.
-Para los más jóvenes puede dar la impresión de que ETA ya es algo pasado…
-Efectivamente, de hecho, a algunos tú les preguntas con 20 años y no tienen ni idea de quién era Miguel Ángel Blanco ni Ortega Lara. Y cuando les preguntas por ETA poco menos que les suena a aquello que decía Arzalluz de los "chicos de la gasolina" o una cuadrilla de chicos malos. Es muy importante que sepan lo que hemos sufrido. No estamos hablando ni de un año ni un mes sino que de casi 50 años de azote del terrorismo. Por eso me alegró mucho conocer que ya este año los alumnos de 4º de ESO van a empezar a estudiar la historia del terrorismo y que se va a ampliar a otros cursos. Me parece algo esencial para que nunca nadie jamás pueda volver a utilizar la violencia o justificar el tiro en la nuca o el coche bomba.
-¿En el País Vasco existe una paz real?
-Existe la paz de que ya nuestra vida no corre peligro pero en determinados municipios nuestra dignidad sí que puede correr peligro. Yo no puedo ir a muchos municipios en los que sé que mi vida no corre peligro pero sé que voy a salir insultada o me van a intentar humillar. Quienes utilizaban las bombas siguen sin respetar nuestras ideas. Yo que voy mucho al País Vasco, lo de entrar en un bar y oír hablar de política como puedes hablar en Jerez o en Madrid, yo os puedo asegurar que todavía no lo he escuchado. No he oído hablar con total libertad y expresar libremente tu opción política, y más si ésta es lógicamente constitucionalista. Por eso digo que hemos avanzado pero queda aún camino por recorrer.
-¿Qué está pasando en Cataluña?
-Pues que los que quieren ser independientes quieren tratar de imponer esa independencia a los que quieren seguir siendo españoles y defender con orgullo, como lo defendía mi hermano en el País Vasco, ese sentimiento de ser vasco y español o ese sentimiento de ser catalán y español.
-¿Ser diputada en el Congreso es una forma de homenajear a su hermano?
-Creo que sí porque a mi hermano le gustaba mucho la política. Me siento muy orgullosa de ser del PP porque siempre ha estado con las víctimas y defendiendo los valores por los que a mi hermano le arrebataron la vida. Tuve un gran maestro, mi hermano era una persona que hablaba muy claro. Estos días me emocionaba al ver que, cuando nadie tenía narices, mi hermano a los de Batasuna en el Ayuntamiento de Ermua ya los llamaba asesinos.

De victima de ETA a diputada en el Congreso

María del Mar Blanco Garrido (Ermua, 29 de marzo de 1974) salió del anonimato, desgraciadamente, en el verano de 1997 cuando ETA asesinó a su hermano Miguel Ángel. Desde entonces ha dejado clara su postura a favor "del cumplimiento íntegro de las penas" y en contra "del acercamiento de los presos". Diplomada en Turismo, tras ser diputada en el Parlamento vasco, actualmente ocupa un escaño con el PP en el Congreso y preside la Fundación Víctimas del Terrorismo y la Fundación Miguel Ángel Blanco.

Opinión:

Qué lástima que en 1997 Mari Mar Blanco no fuera “la voz de las víctimas” del terrorismo, supongo que entonces estaría para otros menesteres. Le habría podido explicar lo ocurrido en un restaurante de Gernika cuando la banda terrorista ETA mataba y atemorizaba a “los vascos y vascas”. Por cierto, esa vivencia en Gernika se publicó en un libro que la Fundación de Víctimas del Terrorismo no quiso ni anunciar en su revista... y ahora nos vienen con que en el País Vasco no se puede hablar de política, cuando es un problema del que tampoco se puede hablar en muchos otros sitios... pero el victimismo acecha de nuevo...

En cuanto a la entrevista como tal, solo opinaré de la respuesta a la última pregunta en la que dice “Estos días me emocionaba al ver que, cuando nadie tenía narices, mi hermano a los de Batasuna en el Ayuntamiento de Ermua ya los llamaba asesinos”. Con todo respeto le recomendaría a Mari Mar Blanco que revisara las declaraciones de unas pocas víctimas pertenecientes a la ANTIGUA Asociación Victimas del Terrorismo y se dará cuenta del error en sus declaraciones. Ya va siendo hora de explicar quien es quien en esta larga historia de terror y dolor… no recuerdo ver a Mari Mar Blanco en ningún juicio contra la banda terrorista ETA tras el atentado contra su hermano… bueno, ni en ningún juicio contra ETA ni contra otras bandas terroristas como el GRAPO…
Es impresionante como se deja en el olvido el excelente trabajo realizado por otras víctimas que desde el minuto uno tras nuestro atentado nos involucramos en esta labor tan complicada y, al mismo tiempo, tan gratificante.
Hay que decir públicamente que Mari Mar Blanco forma parte de esa inmensa mayoría de víctimas del terrorismo que se han podido beneficiar del trabajo sordo y arduo de unos pocos “quijotes” entre los que tengo el placer y el honor de incluirme.
Y ahora me gustaría que Mari Mar Blanco contestara a estas preguntas. Me consta que hay ciertas “víctimas” que siguen este blog para informar a las altas esferas de lo que en el mismo aparece, así que espero que le reporten lo siguiente:

Apreciada Mari Mar…
durante la tregua de 1998-1999 y las posteriores reuniones de los representantes del Gobierno del señor Aznar con miembros de Batasuna (entonces Batasuna y ETA ¿no eran lo mismo?) no escuché ninguna protesta por tu parte…
cuando discutíamos (o mejor, negociábamos) en interminables reuniones el proyecto de la Ley de Solidaridad de 1999 con el Gobierno del Partido Popular ¿dónde estabas?
Cuando tu compañero y ministro de Interior Mayor Oreja dijo aquello de “estaría dispuesto a sentarme con ETA” tras el final de la tregua mencionada, ¿dijiste algo? ¿o es que todavía no te dedicabas a la asistencia a víctimas o directamente a la política?


Hay tanto pendiente de explicar...

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