lunes, 27 de febrero de 2012

26 febrero 2010 La Razón (2) (opinión)


26 febrer 2012 

 

Los obispos vascos piden a ETA un «arrepentimiento sincero»
VITORIA- Los obispos vascos quieren ser un agente activo en la consolidación del final del terrorismo. Así lo manifestaron en las homilías conjuntas que celebraron ayer en las tres capitales vascas en las que reclamaron a los integrantes de ETA que muestren un «arrepentimiento sincero» y realicen una «petición de perdón» a las víctimas, a quienes invitaron a ofrecer su «perdón sanador». Aunque reconocen haber acogido «con satisfacción y esperanza» el cese definitivo de la violencia de la banda, continúan «demandando su definitiva desaparición».
Bajo el lema «Busca la paz y corre tras ella», los obispos de Bilbao, San Sebastián, y Vitoria, Mario Iceta, José Ignacio Munilla y Miguel José Azurmendi, respectivamente, abogaron por ser «ministros de reconciliación y constructores de paz». Y en ese ejercicio señalaron que una vez anunciado el cese del terror «la verdad y la justicia constituyen el itinerario para una reconstrucción moral y social, que garantice una convivencia en paz, digna y respetuosa». 

El perdón, clave

«Sin anular las exigencias de la Justicia –en palabras de los obispos– el arrepentimiento y el perdón son necesarios allí donde las agresiones del terrorismo y de toda clase de violencia o injusticia han abierto heridas profundas».
La memoria de las víctimas fue aludida como «elemento ineludible para la reconciliación social». Y para lograr este objetivo y superar «el odio, la violencia y la división», instaron a instituciones y particulares a colaborar en el «afianzamiento de una cultura de la paz impulsando el encuentro, el diálogo y la reflexión». La convivencia entre diferentes fue otra de sus llamadas: «Aprendamos a vivir en el respeto y aprecio mutuos, más allá de nuestros condicionamientos ideológicos, sociales o políticos». 

Opinión: 

Señores Obispos, pueden ustedes entrar en el tema del perdón sanador y de todo lo que les apetezca. Pero personalmente, lo de la palabra “reconciliación” ya es suficientemente duro. Yo y mi familia podremos (o no, aunque la decisión ya está tomada) pero será una decisión absolutamente privada. Lo que puedo asegurarles que jamás haremos será irnos a tomar unas cañas con los autores de nuestro atentado. La reconciliación implica mucho mas de lo que ustedes creen… y perdónenme la sinceridad pero desde el 19 de junio de 1987 no he recibido una sola muestra de interés en mi estado de salud o el de mi familia por Su Excelentísima parte.
Saludos.

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