jueves, 31 de julio de 2014

28 julio 2014 (3) El Mundo del Siglo XXI

28 julio 2014



La Policía teme otro repunte de la violencia del 'anarcoterrorismo'
Perpetran acciones en Chile para reclamar la libertad de los que atentaron en el Pilar




Los ojos de los especialistas en Información se han detenido en Chile. Los analistas policiales en terrorismo han estado pendientes de dos atentados en la capital chilena, perpetrados por anarquistas. Y luego, han trasladado su inquietud a España. El temor de que el movimiento anarquista asentado en nuestro país retome su campaña de violencia ha crecido exponencialmente en los últimos días.
Todo después de que los anarquistas, en los atentados cometidos en Santiago de Chile, dejaran panfletos atribuyéndose las acciones (en las que no se produjeron víctimas) y exigiendo la puesta en libertad de los dos anarcoterroristas, también chilenos, detenidos por la Policía española como presuntos autores de la colocación de una bomba en la Basílica de El Pilar, en Zaragoza.
El temor de los expertos es que se produzca un efecto contagio o que estas acciones formen parte de una nueva campaña anarquista internacional, con actuaciones similares en otros países de Europa, entre ellos España.
La tesis de que acciones similares se cometan en puntos emblemáticos del país ha cobrado fuerza y potencia, según explicaron fuentes antiterroristas a EL MUNDO.
La jornada del pasado martes fue intensa para las fuerzas de seguridad chilenas. El primer objetivo de los violentos, que colocaron artefactos incendiarios, fue la iglesia Santa Ana, ubicada en las calles Catedral y San Martín. La explosión provocó diversos daños en la infraestructura del inmueble.
Según informó la prensa chilena citando fuentes de los Carabineros, un grupo todavía indeterminado de individuos dejó en la puerta del templo dos bolsas de basura que contenían sendas bombonas pequeñas de gas que estaban conectadas a una batería, que actuó como detonador.
En el lugar se encontraron panfletos alusivos a grupos anarquistas solicitando la liberación de los dos chilenos detenidos en España, Francisco Javier Solar Domínguez y Mónica Caballero Sepúlveda, por colocar un artefacto explosivo en la zaragozana Basílica del Pilar.
Apenas unas horas después, también en la capital chilena, tres vehículos fueron atacados con artefactos incendiarios tipo molotov. Resultaron totalmente calcinados. Al igual que en el caso de la iglesia, no hubo que registrar víctimas.
Y como en el caso de la iglesia, también se encontraron en las cercanías de los vehículos destrozados panfletos alusivos a grupos anarquistas. Solicitaban la liberación de los dos chilenos detenidos en España el pasado 12 de noviembre, cuando la Policía capturó a los presuntos autores del atentado perpetrado contra El Pilar.
Los agentes españoles detuvieron a cinco anarquistas por su presunta implicación en los hechos, acusados de colocar un artefacto casero en la Basílica del Pilar en octubre del pasado año. Entre los detenidos, los dos presuntos autores materiales: un hombre y una mujer chilenos que ya fueron procesados en su país en el caso Bombas, por colocar numerosos artefactos, algunos en iglesias.
Los detenidos tenían intención de atentar en breve contra otra catedral, según concluyeron los investigadores. En los registros de su vivienda encontraron componentes electrónicos preparados para fabricar artefactos como el que colocaron en el templo zaragozano.
Los tres primeros arrestados fueron Mónica Andrea Caballero Sepúlveda, nacida en 1988 en Santiago de Chile; Francisco Javier Solar Domínguez, nacido en 1979 en la misma ciudad chilena, y Valeria Giacomoni, nacida en 1979 en Trento (Italia).
Caballero y Solar ya fueron arrestados en el denominado caso Bombas, en el que las autoridades chilenas procesaron a 12 personas como integrantes de organización terrorista, por colocar más de 30 artefactos explosivos, algunos de ellos en templos religiosos, entre los años 2006 y 2009. Se les imputaba, por ejemplo, la activación de un artefacto en la iglesia de Los Sacramentos de Santiago de Chile el 21 de noviembre de 2009.
Sin embargo, ambos quedaron en libertad «por un problema de tipo procesal», apuntaron oficialmente desde Chile. Los investigadores determinaron que los arrestados pertenecían al Comando Insurreccional Mateo Morral y se dirigieron desde Barcelona a Zaragoza en transporte público, llevando consigo el artefacto que luego colocaron en la basílica y que provocó daños en el templo y un herido.
Interior constató que el modus operandi de este grupo violento es el mismo que se utilizó el 7 de febrero, también del pasado año, en el intento de atentado contra la catedral de La Almudena (Madrid), en la que se encontró un artefacto en una bolsa que no llegó a explotar.
También coincidieron en la reivindicación, asumida por el denominado Comando Insurreccional Mateo Morral.

Desde Interior alertan de las potentes conexiones internacionales que estos grupos mantienen. «Aunque se denominan anarquistas e insurreccionalistas, están muy organizados y tienen amplias conexiones internacionales. Además, destacan por su extrema profesionalidad y peligrosidad», aseguran fuentes antiterroristas.

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