11 agosto 2018
El día que Barcelona
dijo «no» al terrorismo, la xenofobia y el miedo
La capital catalana cambió el guión respecto a
otros atentados
Los ataques del 17 de agosto no dieron los
resultados que los terroristas esperaban
La prevención en la lucha
contra el terrorismo se ha convertido en un hecho fundamental con el paso de
los años. Un año después del atentado de Barcelona y Cambrils aún existen dudas
acerca de lo que pudo fallar. Unos jóvenes aparentemente integrados se
radicalizaron en la pequeña población catalana de Ripoll. De entre 11.000
habitantes, salieron los autores de la matanza que supuso un golpe a la
seguridad española. En el último informe del CIDOB, el centro estudia las
reacciones que diferenciaron a Barcelona con el resto de ciudades que
padecieron un atentado. La reacción española cambió el guión de las actuaciones
gubernamentales de otros países. El atentado tuvo una serie de características
propias, como por ejemplo las distintas nacionalidades de los fallecidos o que
la ciudad se encontrase prácticamente vacía de ciudadanos autóctonos.
El objetivo de un atentado terrorista es, en
definitiva, la reacción que este puede provocar. Este efecto denominado por
Yuval Noah como la «estrategia de la mosca» es lo que falló en los atentados de
Barcelona. El insecto intenta con sus molestias hacer que otro animal, un
elefante de gran tamaño, reaccione por culpa suya. Para la investigadora del
CIDOB Blanca Garcés: «Se pasa de las muertes al terror y del terror a la
política del miedo». Aquí reside uno de los puntos más destacables de los
atentados del año pasado. Barcelona cambió el guión que suele conllevar un
atentado terrorista. La investigadora expone en su análisis como «Barcelona
dijo «no» al terrorismo, no a la xenofobia y al miedo».Estos tres noes
derivaron en el ya emblemático «No tengo miedo» que tanto se pudo escuchar en
losdías sucesivos a los atentados.
A diferencia de otras ciudades europeas, como
París que han sufrido recientemente ataquesterroristas, Barcelona igual que
Madrid en 2004 no se ha declarado en guerra. Para Garcés: «La mosca puede
desencadenar la reacción, sin embargo la dirección que tome no será otra que la
marcada». La reacción española ante el miedo parece repetirse, como en Madrid,
los inmigrantes no son los enemigos, los terroristas, sí. En Cataluña viven
alrededor del 29% de los marroquíes de todo el estado español. Todos los
terroristas del 17A eran marroquíes como en la mayoría de los atentados en
Europa. En España, en cambio, se vieron como simples terroristas sin caer en la
provocación de atacar a todos los marroquíes o musulmanes. Sin declaraciones de
guerra por parte del estado Español. Así fueron los días posteriores al ataque.
El informe del CIDOB destaca la necesidad de
llevar más allá el enfoque. Miles de combatientes intentan regresar a Europa
para poder seguir extendiendo el terror. Moussa Bourekba, también investigador
del centro, expone que «es más urgente que nunca adoptar un enfoque holístico
del terrorismo que reaccionar a sus consecuencias». Existen distintas
estrategias para llevar a cabo la prevención. España, por desgracia, cuenta con
gran experiencia en este campo. Para llevar a cabo estas políticas preventivas
existen distintos tipos. La española se decanta por la prevención de la
radicalización extremista. Es decir, el intento de atajar las causas con un
seguimiento de aquellos posibles terrorisas.. La península ibérica hace de
frontera natural con África. En el año 2015 la policía detuvo a 100 sospechosos
de extremismo islamista. En la provincia de Barcelona, en concreto, entre 1996
y 2013, se detuvo al 29% de los condenados por terrorismo.
«España padecía el fenómeno de la radicalización
mucho antes del repunte de 2014», así define la investigadora del CIDOB, Fatima
Lahnait, el motivo por el que se busca atacar el extremismo garantizando los
derechos y libertades del resto de ciudadanos. Existen otros tipos de
prevención, Francia intentó sin mucho éxito una red de contactos entre
administraciones desde enero de 2015. Para ello se creó una línea de denuncias
«le numéro verd» y distintos tipos de pabellones en cárceles para
desradicalizar a aquellos posibles terroristas. Esta estrategia fue calificada
por una comisión del parlamento francés como un fracaso. El método danés de
prevención basa sus principales líneas en la educación y la integración. Se
usan para ello distintos talleres que evalúan a los usuarios y analizan su
evolución. Reino Unido desde 2003 optó por programas que intentan desmontar la
ideología. Para ello este tipo de programas dotaban de asistencia a aquellas
zonas en las que pudiese existir la radicalización con el fin de evitarlo.
Aunque este tipo de programas tuviesen éxito se les acusó de cierta
estigmatización y marginación. Lahnait recuerda que «en la actualidad resulta
fundamental generar resiliencia frente a las ideologías extremistas violentas».
Para la investigadora, el estado islámico instauró una ideología que, aunque el
estado físico parezca cada vez menor, el extremismo «supone un desafío
mayúsculo».
Tras el repunte de extremismo que ha sufrido
Europa en los últimos años cabe destacar que el número de atentados aún es muy
inferior al de África. Aún así, sigue siendo de vital importancia que las
autoridades y administraciones actúen con prevención. Además, como señala
Bourekba «es preciso un análisis de las células y redes para poder comprender
las razones». Esto podría ayudar en gran medida a prevenir que otros chicos
puedan radicalizarse como desafortunadamente pasó en Ripoll. Como señala el
investigador «el 95% los detenidos en España por terrorismo yihadista
pertenecían a células, grupos y redes» mientras que los llamados «lobos
solitarios» representan una proporción muy pequeña. Estas redes transnacionales
se adaptan a las circustancias locales dificultando la labor de prevención.
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