jueves, 29 de septiembre de 2016

29 septiembre 2016 El Periódico de Catalunya

29 septiembre 2016



Las víctimas del 11-S podrán demandar a Arabia Saudí
El Congreso de EE UU revoca con una amplia mayoría el veto impuesto por Obama

Los familiares de las víctimas del 11-S podrán demandar al régimen de Arabia Saudí por su posible implicación en los atentados terroristas de hace 15 años. En un gesto sin precedentes durante la presidencia de Barack Obama, las dos cámaras del Congreso han revocado el veto impuesto la semana pasada por el comandante en jefe, por lo que la ley se convertirá en una realidad tras varios años de lucha política. Tanto la Casa Blanca como el Pentágono se habían opuesto firmemente a la legislación, que abre la puerta para que los gobiernos extranjeros y sus diplomáticos puedan ser demandados en los tribunales estadounidenses. Temen que otros países adopten leyes semejantes, lo que pondría en peligro sus operaciones militares en el extranjero.
La bofetada a Obama no solo ha partido de los republicanos. También los demócratas han votado abrumadoramente a favor de la ley. 97 a 1 en el Senado; 348 a 77, en la Cámara de Representantes. “Revocar un veto presidencial no es algo que nos tomamos a la ligera, pero era importante en este caso permitir que los familiares de las víctimas del 11-S puedan buscar justicia, incluso si esta lleva acarreados algunos inconvenientes diplomáticos”, ha dicho el senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, uno de los patrocinadores de la ley. La Casa Blanca ha mostrado su descontento describiendo la votación como “embarazosa”. “Al final todos estos senadores tendrán que tener que responder ante su conciencia y sus electores por la decisión que han tomado hoy”, ha dicho el portavoz, Josh Earnest.
La nueva ley representa un triunfo notable para los familiares de las víctimas, que llevaban años presionando al Congreso para que cambiara la ley que avala la inmunidad soberana. Arabia Saudí ha negado reiteradamente que diera apoyo logístico o financiación a los terroristas de Al Qaeda (14 de los 19 eran saudís) que perpetraron los atentados. Y tampoco la investigación conducida por el Congreso en 2002 encontró pruebas concluyentes para respaldar lo contrario, aunque la conexión saudí se analiza con detalle en 28 páginas del informe. Esas ya famosas 28 páginas fueron desclasificadas recientemente tras mantenerse en secreto durante años.
Después de que el Congreso desafiara el veto de Obama, la Administración se movilizó para impedir que la ley cristalizara. Tanto Obama como el secretario de Defensa, Ashton Carter, y el jefe del Estado Mayor, Joseph Dunford, enviaron cartas al Congreso advirtiendo a sus señorías de las consecuencias que la resolución podría tener para sus operaciones militares y para la incómoda, pero a su juicio necesaria, cooperación con Arabia Saudí. La ley “podría resultar devastadora para el Departamento de Defensa y sus militares”, escribió Obama. “No hay duda de que las consecuencias podrían ser igualmente significativas para comunidad diplomática y de inteligencia”.
El miedo de la Casa Blanca es que otros países tomen represalias adoptando una legislación similar. Y eso podría tener serias consecuencias prácticas, ya que EE UU conduce operaciones militares en decenas de países y está documentado que, por ejemplo, sus drones o aviones no pilotados matan a civiles con cierta frecuencia. Carter escribió que la ley podría afectar a la cooperación militar con otros países y, “en última instancia, "podría tener efectos escalofriantes para nuestros esfuerzos antiterroristas”. También el director de la CIA, John Brennan, había mostrado su oposición a la ley.

El régimen saudí ha amenazado con desprenderse de muchos de los activos que tiene en Estados Unidos porque teme, entre otras cosas, que puedan ser confiscados por los tribunales para indemnizar a las víctimas del 11-S.

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