martes, 6 de junio de 2017

06 junio 2017 (2) La Sexta (opinión)

06 junio 2017



España pide a las autoridades británicas que aclaren si Ignacio Echeverría está entre las víctimas del atentado lo antes posible

Tres días después del atentado todavía no hay información oficial sobre Ignacio Echeverría. El Gobierno español está apremiando a las autoridades británicas para que aclaren si está entre las víctimas mortales. La lentitud de las identificaciones mantiene en vilo a su familia, que vuela hacia Londres.


El 'héroe del monopatín', así llaman la BBC y otros medios británicos a Ignacio Echeverría, el español de 39 años desaparecido tras los atentados de Londres.
Ignacio vio cómo los terroristas apuñalaban a una mujer y sin dudarlo acudió en su defensa. Con el monopatín con el que venía de hacer deporte empezó a golpear a los terroristas.
Así lo relataba uno de sus amigos que estaba junto a él en el momento de los ataques. Vio como Ignacio caía al suelo y huyó cuando los terroristas fueron a por él.
Los padres de Ignacio Echeverría y otros miembros de su familia vuelan rumbo a Londres acompañados por miembros del Ministerio del Interior.
Las autoridades británicas tienen las huellas dactilares de Ignacio Echeverría, pero todavía no hay información sobre él. El ministro de Exteriores ha pedido que se aceleren los protocolos de identificación de la Policía de Londres.
Han pasado más de 48 horas desde los ataques y sigue sin haber información sobre el paradero de Ignacio Echeverría. Para los expertos españoles en identificación es demasiado tiempo.
Además de España, otros países con desaparecidos en los atentados también han pedido que se aceleren los protocolos de identificación.

Opinión:

La experiencia me ha demostrado que para hablar de víctimas españolas de un atentado terrorista perpetrado en el extranjero hay que esperar horas y hasta días. Muy poca gente conoce los entresijos que se originan cuando hay que aplicar la legislación española para estos casos…
Llevar tantos años dedicado a conocer y a asistir a víctimas españolas me ha obligado a ver situaciones realmente penosas, que demuestran que ser ciudadano español en el extranjero se convierte en una odisea. Por recordar solo algunos, que se lo pregunten a las víctimas españolas en los atentados de Londres de 2005 o en los posteriores de Egipto, Yemen o Túnez, sin olvidar el atentado en Casablanca. ¿Quizás también del atentado en Estocolmo?. Las vivencias muestran que una cosa es lo que se explica y otra, muy distinta, lo que sucede en realidad en la asistencia a “las” víctimas.
Pero viendo lo que está sucediendo con la familia de Ignacio Echeverría me asaltan unas preguntas que, seguramente (y ojalá me equivoque) los acompañantes no les explicarán… partiendo de la base de que mi deseo es que el señor Echevarría sea localizado lo antes posible y pueda estar con sus familiares habría que avisar a su entorno más cercano de que la experiencia enseña que si, con el tiempo, aparecen secuelas de tipo psicológico no serán reconocidas como derivadas de atentado terrorista “por no encontrarse en el lugar de los hechos en el momento de ocurrir estos”.
En otras ocasiones anteriores diferentes familiares de asesinados o de heridos tuvieron que recorrer varios hospitales para saber si entre los cadáveres estaba el de alguno de sus seres queridos.  Con el tiempo, la angustia y el recuerdo de aquellas horas (o días) han causado secuelas psicológicas importantes e incluso invalidantes que la administración no reconoce como derivadas del atentado por, repito, “no encontrarse en el lugar de los hechos en el momento de ocurrir estos”. Puede parecer increíble, pero eso está ocurriendo en la actualidad.
Pero hay algo más. Viendo las imágenes de los atentados ocurridos en el extranjero aparecen diferentes testigos de nacionalidad española. Relatan lo ocurrido, lo que vieron y lo que oyeron, incluso lo que olieron, mostrando que estaban allí presentes. Pues… mensaje para todos ellos: si desarrollan algún tipo de secuela psicológica TRANSCURRIDO UN AÑO DESDE EL ATENTADO la administración les dirá que las secuelas deben aparecer dentro del primer año o ya no se consideran derivadas de su presencia en el lugar de los hechos.
Los acompañantes del Ministerio de Interior ¿explicarán esto a los familiares o a los testigos?  ¿O contestarán, como ya me dijeron hace muchos años al solicitar el reconocimiento de las secuelas de una víctima que “si decimos que sí a esta saldrán víctimas debajo de las piedras”?
Quizás, como algunos hicieron en su momento, lo único necesario sería presentarse días después en una comisaría y decirle al Policía Nacional: “oiga, que yo estaba allí y vi todo esto y esto y esto”… repitiendo lo mismo que los periódicos habían publicado días antes.

Pero claro, eso ocurría en 1987… 

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