martes, 28 de abril de 2020

28 abril 2020 En recuerdo a José María Calleja

28 abril 2020





En recuerdo a José María Calleja

No hay duda que la pandemia de la que aún no conocemos realmente el origen se va a llevar a mucha gente buena. Familiares, vecinos o conocidos serán víctimas de esta mierda y cada día agradecemos el tener la fuerza suficiente para poder ayudar y colaborar en cuanto sea necesario. Aplaudiendo a los trabajadores esenciales, fabricando mascarillas caseras o, los que podemos, trabajando desde el confinamiento en casa para continuar nuestra labor de ayuda y asesoramiento a colectivos con problemas.
Pero esta mierda del coronavirus o covid19 se llevará también a amigos. Y eso es lo que ha ocurrido con José María Calleja. He esperado unos días para hacer mi homenaje personal porque se preveía la lógica avalancha de escritos, artículos, glosas y demás que le dedicarían sus colegas periodistas. No quería, ni mucho menos, hacerle sombra a nadie.
Pero ahora ya ha llegado el momento. Y solo puedo decir que José María Calleja fue una PERSONA en mayúsculas. Se ha escrito mucho sobre su historia personal de lucha contra la banda terrorista ETA y cómo sufrió el acoso (nunca el derribo) por parte de esos criminales. Supo estar siempre en su sitio. Jamás se arredró y habló siempre con claridad. Mientras  algunos van de mártires por la vida, José María no se vanagloriaba de los problemas que tenía que soportar.
Pero hay un detalle añadido que no he visto ni leído estos días y del que puedo hablar en primera persona. Aunque era un excelente periodista, cuando no llegaba a cubrir la información y quería hablar con víctimas de algún atentado concreto o con algún abogado o psicólogo especializado, tenía la amistad y la confianza necesaria para llamar y decirme: “Oye catalufo, necesito que…”. Y cuando eso ocurría, siempre, siempre, siempre lo reconocía, jamás se arrogó las gestiones o la consecución de datos o entrevistados como propias. Al contrario que isabeles chilenas y personajes semejantes, jamás se aprovechó del trabajo ni del dolor ajeno.
Y cuando un amigo te dice que uno de los mayores honores que ha tenido en la vida fue que le presentara a José María Calleja en una manifestación en el País Vasco, queda absolutamente diáfano quién es quién en toda esta historia.


José María, hasta siempre.



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