lunes, 26 de febrero de 2024

26 febrero 2024 (3) El Periódico de Catalunya (opinión)

26 febrero 2024 


 

Terrorismo, terror, protesta y Código Penal

Astrid Barrio es Profesora de Políticas de la UV. Miembro del Comité Editorial de El Periódico

En el imaginario colectivo la idea de terrorismo está asociada al uso de la violencia extrema e indiscriminada hacia la población civil o hacia las autoridades estatales, incluyendo asesinatos, secuestros y torturas, por parte de grupos que persiguen objetivos políticos. Y este es un tipo de conducta que en España sabemos identificar muy bien como consecuencia de las acciones perpetradas por ETA durante casi medio siglo, y más recientemente, por parte del fundamentalismo islámico.

El terrorismo pretende sembrar terror, no en vano esta denominación empezó a utilizarse en la etapa de la revolución francesa bajo dominio jacobino, que ha pasado a la historia precisamente con ese nombre, aunque en ese caso la violencia extrema fuese perpetrada por las autoridades estatales dando lugar a otra acepción del mismo, el terrorismo de estado, una modalidad que tampoco es ajena a la historia reciente de España.

Por todo ello para muchos ciudadanos asociar algunos comportamientos del independentismo catalán con la idea de terrorismo resulta excesivo cuando no un completo disparate. No obstante, hay que tener en cuenta que una cosa es la idea existente en el imaginario colectivo de lo que es terrorismo, idea que además se corresponde con la propia definición de la RAE, y otra muy distinta es la definición jurídica que hace el Código Penal. La regulación penal de los delitos de terrorismo está contenida en los artículos del 571 al 580 y todos ellos han experimentado reformas que se enmarcan en la lucha internacional del terrorismo, en particular el islámico. La más reciente, amparada en la Resolución 2178 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, supone considerar terrorismo los actos ' contra la vida o la integridad física, la libertad, la integridad moral, la libertad e indemnidad sexuales, el patrimonio, los recursos naturales o el medio ambiente, la salud pública, de riesgo catastrófico, incendio, contra la Corona, de atentado y tenencia, tráfico y depósito de armas, municiones o explosivos () y el apoderamiento de aeronaves, buques u otros medios de transporte colectivo o de mercancías' que se realice con los objetivos de subvertir el orden constitucional, suprimir o desestabilizar el funcionamiento de instituciones políticas o estructuras económicas o sociales del Estado, obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo, alterar la paz pública, desestabilizar el funcionamiento de una organización internacional o provocar estado de terror en población.

Es precisamente esta ampliación tanto del repertorio de actos como de las finalidades del terrorismo que deberían permitir una lucha mucho más eficaz contra el mismo lo que hace posible que se puedan considerar terrorismo algunos actos de protesta que algunas subculturas políticas consideran legítimos, lo que no implica necesariamente que sean legales.

No debe extrañar, así, que algunas acciones del independentismo, en particular las de Tsunami Democràtic, estén siendo investigadas como presuntos delitos de terrorismo. Y aunque se quiera hacer creer que responde a delirios de jueces con manías persecutorias lo cierto es que los fundamentos están el Código Penal. Por ello la responsabilidad de esta interpretación expansiva de terrorismo que puede llegar a asimilar la participación política no convencional a terrorismo hay que buscarla más en el poder legislativo que del poder judicial.

Opinión:

Solo decirle a la señora Astrid Barrio que agradezco su interés en explicar (según la versión legalista del concepto) lo que significa terrorismo. Y también decir que no me consta que haya contactado con ninguna víctima del TERRORISMO para conocer la opinión al respecto.

Ahora, una serie de reflexiones. Para empezar y como víctima del atentado de la banda terrorista ETA en Hipercor, le diría que hubiera preferido que esos asesinos hubieran quemado 21 contenedores en lugar de cometer 21 asesinatos. Decirle que hubiera preferido que reventaran 45 farolas a causar 45 heridos. Y así podría explicarle que hubiera preferido que Youness Abbouyaqoub hubiera reventado 15 cajeros automáticos antes de cometer 15 asesinatos el 17 de agosto de 2017 en La Rambla y la Zona Universitaria. Por no hablar de que ojalá los terroristas gihadistas hubieran destrozado casi 500 tiestos de flores en lugar de causar casi 500 heridos (sumando sentencia y sumario).

Resumiendo, que la frase “cuando todo es terrorismo nada es terrorismo” se está cumpliendo a rajatabla. Y eso no se puede escudar en que la legislación ha cambiado de unos años a nuestros días… unos cambios que, oh sorpresa, llegan a coartar el derecho a concentración o manifestación aprobado en la sacrosanta Constitución Española bajo el prisma de que todo puede ser considerado como terrorismo.

Cuando, con la actual legislación, se manifiestan los mineros de Asturias, los trabajadores de los astilleros de Cádiz, los trabajadores de Acerinox, los taxistas coartando la libertad de movimiento de miles de ciudadanos, los camioneros cortando las principales carreteras del país, los agricultores exigiendo mejoras en sus condiciones laborales o incluso los miembros de la clase médica y sanitaria exigiendo el respeto que tantos aplaudimos no hace mucho ¿también dirá que es terrorismo?

Un par de noticias publicadas por Europa Press o por Heraldo de Aragón: “Los agricultores, que ya han tomado las calles del centro de Madrid con cerca de 500 tractores, avisan de que no se irán de la ciudad hasta que dejen entrar a los 1.500 tractores”… “Atropella a un policía nacional tras intentar sacarlo de la carretera en la tractorada de Huesca”…

Y otro ejemplo más para la señora Barrio: los trabajadores del aeropuerto de Barcelona que cortaron, no los accesos a una terminal sino las pistas del propio aeropuerto con el consiguiente desastre en la navegación aeroportuaria… ¿serían ahora terroristas?

Resumiendo, para muchos y sobre todo para muchos de la clase dirigente, quien proteste es un terrorista. Así todos se quedarán en casa y que proteste otro ¿verdad?

Hace diez años se presentó la película LA REVOLUCION DE LOS ANGELES. Le recomiendo a la señora Barrio que la vea en Filmin y luego me diga si AHORA podríamos hacer una película así…

¿Banalización del término “terrorismo”? Absolutamente. Si la señora Barrio lo desea, puede llamarme y le mostraré lo que es realmente terrorismo.

 

 

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