01 abril 2025 (27.03.25)
Manuel
Pérez, ‘camarada Arenas’, tras salir de prisión: “Cordón trató de escaparse, se
cayó y se mató”
El
militante histórico del PCE reconstituido y, según la Justicia, líder de los
Grapo, mantiene su inocencia en todos los casos que le han llevado a pasar 32
años en prisión. Asegura que en estos momentos lo que más le preocupa es la
situación internacional.
Manuel
Pérez Martínez, conocido como ‘camarada Arenas’ por su nombre en la
clandestinidad, tiene 80 años y hace apenas unas dos semanas que ha salido de
prisión. En total, a lo largo de su vida ha permanecido recluido 32 años. Nació
en el seno de una familia obrera de Melilla, tercero de 13 hermanos. Analfabeto
hasta los 16 años, pronto comenzó a conocer la realidad que golpeaba a la clase
obrera y a militar en el Partido Comunista de España (PCE). Rompió con la línea
defendida por Santiago Carrillo y se convirtió en el secretario general del PCE
reconstituido (PCEr) en 1975.
Algunos
de sus militantes decidieron tomar las armas. Por las acciones de los Grapo,
que dejaron 86 muertos hasta el año 2000, el ‘camarada Arenas’ ha sido
condenado en diferentes procesos judiciales en los que se investigaban
secuestros y atentados. Él defiende que jamás ha formado parte de la banda
terrorista y que se le ha condenado por “un delito de opinión”. En esta
entrevista, la primera que concede tras su salida definitiva de la cárcel,
Pérez relata su pasado militante en España, la clandestinidad en la que vivió
en Francia y su extradición final. Mientras lo hace, intercala sus respuestas
con anécdotas, da algunos golpes en la mesa, mueve efusivamente las manos y se
acaricia la barba canosa.
Usted
llegó a Vallecas (Madrid) desde Tetuán en 1956. ¿Ahí es donde comenzó su
concienciación política
Yo
he trabajado desde los siete años, primero en un taller de perdigones y luego
en la construcción como escayolista, ya en Madrid y con 12 años. La conciencia
empezó a brotar en mí desde el momento en que vi las condiciones en que los
obreros teníamos que trabajar y vivir, porque toda mi familia vivía en una
chabola sin electricidad, agua o aseo. Yo no encontré una vía de salida en el
trabajo, sino en el barrio, el Pozo del Tío Raimundo.
¿Conoció
al padre Llanos?
Su
capilla era el único lugar en el que se podía encontrar algo de “civilización”.
Íbamos los chavales, porque la gente mayor estaba tan vapuleada que no se
acercaba a la iglesia. Allí encontré a los que considero mis primeros
camaradas, miembros del PCE, y a leer los primeros textos marxistas que me
abrieron los ojos. Así me inicié yo en el difícil oficio de ser hombre.
Llegaste
a ir a la cárcel unos meses acusado de propaganda en 1970.
Me
detuvieron en Carabanchel tirando unas octavillas, y me llevaron a la misma
cárcel de Carabanchel. Yo ahí ya había roto con los carrillistas del PCE y
comencé a juntarme con el PCE internacional de Catalunya. Compartí celda con
uno de sus miembros del comité central y vi que eran trostkistas, así que me
alejé de esa organización.
¿Cómo
llega a ser el mayor representante a nivel estatal de la Organización de
Marxistas-Leninistas de España?
Este
colectivo surgió en 1968 en el extranjero y se organizaba a nivel federativo.
En la quinta reunión general que celebramos, desde Madrid defendimos el
centralismo democrático y constituimos un comité de dirección en 1972. A partir
de entonces sí que realizamos una verdadera labor comunista por la revolución.
Poco a poco fuimos dándonos cuenta de que el régimen estaba en crisis y la
represión no iba a parar, por mucho aperturismo que pregonaran, así que
teníamos que estar preparados para lo que viniera. Nuestra idea era
reconstituir el PCE.
El
8 de junio de 1975 se celebró el I Congreso Reconstituyente. De ahí surgiría el
PCEr, del que usted también sería secretario general. Siempre se ha ligado al
partido con los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (Grapo).
¿Había alguna relación?
Nosotros
nos queríamos preparar políticamente, pero hubo gente que pensaba que había que
dar más leña, para lo que se ofrecieron personas de manera voluntaria. Yo dije
que a esa gente había que apartarla del partido porque no éramos una
organización armada que practicara la lucha por esa vía. Si querían dar caña,
que lo hicieran con otras siglas y con sus propios planes.
En
cambio, desde el PCEr os posicionasteis a favor de algunas de las acciones
armadas de los Grapo.
Apoyamos
lo que nos parecía justo en aquel momento. Hacíamos un análisis de la situación
y en base a eso nos posicionábamos. Si se cargaban un torturador, pues nos
parecía muy bien. Ahora, ni el PCEr había llevado a cabo esa acción ni tenía
intención de hacerlo.
¿Estos
militantes del PCEr y a la vez de los Grapo se desvinculan del partido en algún
momento?
No
existe vínculo orgánico con ellos en un sentido operativo. Jamás lo ha habido y
nunca se ha demostrado una cosa así.
Le
detienen el 1 de octubre de 1977 junto con el resto de la cúpula del PCEr en
Benidorm. ¿Qué ocurrió?
Se
nos cayó encima la Policía. Nos requisaron las actas de la reunión que
acabábamos de tener y otra documentación y no consiguieron nada. La prensa
publicó que se había detenido a la cúpula de los Grapo, pero nunca encontraron
armas, ni planes, ni documentos que nos pudieran comprometer.
En
aquella ocasión le condenaron a siete años de prisión: cinco por asociación
ilícita y dos por tenencia ilegal de armas. ¿No había armas?
Tenía
una pistolita del calibre 22, un regalo. Qué curioso que en las noticias que
contaban que me habían requisado un arma no dijeran su calibre. Al verla, me
dijeron que o me la ponían a mí o a mi compañera, y les dije que era cosa mía,
pero solo eso.
¿Nunca
ha disparado el arma?
Ni
esa ni ninguna otra.
¿Participó
en algunos contactos entre el Gobierno de la época, a partir de noviembre de
1982, y los Grapo?
En
ese momento se dieron unas negociaciones en las que nosotros exigíamos al
Gobierno que reconociera que no éramos terroristas, porque jamás se halló
prueba para tales cargos, y una reparación moral. Con esta y otras condiciones,
nos comprometíamos a utilizar nuestra influencia y argumentos para trasladar al
Grapo la idea de que, si se respetaban esas condiciones, ya se podía hacer una
labor política amplia sin recurrir a la lucha armada. Luego se repitieron
algunas negociaciones, pero se convirtieron casi en un juego político y nunca
fructificaron.
¿El
PCEr ha sido legalizado en algún momento?
Hemos
sido alegales. Ni siquiera hemos intentado inscribirnos como partido político.
Y además, también somos víctimas de la ley de partidos.
Salió
de la cárcel de Soria el 9 de junio de 1984. ¿Qué hizo después?
Estuve
apenas unos meses en Vallecas otra vez, pero el control era tal que tuve que
pasar a la clandestinidad, a Francia. Primero me refugié en los Pirineos, en
pleno invierno, estuve por los montes y luego me instalé en París. Yo ni sabía
francés porque como medida de seguridad apenas hablaba con gente que no
conociera.
Algunas
informaciones de la época señalan que a principios de 1991 tenía intenciones de
entregarse a las autoridades españolas.
Eso
es falso, totalmente falso. Eso es lo que ellos querían, pero yo resistí en
Francia.
Usted
estuvo viviendo en la clandestinidad 15 años hasta que llegó su siguiente
detención, en el año 2000. ¿Qué hizo durante todo ese tiempo y qué ocurrió para
que le detuvieran
Reconstruir
el partido, porque nos habíamos quedado sin cuadros. Recuerdo que la primera
reunión la realizamos hasta en el monte. Más tarde celebramos nuestro tercer
congreso en 1993 y el cuarto en 1998.
Me
detuvieron únicamente por llevar un carnet de identidad falsificado. Me
condenaron a 10 años por eso, recurrimos y se quedó en ocho, y terminé
cumpliendo seis hasta que me extraditaron a España.
Ya
en España, en 2009 le condenaron por el secuestro y la desaparición de Publio
Cordón, empresario que residía en Zaragoza cuando en 1995 le secuestraron los
Grapo.
Lo
que ahí ocurrió fue un accidente. A este hombre dicen que le tenían como a un
invitado, muy bien tratado. Trató de escaparse y se descolgó desde una ventana
del tejado, y se cayó y se mató. Murió en la calle, allí prácticamente.
La
familia pagó el rescate de 400 millones de pesetas y los Grapo dijeron que
habían soltado al empresario. ¿Usted sabe dónde está el cuerpo?
Yo
no sé nada más porque nunca he sido de los Grapo, y tampoco entiendo este afán
de preguntar siempre por lo mismo. Parece que en 50 años de historia del PCEr
lo único que hemos hecho ha sido secuestrar a este hombre.
¿Por
qué terminó usted condenado entonces por este secuestro?
Porque
los tribunales españoles se sacaron de la manga algo como “la acción por
omisión”. Ellos entendían que al ser el secretario general del PCEr también
controlaba los Grapo, cuando eso nunca ha sido así. Pensaban que podía haber
dado la orden de no secuestrar o soltar a Cordón, y que no lo hice. Por eso me
condenaron a siete años de prisión. ¿De verdad alguien cree que si hubiera
secuestrado y matado a una persona la condena sería esa? A partir de entonces,
utilizaron eso de “acción por omisión” para culparme de las demás acciones.
En
2010 la Audiencia Nacional le condenó a tres años y medio de prisión por un
ataque con explosivos contra repetidores de RTVE.
Yo
no tengo nada que ver con eso.
En
2011 le condenaron a tres años de prisión por ordenar la colocación de un
artefacto explosivo en marzo del año 2000 contra la sede del PSC en Barcelona.
No
sé absolutamente nada de eso. Nada, cero. ¿Ordenar yo? Jamás, nunca.
En
cambio, Fernando Silva Sande, antiguo militante de los Grapo, afirmó en sede
judicial que usted era el que señalaba “qué se hacía, cómo y cuándo”. También
dijo que era “el responsable máximo” y que a usted “le correspondía siempre la
palabra final en una organización piramidal como la nuestra”.
Te
voy a contar la historia de Silva: hubo una reunión de militantes del partido a
la que asistió cuando todavía estábamos en el monte. Una camarada le denunció
por haberle violado, y no le fusilamos en aquel momento porque nosotros no
empleamos las armas. Tomamos la decisión inmediata de expulsarle, y a partir de
entonces se convirtió en un colaborador de la Policía, que dice lo que la
Policía le dicta. Incluso en el juicio por el que me condenaron en 2012, otra
mujer le acusó de violación. Era algo que nadie se esperaba que sucediera.
[Nota: La abogada de Silva Sande afirmó en la Audiencia Nacional que las
relaciones sexuales fueron consentidas y que todo se trataba de una venganza
por haber dejado los Grapo].
¿Mintió
Silva?
Todo
lo que dijo se lo había dictado la Policía, sí.
Mencionaba
el proceso de 2012. Le condenaron a 17 años de prisión por el ataque contra una
empresa madrileña de trabajo temporal en enero de 1998. Es su condena más larga
y la que le ha mantenido entre rejas hasta ahora.
No
hay absolutamente nada que me relacione con esa acción. El problema es que
nosotros nunca hemos aceptado el entreguismo ni nos hemos arrepentido de nada y
a mí me han condenado por un delito de opinión. Pensar otra cosa es hacerle el
juego a la guerra sucia, a la propaganda negra. Todo es mentira porque vuelven
una y otra vez a condenarme por eso de “acción por omisión”, cuando yo nunca he
pertenecido a los Grapo.
El
pasado 5 de marzo salió definitivamente de la cárcel tras haberle computado los
seis años de cárcel que cumplió en Francia. ¿Cómo es el mundo que se ha
encontrado fuera?
La
situación mundial nos preocupa especialmente. Desde el partido escribimos una
serie de análisis que de nuevo vemos que se están cumpliendo. Hablo de la tesis
del ultraimperialismo, que viene a decir que los Estados Unidos son los amos y
señores del mundo. Pensamos que las contradicciones del mundo capitalista, que
están de manera larvada, se van a manifestar. Basta que ocurra algo como la
operación especial de Rusia en Ucrania para verlo. La OTAN, que tenía como
objetivo cercar a Rusia y despedazarla para repartirse sus materias primas, ha
salido mal, porque la burguesía rusa, que tampoco es que sean comunistas, ha
defendido su territorio.
Que
Europa se haya quedado fuera de las negociaciones sobre lo que ocurre en
Ucrania va a facilitar las cosas. Ahora se reestablecerá un reequilibrio de
fuerzas roto desde la Unión Soviética. Incluso en Rusia, Putin está adoptando
políticas muy cercanas al socialismo. Es inevitable que el socialismo vuelva a
Rusia. En materia militar, lo único que ha frenado a Occidente son las armas
nucleares rusas. Hasta Trump le ha dicho a Zelensky que lo que está en juego es
la tercera guerra mundial.
¿En
qué está centrado el PCEr actualmente?
Precisamente
en esta situación a nivel internacional. En un momento en el que se han
confirmado nuestras tesis, valoramos y analizamos la realidad internacional
porque hay mucho en juego.
Sus
últimas condenas le han llevado a permanecer unos 25 años en prisión de forma
continuada. ¿Qué es lo que más ha echado de menos este tiempo?
Uy...
Bueno, mi familia, evidentemente. [Se emociona]. No quiero hablar mucho de
ello. No conozco a mis nietos, con eso te lo digo todo. Tampoco he podido
acudir a los sepelios de familiares y allegados que han fallecido en este
tiempo. Y también he echado de menos a mis camaradas, que son mis hermanos, la
otra familia, personas desinteresadas y valientes.
Por
último, ¿hay algo que haya marcado su pasado y que ahora haría diferente?
Hemos
cometido muchos errores, sobre todo de subjetivismo. A veces hemos medido mal
nuestras fuerzas, pensábamos que el movimiento se iba a desarrollar más
deprisa, que tendríamos mayor apoyo. No ha sido así porque la oligarquía ha
maniobrado y el revisionismo ha colaborado con ello. También hay que
contextualizarlo todo. En aquel momento hicimos lo que hicimos por nuestras
propias condiciones. Éramos muy jóvenes y no teníamos experiencia, y la
dificultad era enorme. Había todo un Estado en contra.
¿Y
a nivel personal?
Yo
no soy ningún santo y seguro que he cometido muchos errores... Sí me arrepiento
de haberme opuesto a la ejecución de Silva cuando le acusaron de violación. Los
compañeros iban a por él, y yo me opuse, y ahí hice mal
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