02 agosto 2018
El
cerebro del 17-A reside en Europa y se mueve con libertad
Las fuerzas de seguridad lo tienen localizado
desde pocas semanas después de la masacre. El imán de Ripoll era el enlace con
el ideólogo, que vivía hace un año en el centro del continente
El imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty era el
cabecilla de la célula que cometió los atentados de Barcelona y Cambrils el 17
de agosto del 2017, pero no el autor intelectual. El cerebro que diseñó los
ataques con los que los terroristas querían golpear la capital catalana el año
pasado se encontraba «en una ciudad del centro de Europa» en aquel momento.
Fuentes de la investigación han asegurado a este diario que el terrorista está
localizado, cambia con cierta regularidad de país (no concretan si pasa por
España) y «sigue entrando en contacto con otros grupos» de radicales.
Las fuerzas de seguridad españolas, con ayuda
de servicios de espionaje extranjeros, lograron llegar hasta el responsable
intelectual del 17-A pocas semanas después de los ataques. El ideólogo había
pensado causar una masacre en el Camp Nou, además de en la Sagrada Familia ,
también en Barcelona, y en la Torre Eiffel , en
París. Sin embargo, debido al accidente mortal que tres de los terroristas
sufrieron en el chalet de Alcanar (Tarragona) durante la preparación de los
explosivos, cambiaron de planes.
Tras perder la base de operaciones, los
integrantes del resto de la célula decidieron, de manera improvisada, que
Younes Abouyaaqoub provocara el terror en La Rambla con una furgoneta y que otros cinco
viajaran a Cambrils (Tarragona), donde arrollaron a varias personas, antes de
morir por disparos de los Mossos d’Esquadra. En total, fallecieron 16 personas
y cerca de 140 resultaron heridas.
Las fuentes consultadas no dan detalles de la
nacionalidad ni de la edad del cerebro del 17-A, ni tampoco desvelan si vivió
en algún momento en España.
Rápida reivindicación
Los investigadores
sospecharon desde el primer momento que había una conexión internacional por
tres hechos: la gran cantidad de explosivos manejada (unos 200 kilos), la gran
envergadura de los atentados y la rapidez en la reivindicación por parte del
Estado Islámico. Los expertos del Cuerpo Nacional de Policía, los Mossos
d’Esquadra y la Guardia Civil consideraron que la celeridad con que
el grupo yihadista se atribuyó el ataque demostraba que esta organización
estaba al corriente de la existencia de la célula y de los preparativos.
Normalmente, cuando el atentado lo comete un simpatizante que actúa por su
cuenta, el Estado Islámico suele tomarse varios días para emitir un comunicado.
En cambio, en este caso, se lo atribuyó a las nueve de la noche del mismo día
de los ataques mediante un mensaje de su agencia de propaganda Amaq.
Fuentes de la investigación explican que los
terroristas de Ripoll, en la provincia de Gerona, donde residían desde hacía
muchos años nueve de los 10 componentes de la célula, ya habían iniciado el
proceso de radicalización cuando Es Satty se instaló en esa ciudad en el 2015
para ser el imán. Los jóvenes no tenían más de 28 años y dos eran menores de
edad (17). Los servicios de seguridad consideran que el imán, un marroquí de 43
años, fue el «catalizador» de unas voluntades que ya rondaban en las cabezas de
los jóvenes, que ya se habían radicalizado a través de internet. La evolución
fue más rápida de lo habitual, apuntan esas fuentes, porque se da la
circunstancia de que entre los nueve yihadistas había cuatro parejas de
hermanos y algunos de ellos eran primos.
Confidente
Las fuerzas de seguridad consideran que el imán
era el enlace con el autor intelectual del golpe, que en aquel momento estaba
«en una ciudad del centro de Europa». No se sabe todavía en qué momento Es
Satty se convirtió al yihadismo y pasó a estar dispuesto a inmolarse. Estuvo
encarcelado entre el 2010 y el 2014 por tráfico de drogas y en ese periodo fue confidente
del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y de otros cuerpos de seguridad,
según se supo en noviembre.
Cuando faltan dos semanas para el primer
aniversario de los atentados en Cataluña, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha levantado
parcialmente el secreto del sumario del caso porque, según su razonamiento,
considera que ya no se van a ver afectadas las investigaciones.
La pieza principal de la causa abierta consta
de 21 tomos. El juez mantiene la reserva para, entre otras, las piezas
relativas a las comunicaciones entre los terroristas y las comisiones
rogatorias a otros países para determinar las conexiones internacionales.
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