jueves, 28 de junio de 2012

28 junio 2012 El Periódico de Catalunya (opinion)

28 junio 2012

 

 

Infame, vergonzosa decisión (26 junio 2012)

Ferrán Monegal





Momento televisivo que nos ha producido en casa rabia, sonrojo, vergüenza e indignación. Ocurrió en la madrugada de ayer, cuando en El gran debate (T-5) conectaron con Girona, y entrevistaron a Nuria Manzanares. Hace exactamente 25 años, en el atentado de Hipercor, los terroristas asesinaron a su hija Silvia, de 13 años, a su hijo Jordi ,de 9, y a su hermana Mercedes, de 30. La declaración de Nuria ha sido un golpe que no olvidaremos. La tragedia que ha evocado, rota y deshecha, ese calvario que comenzó 25 años atrás, cuando ella y su esposo buscaban desesperadamente a sus hijos y hermana por los hospitales de Barcelona. El desgarro insoportable de encontrarlos asesinados. Y lo que ha venido luego, que nos ha dejado estupefactos: las autoridades no consideran víctimas del terrorismo a Nuria y a su esposo. Jordi González, su entrevistador, solo pudo balbucear: «Nuria, yo me gano la vida hablando, pero ahora no sé qué decir». Efectivamente, todos nos hemos quedado mudos ante este testimonio. Más de 25 años teniendo que soportar la carga añadida de una vergonzosa decisión, de la que son responsables no solo los políticos del Gobierno central de aquella época, sino todos los que han venido después, y también los sucesivos gobiernos de la Generalitat, que han permitido una infamia como ésta. Este caso de Nuria y de su esposo no es el único. Buen servicio el que ha realizado El gran debate. La tele nos ha hecho tomar conciencia de una canallada que a la inmensa mayoría nos ha llenado de indignación y vergüenza.

Opinión:

La información y el reconocimiento  que presenta  Ferrán Monegal es de agradecer.

Pero para ser veraces hay que explicar la situación tal y como es: como es natural, Nuri y Enrique han padecido, padecen y padecerán las secuelas psicológicas por  el asesinato de sus dos hijos y de la hermana de Nuri. Y digo “secuelas psicológicas” porque no padecen ninguna secuela física al no encontrarse en el interior de los almacenes Hipercor.

Enrique y Nuri aparecen en las dos sentencias del atentado (1989 y 2003) como beneficiarios de indemnización. Es decir, más que no estar reconocidos como víctimas lo que se reconocen son sus secuelas. Esta es la primera en la frente porque se da la impresión de que todo gira alrededor del dinero a recibir y puedo garantizar que en el caso de Enrique y Nuri este no es motivo de sus reclamaciones. La situación real de Enrique y Nuri es que sus secuelas psicológicas no están consideradas como “derivadas de atentado terrorista” y solo las tienen reconocidas como “enfermedad común”… bajo la argucia legal (hablar de argumento sería mentir) de no encontrarse en el lugar de los hechos cuando ocurrió el atentado. Además, ya a finales de la década de los 90 se nos contestó desde el Ministerio de Interior que “o las secuelas aparecen dentro del primer año del atentado o ya no son consecuencia del atentado”.

Ya lo sabéis… para la administración que decide sobre este tema la mente humana tiene una caducidad de un año…

Lamentable.

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