lunes, 30 de diciembre de 2013

29 diciembre 2013 (8) La Verdad Murcia


29 diciembre 2013 


Otro paso hacia el final de ETA

El comunicado de los presos es una nueva victoria del Estado de Derecho 






El comunicado emitido ayer por el colectivo de presos de ETA -un bloque monolítico de unos 600 etarras encarcelados en Francia y en España- reconoce “con toda sinceridad” el daño causado con sus atentados, acepta la legislación penal y penitenciaria española y da vía libre a que los reclusos inicien individualmente las solicitudes de aplicación de los beneficios penitenciarios vigentes para salir cuanto antes de prisión y ser ubicados en cárceles del País Vasco. Los presos afirman expresamente que se comprometen a utilizar los “cauces legales, aun cuando ello conlleve la aceptación de la condena”. Esta claudicación en toda regla, que supone la reafirmación de la victoria del Estado de Derecho contra la organización terrorista, está incluida en un texto repleto de irritante retórica cargada de resabios. No faltan en él las infamias, como la crítica a las “torturas” a las que han sido sometidos por parte de “los funcionarios del sistema carcelario” o la agridulce renuncia “al método utilizado en el pasado para hacer frente a la imposición, represión y vulneración de derechos”. Sin embargo, el comunicado es bien claro cuando reitera el compromiso “absoluto” con el nuevo escenario (la declaración de alto el fuego definitivo). Este comunicado era esperado por la izquierda abertzale y por los gobiernos español y vasco tras la revisión de la “doctrina Parot'”, que, aunque dramática para las víctimas e irritante para la opinión pública, ha legitimado una vez más internacionalmente el refinamiento indiscutible del Estado de Derecho español, que se somete a las más estrictas reglas europeas de legalidad. En sí mismo, el comunicado no tiene función alguna ni requiere respuesta: sencillamente, habrá que aplicar la ley penitenciaria cuando cada recluso se ampare en ella próximamente. Lo que significará un nuevo avance hacia la normalización plena del desenlace de ETA, que ya sólo requiere como último requisito la declaración de disolución de la banda. Se consumará de este modo el triunfo de la democracia sobre el terror o, si se prefiere, la derrota de los fanáticos que han pretendido violentar la soberanía popular con la fuerza espuria de la violencia. Quienes se sacrificaron con heroísmo por conseguirlo podrán descansar en paz.

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