miércoles, 28 de mayo de 2014

28 mayo 2014 (2) El Pais (opinion)

28 mayo 2014

El saqueo de las ayudas para cooperación

Ocho años de cárcel a un exconsejero de Camps por fraude en ayudas al desarrollo

Penas también para otros cinco cargos públicos, dos dirigentes de una fundación y un empresario ligado a Rafael Blasco


Los condenados compraron inmuebles en Valencia con las subvenciones destinadas a Nicaragua

Los jueces han condenado este miércoles al exconsejero valenciano Rafael Blasco a ocho años de cárcel y 20 de inhabilitación absoluta por el fraude en las ayudas de cooperación al desarrollo, cometido durante la presidencia de Francisco Camps. Un total de 43 años de prisión y 47 años de inhabilitación para la trama que se apropió de los fondos destinados a proyectos de desarrollo en América Latina, África y Asia por la Generalitat valenciana. La red estaba integrada por la cúpula de la Consejería de Solidaridad, a la que pertenecían seis de los nueve condenados.
Al frente de todos ellos, como "director" de la trama, Rafael Blasco, el hombre que ha definido una parte clave de la política valenciana de los últimos 30 años, y que alcanzó su máxima cota de poder en 2009, durante la recta final del mandato del expresidente Camps. Los magistrados han condenado a Blasco, que sigue siendo diputado autonómico, a ocho años de cárcel como jefe de la red y 20 años de inhabilitación absoluta por los delitos de malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, prevaricación administrativa y delito continuado de falsedad en documento oficial.
La sentencia considera probado que Blasco, exconsejero y exportavoz del PP en las Cortes Valencianas forzó el procedimiento de concesión de subvenciones. Presionó a funcionarios. Y que, a la vista de su resistencia, los relevó por personas de su confianza que sí accedieron a conceder las ayudas violando los criterios legales. El fallo conocido hoy corresponde a la primera pieza separada del caso Cooperación, una macrocausa que tiene otras dos piezas separadas.
En esta historia de villanos hay también algunos héroes discretos: en primer lugar, los funcionarios que se negaron a conceder las ayudas y contaron lo ocurrido en el juicio. La sentencia recoge, entre otros pasajes, que ante el bloqueo en la concesión de subvenciones, Blasco convocó a los empleados públicos a una reunión presidida por él mismo, "algo que era completamente extraordinario".
Una vez allí se mostró "abiertamente disconforme con su decisión" de oponerse a librar las ayudas, "presionándolos para que modificaran sus conclusiones, sosteniendo que él era el máximo intérprete de las bases". Blasco les pidió "que confiaran en su palabra de la misma manera que él había confiado en ellos, pese a que no se tenía buen concepto de su trabajo".
Como no consiguió su objetivo, el consejero de Camps los amenazó con el escrutinio de su trabajo anterior, señala la sentencia: "Al enterarse de que no variaban su decisión, Blasco visiblemente enfadado, les dijo que si siempre habían sido tan rigurosos, que lo iba a comprobar personalmente, pidiendo a continuación que le subieran a su despacho todos los expedientes" que los funcionarios habían elaborado anteriormente "con tal objeto".
Junto a Blasco han sido condenados el empresario Augusto César Tauroni, a ocho años de prisión y 20 de inhabilitación absoluta; la que fue secretaria general administrativa de la consejería, Tina Sanjuán, a siete años y seis meses de prisión; el exjefe del área de cooperación, Marc Llinares y el exsecretario general del departamento, Alexandre Català, ambos a cuatro años y seis meses de prisión y siete años de inhabilitación; el exjefe de gabinete de Blasco, Xavier Llopis, a tres años de prisión y dos de inhabilitación; el presidente de la Fundación Cultural y de Estudios Sociales, Marcial López, a cuatro años y seis millones de euros de multa; la miembro de la misma Fundación Cyes, Josefa Cervera, a tres años y medio de prisión y multa de cuatro millones de euros, y al ex director general Josep Maria Felip, a siete años de inhabilitación.
Además, Tauroni, López y Cervera han sido condenados al pago conjunto y solidario de una indemnización a la Generalitat de 1,7 millones de euros. La responsable civil subsidiaria es la fundación Cyes.
En esta parte de la causa se ha juzgado la primera actuación de la trama. El desvío en 2008, poco después de que Blasco, a quien la trama apodaba El Conejo, se hiciera cargo de la consejería, de 1,8 millones teóricamente destinados a Nicaragua. El dinero se invirtió principalmente en pisos y plazas de garaje en Valencia.
En la causa se investigan también, entre otros fraudes, la supuesta rapiña en la construcción de un hospital en Haití tras el terremoto que asoló el país caribeño en 2010, al que Camps decidió destinar inicialmente cinco millones de euros.
Junto al exconsejero y todavía diputado autonómico han sido condenados los principales mandos de la consejería. A pesar de tener constancia de que las subvenciones no podían entregarse porque la Fundación Cyes no cumplía los requisitos, los cargos públicos fueron "removiendo cualquier obstáculo que pudiera impedir su concesión, para luego ocultar y eliminar cualquier circunstancia que, o bien, pudiera impedir la aprobación de la rendición de cuentas presentada y la subsiguiente conclusión del expediente, o bien, pusiera en evidencia lo irregular de la concesión", sentencian los jueces.
Sus cómplices fuera de la Administración fueron el presidente de la Fundación Cyes, utilizada para recibir los fondos, así como su mujer. Y el empresario Augusto César Tauroni, cabecilla de la parte civil de la red, que lleva más de dos años en prisión provisional.
Blasco dirigió casi todas las consejerías de la Generalitat. Fue un estrecho colaborador de tres presidentes valencianos, y se especializó en asesorarles en materias delicadas. Alcanzó su cima de poder cuando el expresidente Camps se vio amenazado por su implicación en el caso Gürtel. El expresidente lo nombró entonces portavoz parlamentario y titular de las carteras de Solidaridad y de Justicia.
La carrera política de Blasco ya pareció acabada hace 25 años, cuando los socialistas lo expulsaron del Gobierno valenciano y del partido entre sospechas de que había aceptado sobornos a cambio de facilitar negocios urbanísticos.
El veterano político (acaba de cumplir 69 años) fue, sin embargo, absuelto tras la anulación de los pinchazos teléfonicos que sostenían la acusación. Después de un periodo de ostracismo, Blasco fue reclutado por Eduardo Zaplana, elegido presidente valenciano en 1995, para la causa popular. Zaplana explotó la habilidad política de Blasco, así como el profundo conocimiento que tenía de la estructura autonómica y de su gran rival, el PSPV-PSOE.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, lo destituyó como portavoz en las Cortes Valencianas en 2012, después de que fuera imputado en este caso. Fabra no forzó, sin embargo, su salida del Grupo Popular en el Parlamento autonómico hasta que la juez lo sentó en el banquillo de los acusados, hace un año, y el propio Gobierno valenciano, personado en el procedimiento, solicitó para él 11 años de prisión.
Blasco integra ahora el grupo de no adscritos de las Cortes y se encuentra inmersos en varias investigaciones por corrupción. Existen dudas sobre si dejará su escaño tras la condena, dado que aún puede recurrir la condena al Tribunal Supremo.



Después de todo, Rafael Blasco (Alzira, 1945) ha terminado dándole la razón a Joan Lerma. El entonces presidente de la Generalitat lo destituyó en 1989 como consejero de Urbanismo y lo postergó en el PSPV-PSOE por supuestos sobornos a funcionarios a cambio de la recalificación de terrenos. La invalidación de las grabaciones que presuntamente lo incriminaban le permitió salir indemne y proyectar la leyenda de que todo había sido un ajuste de cuentas orgánico porque le hacía sombra al líder de los socialistas valencianos.
En esos años de postración política, entre 1991 y 1994, el otrora luchador del Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP) regresó a su plaza de interventor municipal y dedicó todas sus energías a preparar un elaborado plato frío que lo pudiera resarcir del agravio. Dotado de una extraordinaria capacidad política, Blasco realizó varios intentos de regresar ideando un Partido Socialista Independiente y otras opciones que sumaran toda la calderilla electoral y pudieran decantar mayorías. La meta era reincrustarse en el poder.
Sin embargo, sus proyectos no cuajaron. Entonces apareció Eduardo Zaplana, que le abrió la puerta del PP a cambio de que guiara sus pasos en una Administración que Blasco había ayudado a diseñar como consejero de Presidencia de Lerma. La ambición de Blasco y la bisoñez de Zaplana trazaban una simbiosis perfecta. Ser su lazarillo, con la victoria del PP en 1995, tuvo su recompensa. En 1999, como subsecretario de Planificación en la Presidencia de la Generalitat, gobernó las cañerías, trenzó clientelas y favoreció la fagocitación de Unión Valenciana para que el PP ocupase todo el espectro de la derecha. Luego cogió el timón de Empleo (1999-2000) y Bienestar Social (2000-2003). Y dio el paso de militar en el PP.
Su agudeza visual política le hizo traicionar a Zaplana en el momento justo para asegurarse el mañana con Francisco Camps, quien le entregó la Consejería de Territorio y Vivienda en los años de mayor depredación urbanística (2003-2006) y luego la de Sanidad (2006-2007). Pero Camps creció orgánica y políticamente y empezó a distanciarse de Blasco. En 2007 lo apartó a una consejería de menos peso, Inmigración.
Cuando el caso Gürtel empezó a sacudir el suelo que pisaba Camps, el viejo estratega Blasco volvió a los primeros planos para tratar de recomponer la estropeada imagen del presidente de la Generalitat. Era 2010. De nuevo en el puente de mando, su consejería, ahora con el nombre de Solidaridad, ganó volumen, fue nombrado portavoz parlamentario y su influencia en el Gobierno valenciano se disparó. Pero cuando estaba alcanzando la velocidad de crucero, pasteleando incluso en la venta del Valencia CF, empezó a aflorar la basura que ahora acaba de sepultarlo por segunda vez.
Con Alberto Fabra en la Generalitat, su situación judicial fue empeorando y se convirtió en un apestado, hasta que la apertura de juicio por el fraude de la cooperación terminó por despeñarle del partido que le permitió renacer de sus cenizas y saborear aquel plato frío que tanta bazofia iba generando por el fondo. Entonces buscó refugio parlamentario en el Grupo de los no Adscritos, forzando su escorzo amenazante como una navaja muy afilada. Sin embargo, el animal político ya se había devorado a sí mismo. Los lixiviados le llegaban al cuello. El viejo luchador del FRAP ahora vuelve a la cárcel como delincuente común.


Opinión:

No es propósito de este blog hablar de las andanzas de muchos representantes de la casta política en lo relacionado con las corruptelas y la corrupción. Pero cuando aparecen noticias que entremezclan estos problemas con el terrorismo o con siglas consideradas como tales, las cosas hay que explicarlas.

Sin querer sentar cátedra, el nombre de “Rafael Blasco” me venía a la mente por unas investigaciones realizadas al preparar mi estudio sobre terrorismo en Cataluña, presentado en la revista del Sindicat de Policies de Catalunya en diciembre de 2010. En el citado estudio publiqué lo siguiente:
El FRAP fue otra sigla con connotaciones terroristas que actuó en Cataluña. El domingo 14 de septiembre de 1975 era asesinado cerca de su casa el Policía Armada Juan Ruiz Muñoz, cuando solo le quedaban dos meses para la jubilación. Después de ser disparado, los autores le hirieron con una navaja en la cabeza, el vientre y el muslo. Una nueva viuda y una nueva huérfana.

¿Es el mismo Rafael Blasco? De ser así, ¿podría explicarnos a los que queremos saber cual fue su relación con las siglas FRAP?

Una revisión mas a fondo de ese recuerdo me ha llevado a encontrar la siguiente información:

http://es.globedia.com/rafael-blasco-frap-proximo-imputado

Rafael Blasco: Del FRAP al PP. Próximo imputado
13/06/2012 20:33

Empezó estando en el PCE (m-l), para pasar al FRAP, después durante la transición, oliendo el poder como suele hacer, se agarró al PSPV y fue consejero con Lerma, más tarde éste le cesó por una trama oscura de recalificación a cambio de dinero. Posteriormente, se subió al carro del poder y se apunto a ganador, afiliándose al PP valenciano, fue consejero con Zaplana, Oliva y Camps, y en el último gobierno era hasta ayer, el portavoz pepero de las Corts.


DETENCIO’N DE SUPUESTOS MIEMBROS DEL F.R.AP.
Nota de la Jefatura Superior de Policía

... Como fruto de estas observaciones y vigilancia, en los pasados días han sido detenidos y puestos a disposición judicial los siguientes individuos:
Rafael Blasco Castany (a) “Víctor” considerado máximo responsable del P.C.E. y del FRAP en Cataluña.
...A Rafael Blasco Castany se le ocuparon varios DNI a nombre de Domingo Manuel Freijomil Torriño, los tres documentos con sus fotografías. Se encontró igualmente en su domicilio un DNI a nombre de Ana Escudero garcía con la fotografía de su mujer Maria Isabel Cortsmas.

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