18 enero 2025
«Necesitamos leyes bien definidas para condenar a quienes
humillan a las víctimas del terrorismo»
«Faltan leyes para condenar al que humilla a víctimas de
ETA»
La jurista burgalesa Mireya Toribio Medina, investigadora
de la Universidad de Birmingham, está ultimando su tesis doctoral, que se
centra en el análisis de la legislación española en materia de terrorismo y su
evolución desde la primera ley
Burgalesa
de 34 años, esta jurista especializada en Derecho penal es investigadora de la
Universidad de Birmingham, donde está realizando su tesis doctoral (en el marco
de un proyecto del Consejo Europeo de Investigación denominado 'Urban Terrorism
in Europe (2004-19): Remembering, Imagining, and Anticipating Violence'), que
se centra en el análisis de la legislación española en materia de terrorismo y
su evolución desde la primera ley, que data de 1894, hasta la actualidad. Una
revista francesa (Conceptos, que edita la Universidad de Burdeos y que dedica
su último número a las víctimas del terrorismo) acaba de publicar a Mireya
Toribio Medina un artículo en el que da cuenta de los rescoldos que la
violencia etarra ha dejado en la sociedad vasca, entre los que se encuentran
los ataques al honor de quienes han sufrido la barbarie del terror. En Sal en
las heridas. La humillación a las víctimas del terrorismo de ETA, realiza esta
investigadora un recorrido por la creación de la figura delictiva y su aplicación
en el contexto del terrorismo de ETA.
«En
la lucha contra el terrorismo hay muchas vías, y una de ellas son las leyes.
Nuestra legislación ha ido cambiando y adaptándose. Y uno de los problemas con
los que se ha encontrado es que, además de las agresiones físicas, está el
hostigamiento y la intimidación, algo que no ha desaparecido, que aún pervive,
aunque ETA ya no exista», explica Mireya Toribio. Al abrigo del Pacto
Antiterrorista firmado en el año 2000, se modificaron varios artículos del
Código Penal y se introdujeron dos nuevos el delito: el de enaltecimiento o
justificación del terrorismo y el de humillación a las víctimas del terrorismo
y sus familiares.«Aunque están en el mismo párrafo, son dos delitos distintos.
Y en teoría pretendían abordar mejor uno que ya se recogía, el de apología del
terrorismo. Esto se vuelve a modificar en 2015: aunque ETA ha dejado de matar,
se endurecen las penas y se introducen agravantes. El resultado final son
artículos hechos con buena intención, pero que dan lugar a muchos problemas de
interpretación por el hecho de que ambos delitos van juntos. Y cuando es
difícil interpretarlos, es muy difícil condenar por ellos».
Y,
por tanto, que no es en absoluto complicado que quienes los cometen se vayan de
rositas. Explica la jurista burgalesa que esta realidad provoca a menudo que
casos flagrantes sorprendan e indignen a la opinión pública por su ausencia de
condena, mientras que otros (por ejemplo, los alusivos a chistes que casi todos
hemos hecho alguna vez) sí la reciban y reciban quizás una pena excesiva. «No
es nada sencillo y no se trata de que los jueces sean esto o lo otro: cuando
una ley no está bien delimitada es muy difícil aplicarla bien. En esta época
posterior a la desaparición de ETA, sigue habiendo quienes legitiman la
violencia; y entre estos, se producen conductas que glorifican el terrorismo y
casos de humillación».
No
es una afirmación al albur: esta misma semana se ha sabido, gracias al
Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), que en el año recién terminado
se han registrado hasta 421 actos proetarras, aunque por segundo año
consecutivo no se haya celebrado ningún 'ongi etorri' (los homenajes que
reciben los etarras excarcelados). «Covite ha registrado esa cifra, pero es
probable que sea aún mayor porque es imposible estar presente en todos los
sitios. Pero estas Navidades se han celebrado actos proetarras hasta en las
cabalgatas de Reyes, donde hay niños. Los vemos en eventos deportivos, en las
calles... Y aunque llevan a los tribunales muchos de estos casos, la dificultad
está en conseguir las condenas. Por un lado, respecto al enaltecimiento del
terrorismo, porque al no existir ya ETA se puede considerar que no puede
glorificarse -lo que hace claro que es necesario reformar este punto; respecto
a los casos de humillación a las víctimas, que es un delito diferente, porque
está relacionado con la dignidad de las personas y el discurso del odio, sí ha
habido algunas condenas en los últimos años, pero pocas, porque a veces no se
humilla a una víctima concreta, lo que hace realmente complejo conseguir una
condena. Al final, las víctimas se encuentran desamparadas en este ámbito».
En
este sentido, Mireya Toribio Medina insiste en la necesidad imperiosa de
revisar estos apartados de la ley. «La palabra humillación es muy poco clara.
Sería necesaria una formulación más precisa. Hay sentencias que piden que se
separen los dos delitos: por un lado el enaltecimiento y por otro el de
humillación a las víctimas. Hay una evidente confusión». Tiene claro esta
jurista que, amén de esa modificación, se hace igualmente imperiosos que la
justicia «cuente con más medios. Muchas veces, los problemas con que se
encuentra la justicia es por falta de medios. Más recursos y escuchar a los
expertos es fundamental». El hecho de que muchas víctimas denunciantes que
siente vulnerada su dignidad no consigan ver condenados a quienes los humillan
o difaman, hace, en palabras de Mireya Toribio, «que padezcan un injusto
sufrimiento, una revictimización. Los convierte otra vez en víctimas, no pueden
terminar de salir de esa situación. Necesitamos leyes bien definidas para que
se condenen por humillación a las víctimas del terrorismo. En los últimos años
se han sucedido sentencias condenatorias y absolutorias relativas al delito de
humillación a las víctimas en las que ha sido común la variación de criterios
en las diversas instancias judiciales, fruto de la confusión que existe a la
hora de llevar este tipo penal a la práctica».
Mucho
por avanzar. Aunque admite que la situación en el País Vasco ha cambiado
notablemente desde la disolución de ETA, Mireya Toribio considera que aún queda
mucho por avanzar hacia la normalidad. «Que sigan dándose casos como estos
impide esa mejora. Aunque afecte a unas pocas personas, tienen que ver
respetados derechos tan básicos como el de la dignidad. Mientras estos hechos
existan en estos números, que son cientos, no se avanzará. Y muchos de estos
actos están patrocinados por un partido político llamado Sortu, por ejemplo. Y
este escenario no deslegitima la violencia, que es lo que tendría que
producirse», concluye.
Opinión:
Pues nada, habrá que contactar con la jurista burgalesa
Mireya Toribio Medina y explicarle algunas cosas que hace más de 35 años se
están solicitando a nivel de legislación pero que todavía ningún gobierno se ha
puesto a revisar. Quizás entenderá que las versiones oficiales no aportan toda
la información pertinente.
Sí, 35 años.
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