22 enero 2025 (21.01.23)
«Yo
no sé ni a quién tengo que perdonar por matar a mi padre»
43
aniversario. Los Grupos Armados Españoles (GAE) reivindicaron el atentado
contra el bar Aldana, de Alonsotegi, donde murieron 4 personas y hubo 10
heridos
Faltaban
tres minutos para la una de la madrugada en el bar Aldana de Alonsotegi. Era un
frío sábado a la noche y una veintena de clientes apuraba su consumición. Una
cuadrilla de una decena de personas acababa de abandonar el local. Aquel 20 de
...
enero
de 1980 estaba menos concurrido que de costumbre porque otro grupo numeroso de
los parroquianos habituales, los que participaban en la cabalgata de Reyes,
celebraban su cena anual en un restaurante cercano. Iban ya de camino al Aldana
donde, junto a la puerta, donde siempre, estaba echando un pote Liborio Arana,
un baserritarra de 54 años y padre de nueve hijos. Hacía poco que había perdido
en un accidente a uno de ellos. Nada podía hacerle pensar que él también estaba
a punto de morir.
La
explosión, provocada por una bomba de más de cinco kilos de goma-2, fue brutal.
Cuatro personas murieron -Liborio Arana, Pacífico Fica y su esposa María Paz
Armiño y Manuel Santacoloma- y hubo una decena de heridos. Una de las más
graves era Garbiñe Zárate, que regentaba el local junto a su marido José Ángel
González. Abierto a todos, el bar era un punto de reunión habitual de gentes
próximas al nacionalismo moderado, la mayoría de ellos del PNV. «Nunca habíamos
recibido amenazas», declararon los propietarios.
Los
Grupos Armados Españoles (GAE) -unas siglas de las muchas con las que operaban
los grupos parapoliciales y de extrema derecha-, reivindicaron el atentado y
enviaron un comunicado a los medios donde amenazaban con matar «a cuatro
componentes de la izquierda abertzale» por cada militar o guardia civil que
fuera asesinado. Como sucedería después con el GAL y otros grupos terroristas,
sus conocimientos sobre el terreno eran muy escasos. Aquel bar ni siquiera era
un punto de reunión de la izquierda abertzale.
Aquel
20 de enero de 1980, Iñaki Arana había pasado por el Aldana a las diez de la
noche para charlar un rato con su padre, Liborio, y llevarle «las cacharras
limpias después de ordeñar las catorce vacas» de la familia. Organizaron en la
barra la tirada de sokatira del día siguiente, fijada en un máximo de 660 kilos
por equipo. Entre los ocho miembros del equipo, el Aldana Taldea, iban a formar
tres de los ocho hermanos y tenían pesos similares. Finalmente, lograron
cuadrar el asunto. «Le quise llevar a mi padre casa y no pude», se lamenta
Iñaki cuatro décadas después. Es de esas cosas que a uno le pesan aunque no
haya razones para ello.
Opinión:
La entrevista es de fecha 21 de enero de 2023, hace ya dos
años y agradezco a la víctima de la banda terrorista ETA que me ha enviado el
enlace para que la pueda publicar en este blog.
Ciertamente, hay mucho más terrorismo que no únicamente el
de banda terrorista ETA.
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