miércoles, 30 de septiembre de 2020

21 septiembre 2020 Diario Vasco

 21 septiembre 2020


“Debo respetar la pluralidad y que cada víctima sienta la Fundación como propia”

«Las víctimas tenemos que hacer un esfuerzo educativo adicional con nuestros propios hijos, si no queremos llorar la radicalización que no queremos para nadie»

ETA asesinó a Tomás Caballero muy cerca del portal su casa en el barrio de La Milagrosa en Pamplona, un 6 de mayo de 1998, cuando se acababa de subir al coche para ir al Ayuntamiento donde era portavoz de UPN. Uno de sus hijos no solo heredó el nombre, sino también la actitud de compromiso, la misma con la que afronta desde el pasado julio el cargo de presidente de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT). Tomás Caballero Martínez (Pamplona, 1965) releva a Mari Mar Blanco y tiene claro que debe «respetar la pluralidad de las víctimas y que cada una sienta la Fundación como propia». «No soy el portavoz de las víctimas», remarca.

–El pasado mes de julio se convirtió en el quinto presidente de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. ¿Le han llegado ya muchas inquietudes de las asociaciones a las que representa?

–Llevaba ocho años como vicepresidente segundo. He trabajado con Mari Mar (Blanco) todo este tiempo y las inquietudes no han variado. Vamos a seguir trabajando para promover y divulgar los valores democráticos, la defensa de los derechos humanos, la pluralidad y la libertad de los ciudadanos y, al mismo tiempo, ser un vehículo útil de consulta para una mejor comprensión de la situación del colectivo de víctimas del terrorismo.

–¿Quién le llamó para proponerle esta nueva andadura?

–En julio me llamó la directora general de Atención a las Víctimas, Montse Torija, y sondeó mi predisposición para afrontar el relevo. Mari Mar tenía una situación personal muy triste por el fallecimiento de sus padres y sinceramente me puse a disposición. Sé que cuento con Mari Mar cuando ella quiera. Nuestra condición de víctimas no varía, es irreversible.

–La anterior presidenta era diputada del PP, ¿usted es miembro de algún partido?

–No. Yo soy hijo de Tomás Caballero, a mi padre le matan siendo portavoz de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona y evidentemente la siento como mi casa.

Tengo mi posicionamiento político, pero no estoy activo ni tengo afiliación. La labor de la FVT es defender a las fundaciones y asociaciones de todos los terrorismos, da igual que tengan un signo político u otro.

–El Ministerio de Interior destacó en su nombramiento que como vicepresidente de la Fundación había demostrado una gran capacidad de consenso. ¿Va a ser esa su seña de identidad?

–Tengo que trabajar con el máximo respeto a la pluralidad para que todas las víctimas sientan la Fundación como propia. No soy el portavoz de las víctimas porque no me han elegido y voy a velar por que no me pongan un sesgo que no le corresponda a la Fundación.

–¿Cuáles son las urgencias a las que tiene que atender?

–Entre la prioridades está lograr que tengan una cobertura máxima en temas asistenciales. Todo lo que sea transparencia y avance en asuntos que tengan que ver con los casos sin resolver es otra de las grandes preocupaciones. Sin olvidar el tema de la equidistancia, que ha surgido en el terreno educativo. Tenemos mucho trabajo en el ámbito de la memoria, la dignidad, la verdad y la justicia.

–¿La actitud de compromiso público que demostró su padre en su trayectoria vital ha sido su referente para tomar la decisión?

–Mi padre ha sido una influencia total para mi familia, siempre nos trasladó su nivel de compromiso.

–¿Y ha heredado esa opción de no ser un mero espectador?

–Pero sin postularme. Las circunstancias me ponen aquí. Ante tal ofrecimiento no estaría tranquilo habiendo dicho que no. Con los ejemplos de vida que he tenido...

–¿Cómo ha contado a sus hijos lo que le pasó a su abuelo?

–Las víctimas tenemos una responsabilidad adicional porque tenemos que educar para vivir en sociedad y convivir. Para nosotros es determinante porque quieres que se integren en la sociedad y no estén con un lastre que les genere fobias ni extremismos ni radicalización. Nos toca decirles a nuestros hijos lo que le sucedió, en nuestro caso al abuelo, y explicarles lo que está mal y que nosotros tenemos que defender lo que está bien. Las víctimas tenemos que hacer un esfuerzo educativo adicional, si no queremos llorar la radicalización que no queremos para nadie.

–¿Usted qué edad tenía cuando mataron a su padre?

–Mis hermanos y yo teníamos ya una madurez importante. A mi padre la mataron con 63 años, llevaba un año jubilado. Mi madre ha vivido 22 años más, murió este enero. Ella ha sido un pulmón familiar porque hay que integrarse y hay que levantar la cabeza solo por tu propia supervivencia, hay que intentarlo... Pero es que el dolor es tal, han hecho tanto daño, ha habido tantos muertos, mutilados, heridos, han generado grandes dependientes a los que les cuesta mucho seguir adelante y ahí hay que echar una mano.

–¿Qué le parece que se sigan produciendo ‘ongi etorris’ a expresos de ETA como el último hace unos días en Bilbao?

–Hace dos meses tuvimos por las calles de Pamplona una pancarta de una de las peñas festivas con la cara del que mató al abuelo. Es tan evidente que en una pancarta festiva no pinta nada la cara de nadie que ha provocado tanto dolor... Es tan obvio... Lo que está claro es que esto sigue latente con un determinado partido político que antes era otro y en el futuro será otro. ¡Pero qué mensajes de justificación, de equidistancia, de motivaciones expresan...! ¿A qué viene esto? Se cae por su propio peso.

–No parece que actos como el que menciona de apoyo al preso Patxi Ruiz congreguen mucha gente...

–La sociedad es de bien, por principio. Yo me muevo en Navarra y en Gipuzkoa y conozco gente maravillosa mayoritariamente. Todos nos hemos acabado preguntando: ¿Qué hicimos? ¿Qué hice en el año 80? Pero yo, Tomás Caballero. ¿Qué hice? A mi padre le mataron en 1998 y hasta entonces no tomo la misma conciencia. ¿Realmente hicimos lo que pudimos para intentar atajar esto? Todos sabemos que no, porque podíamos haber hecho otras cosas, seguro, porque realmente duró demasiado. Somos el dolor de conciencia porque huérfanos o heridos seguimos aquí.

–¿Le gustaría preguntarle algo al asesino de su padre?

–Nada, cero, no tengo ningún interés.

–¿Le ha molestado que Pedro Sánchez lamente la muerte por suicidio de un preso de ETA?

–Mi opinión particular puede que condicione a otras víctimas y prefiero no hacerla pública. A algunos les puede parecer un gesto humano, a otros que es una estrategia política, o que no ha habido el mismo respaldo en otros casos... Prefiero no entrar en el tema porque no quiero molestar a ninguna víctima con mi opinión.

–¿Comparte que se produzcan acercamientos de presos?

–Es política penitenciaria, tenemos que pensar que actúan bajo la ley. Y cuando las leyes no nos convencen, se cambian donde se cambian, en el Congreso.

Opinión:

Para empezar, desearle mucha suerte al Señor Caballero y agradecerle que diga que no quiere ser portavoz de “las” víctimas o que su opinión particular puede que condicione a otras víctimas y prefiere no hacerla pública. Si continúa en esa postura, al menos no tendremos que escuchar según que frases que hicieron alguna de sus predecesoras, que incluso nos obligaron a muchas víctimas a desmarcarnos de esas mismas frases e incluso solicitar la dimisión de quien las hizo públicas.

Pero cuando dice que “entre la prioridades está lograr que tengan una cobertura máxima en temas asistenciales” debo advertirle que no me creo nada sobre ese tema. Es una cuestión social que, durante muchos años, no ha sido el objetivo de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, como se demuestra al revisar las revistas que publican y que han sido homenajes constantes a ciertas siglas políticas y un abanico de mensajes de contenido político o de homenaje a la monarquía con el Rey huido al frente que, en ningún momento, debiera haber sido su labor. En cambio, si desea mejorar esa asistencia, que empiece por interesarse por la situación de las víctimas de los atentados de agosto de 2017 en Catalunya, ya que en estos tres años no se ha recibido ni una sola llamada en la UAVAT por parte de la Fundación de Víctimas del Terrorismo para preguntarnos sobre esa situación actual.

Para terminar, cuando leo que «Las víctimas tenemos que hacer un esfuerzo educativo adicional con nuestros propios hijos, si no queremos llorar la radicalización que no queremos para nadie» me doy cuenta del desconocimiento que el señor Caballero tiene sobre la inmensa mayoría del colectivo, porque esa es una de las labores que esa inmensa mayoría del colectivo hemos llevado a cabo durante décadas. ¿No se ha enterado? ¿No se lo han explicado?

Sinceramente, para conocer la realidad hay que pisar el terreno y, visto lo visto, hay terrenos que jamás han pisado.

Aún y así, reitero, mucha suerte. Y si quiere mas información, estaremos encantados de ayudarle.

 

 

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