viernes, 13 de mayo de 2022

06 mayo 2022 (3) Diario Vasco (opinió)

06 mayo 2022 

 


Una treintena de presos de Martutene muestran interés por reunirse con sus víctimas

El nuevo programa de justicia restaurativa, en el que han participado varios internos de ETA, ha celebrado sus primeras sesiones estasemana en la cárcel donostiarra

Una treintena de presos de la cárcel donostiarra de Martutene inició esta semana el proceso para sentarse frente a las víctimas de sus delitos. Entre ellos había algunos internos de ETA –no llegaron a la media docena de los23 que hay en este centro penitenciario– que acudieron de forma individual a un encuentro informativo a cargo de un equipo de facilitadores, según confirman fuentes del Gobierno Vasco a este periódico. Se trata del primer paso en este sentido desde que el Ejecutivo central transfirió a Euskadi las competencias en materia de prisiones el pasado1 de octubre y forma parte de la Estrategia Vasca de Justicia Restaurativa 2022-2025en la que trabaja el Gobierno. En dicho encuentro, los facilitadores (voluntarios en su mayoría) explicaron a los reclusos los detalles de un proceso «largo» y aún embrionario para en el modelo penitenciario vasco y que también se iniciará en breve en los centros de Zaballa y Basauri por lo que se espera que esta cifra de interesados crezca. Lo primero que dejan claro, insisten estas mismas fuentes, es que la justicia restaurativa no otorga beneficios penitenciarios y que «requiere tiempo, no tener prisas y, por supuesto, voluntariedad». La propia instrucción y el enjuiciamiento penal, sostienen, «permiten que el victimario reflexione sobre el daño que ha producido», por lo que la condición para reunirse con la víctima pasará necesariamente por la aceptación del delito y el arrepentimiento. Aunque la justicia reparativa ya estaba prevista en los Presupuestos de 2022 –con una partida de 645.000 euros para este año–, aún queda pendiente poner negro sobre blanco el desarrollo legal. Ayer, la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, inauguró junto a expertos internacionales en el Bizkaia Aretoa de Bilbao las jornadas ‘La Justicia Restaurativa en las prisiones’, y mostró su «determinación» para establecer reglas y orientaciones comunes, de forma que víctimas y victimarios tengan la oportunidad de determinar si es adecuada para ellas, «con independencia de la fase del proceso de justicia penal».

La «moda» de ‘Maixabel’

El objetivo, detalló Artolazabal, es «ofrecer justicia restaurativa a todos aquellos internos e internas que estén dispuestos a emprender este camino largo, arduo y difícil para los victimarios, pero siempre teniendo como principal perspectiva el beneficio de las víctimas y de la comunidad». Aunque cabe recordar que la legislación española impide explícitamente que participen en estos encuentros presos condenados por delitos de violencia de género por la vulnerabilidad y la posible dependencia que sufren las víctimas. Desde el Gobierno Vasco también aseguran que están trabajando «de forma discreta y desde el respeto absoluto» con las asociaciones de víctimas y ya han anticipado las líneas generales a la AVT y a Covite.

Un asunto especialmente delicado por lo que evitan facilitar, por ahora, datos concretos de personas que estarían dispuestas a participar en estos encuentros desde el otro lado.

Lo que si señaló Artolazabal es que el «inesperado éxito» de la película ‘Maixabel’, premiada con tres Goya y que narra el encuentro de Maixabel Lasa en la cárcel de Naclares de la Oca con uno de los asesinos de su marido, ha puesto «de moda» la justicia restaurativa. «Volvió a llevar a la actualidad la llamada ‘vía Nanclares’ y el interés por los encuentros restaurativos», señaló la consejera. La consejera de Justicia, Beatriz Artolazabal, inauguró ayer las jornadas de justicia reparativa en Bilbao.

Opinión:

Me ha alegrado muy mucho haber llegado al final de la noticia porque en ella se marca un cambio en la definición de los encuentros entre terroristas y víctimas.

Cuando en 2012 tuve la ocasión de mantener el encuentro con Rafael Caride, condenado por los atentados perpetrados en Catalunya en 1986 y 1987, ya expliqué a quien ,me quiso escuchar que una de las razones para aceptar aquel encuentro fue porque se denominaban encuentros “reparadores” y no “restaurativos”.

Lo expliqué entonces y lo sigo explicando ahora, casi diez años después. Para mi, personalmente, acudir a un encuentro denominado “restaurador” no tenía sentido porque no tenía nada que restaurar con el terrorista que estuvo a punto de asesinarme. No éramos amigos ni nos conocíamos de nada, motivo por el que la palabra “restauración” no tenía ningún sentido.

Sí, en cambio, lo tenía al presentarse como un encuentro “reparador”. ¿Por qué razón? Muy sencillo. La legislación ofrece a todo delincuente la oportunidad de “reparar o intentar el daño causado” y si era la causa para el encuentro, el delincuente estaba cumpliendo escrupulosamente lo que la legislación le ofrecía. Ni más ni menos.

Por lo tanto, me alegra leer que la “consejera de Justicia, Beatriz Artolazabal, inauguró ayer las jornadas de justicia reparativa en Bilbao”.

Reparativa. Bien. Por fin parece que lo han entendido.

 

 

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