viernes, 29 de mayo de 2020

27 mayo 2020 (2) El Mundo del Siglo XXI (opinión)

27 mayo 2020 



Acercar a los etarras en pleno acoso abertzale
El Gobierno vasco pretende que Pedro Sánchez se comprometa con un plan de acercamiento de 327 presos vascos a las prisiones de Zaballa (Álava), Basauri (Vizcaya) y Martutene (Guipúzcoa)

La medida incluye, por primera vez, el traslado a prisiones vascas no sólo de 210 etarras, sino de otros 117 presos comunes que, según sus estimaciones, cumplen sus condenas en prisiones del resto de España. La propuesta de Urkullu se justifica ahora para evitar contagios de Covid- 19 entre familiares, presos e, incluso, funcionarios, e insiste en una reclamación constante del Ejecutivo nacionalista para favorecer a los presos de la banda. El Gobierno vasco desveló ayer que ha remitido dos cartas y un informe y mantiene «interlocución» con Instituciones Penitenciarias para proceder al acercamiento de estos 327 presos vascos.
El secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, Jonan Fernández, envió el primer escrito el pasado 27 de abril e insistió con una segunda carta y un informe del Departamento de Salud el 14 de mayo. Desde entonces, el Gobierno vasco espera una contestación a un nuevo intento para facilitar el traslado en bloque de los presos de ETA al País Vasco, una bandera tradicional de Bildu y que Podemos elevaba también hace unos días con un acuerdo en Madrid junto a todos los grupos independentistas y nacionalistas. El argumento utilizado que se recalca en el informe firmado por el director de Salud Pública y Adicciones, Juan José Aurrekoetxea, es el riesgo de incrementar los contagios con los traslados de los familiares de presos que residen en provincias distintas a donde están encarcelados.
Durante esta pandemia se han contagiado 80 presos de los 50.000 aproximadamente internos en las prisiones españolas. El Gobierno vasco ha elaborado durante las dos legislaturas de Urkullu tanto informes como propuestas concretas para reclamar el acercamiento de los miembros de la banda, pero en esta ocasión su propuesta teóricamente beneficiaría al conjunto de los presos españoles alejados de sus domicilios. Un argumento que no termina de encajar ni con exigencias anteriores ni por los datos incluidos en la documentación remitida a Instituciones Penitenciarias.
El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, dijo ayer que la propuesta «entronca» con el programa del Ejecutivo regional y tiene en cuenta las «circunstancias especiales» que ha supuesto la pandemia y lo que sucederá cuando se permita la movilidad entre provincias con el desplazamiento de familiares de presos vascos encarcelados en un total de 40 prisiones españolas. Jonan Fernández ha sido el encargado a lo largo de los últimos dos mandatos de Urkullu de reclamar cambios en la política penitenciaria que favorecían a los terroristas de ETA encarcelados. Fernández propuso en 2017 el traslado de los entonces más de 300 etarras a siete prisiones situadas en un radio de 250 kilómetros del País Vasco. En enero de 2020, reclamó públicamente de nuevo el acercamiento de etarras para favorecer su «resocialización» sin exigir previamente un rechazo explícito de la violencia. Una iniciativa respaldada por Urkullu y por el PNV que no tuvo el respaldo del Partido Socialista de Euskadi, crítico hasta ahora con medidas colectivas y partidario de los procesos individualizados. En ninguna de estas dos ocasiones, el Ejecutivo autonómico hizo referencia alguna al centenar largo de presos comunes que ahora menciona. El informe sanitario alude expresamente a estos 327 internos y recalca que la «reubicación de la población de Euskadi reclusa en centros penitenciarios de la comunidad autónoma contribuiría a la reducción del riesgo para la población reclusa, familiares y terceras personas ».
Erkoreka intentó desvincular esta propuesta de la campaña de sabotajes que noche tras noche reclama la puesta en libertad de los etarras y se solidariza con el preso Patxi Ruiz, en huelga de hambre, con pintadas en sedes de partidos políticos y acciones de kale borroka. Una circunstancia que no pasó desapercibida para el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), muy crítico con la propuesta del Ejecutivo vasco. Según este grupo de víctimas presidido por Consuelo Ordóñez, «el Gobierno vasco está más preocupado por buscar nuevas excusas para acercar a todos los etarras a cárceles vascas que por frenar los episodios de violencia callejera y acoso que se están viviendo en el País Vasco y en Navarra en las últimas semanas».
Los sabotajes nocturnos se volvieron a repetir durante la madrugada de ayer y se saldaron con cuatro sedes del PNV y una del PSE- EE atacadas. Desde que el etarra Patxi Ruiz iniciara una huelga de hambre el pasado 11 de mayo, se han producido 38 sabotajes sin que la Ertzaintza haya realizado ni una sola detención. Tampoco EH Bildu se ha sumado a la condena del resto de partidos vascos, aunque una sede de Sortu, el partido de Arnaldo Otegi, también fue objeto de una pintada. EH Bildu dio la «bienvenida» a la propuesta de acercamiento realizada por Jonan Fernández, aunque como otros colectivos cercanos a los presos, como Sare, aseguró que la petición llega «un poco tarde».

Opinión:

Volvemos a lo mismo. Sinceramente es un tema muy cansino tener que estar desmarcándose constantemente de aquellos que usan cualquier argumento para seguir utilizando el terrorismo y sus variantes como razonamiento político. Cuando la banda terrorista ETA era una amenaza continua, se acercaron a cientos de terroristas. Ahora que, para la tranquilidad de todos, la banda terrorista ETA ya no existe ¿hay que seguir con la disputa partidista de “acercamiento si o acercamiento no”? Es evidente que cuando ETA actuaba y con una legislación muy laxa e interpretable al respecto, se realizaron muchos acercamientos. Algunos no estábamos de acuerdo en esa decisión pero leímos la ley, la estudiamos y la acatamos sin poner  impedimento alguno. ¿Cuál es el problema ahora? O mejor dicho ¿cuál es el propósito político que se busca con este enfrentamiento? Continuarán en prisión, que es lo que marca la ley. ¿Qué más da en qué prisión los hagan? Pues eso…
Por eso ¿qué es mejor? ¿acercar ahora a los etarras en pleno acoso abertzale o acercarlos cuando ETA asesinaba de manera continua?


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