martes, 11 de octubre de 2011

7 diciembre 2002 La Razón

7 diciembre 2002




A finals de l'any 2002 va succeir el que l'AMIC Robert i els seus companys de Madrid sospitaven des de feia temps que passaria però que es negaven a acceptar. Temps enrere, el President del Govern ja havia fet algunes declaracions que no van agradar a aquella antiga AVT i aquests li van fer saber.

Des de aquell moment, l'AVT va passar de ser una associació respectada pels qui governaven a ser considerada com un tipus de gent que pensaven i no es deixaven convèncer.

D’això no s'ha parlat gaire, però va portar conseqüències molt greus per aquells que es jugaven, literalment, la vida per defensar els drets del col·lectiu de víctimes del terrorisme a Espanya. I una explicació molt correcte i exacta la va fer en Jose María Fuster-Fabra en la seva columna setmanal de “La Razón” a Catalunya el 7 de desembre de 2002.  Un homenatge en Robert Manrique i els companys madrilenys de l’antiga AVT. Sense embuts, com son en Jose María i en Robert.

AVT

Las siglas de la Asociación Víctimas del Terrorismo han sido noticia, por cuestiones desgraciadamente muy distintas a las que habitualmente le hacían ocupar páginas en los periódicos. Ustedes tienen derecho a saber lo que resulta políticamente incorrecto explicar. Las víctimas fundaron esta asociación porque nadie les hacía caso, hasta no hace mucho sufrir un atentado terrorista en España equivalía a ser un apestado social. Sin apenas medios, fundaron esta quijotada en la que sólo ellos y unos pocos abogados y psicólogos creíamos. Cada víctima de cada atentado, veía como el día del entierro se acercaba la clase política, hacía promesas de todo tipo y luego si te he visto no me acuerdo. Al poco tiempo su tragedia sólo le importaba a las otras víctimas y en Cataluña el indomable Roberto Manrique era el único que daba la cara por ellos; a Roberto yo le he visto decir a un Gobernador Civil, delante de la Infanta Cristina “ahora porque está la Infanta vienes a darme la mano pero hace dos meses que te llamo y no te pones al teléfono” o subirse a un ascensor con un ministro y decirle “cuando vuelva usted a Madrid espero que si le llama la viuda no diga que está reunido”. Roberto es lo políticamente más incorrecto que he visto, porque la política le importa un bledo y los políticos no le impresionan.

Seguramente con la mejor de las intenciones, alguien pensó en oficializar este movimiento. Pero olvidaron que a gentes como a Roberto en Cataluña o a Juan Antonio Corredor en Madrid, les importa más que Jessica, la hija sordomuda de la cajera de Hipercor, tenga reconocidos sus derechos como víctima. En la España de hoy, una voz con tanta razón moral resulta peligrosa; es difícil argumentar contra quien habla en nombre de más de 3.000 familias. Sólo en esta contexto pueden entenderse determinados pseudoreportajes, plagados de falsedades. Mientras pregúnteles a las víctimas ¿en qué hombro has llorado? No lo duden, AVT equivale a dignidad e independencia, y eso molesta.












No hay comentarios:

Publicar un comentario