lunes, 16 de enero de 2023

15 enero 2023 Heraldo de Aragón (opinión)

 

15 enero 2023 


 

Un cambio de política penitenciaria en varias fases

Interior prepara el traslado de los dos últimos etarras de las cárceles aragonesas

Aragón va a dejar de recibir presos de ETA, tras medio siglo desde que llegaron los primeros terroristas para cumplir penas en las prisiones de Torrero y Huesca.

La prisión de Zuera, que ha acogido más de 100 miembros de ETA, ya no tiene ninguno.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias acaba de iniciar los preparativos del traslado a cárceles del País Vasco de los dos últimos presos de ETA que quedan en Aragón, encarcelados en la prisión de Daroca. Fuentes penitenciarias dijeron a HERALDO que Interior ya se lo han comunicado a los etarras Faustino Marcos Álvarez, que llegó en septiembre de 2020, y Sebasten Jon Gurtubay, que lleva dos años encarcelado, y que dejarán Daroca en próximos días.

Con esta decisión, calificada como "histórica" por los funcionarios de las cárceles de Aragón (Zuera, Daroca y Teruel), estos centros dejarán de tener presos de la banda terrorista ETA. Se cerrará por tanto un proceso de acercamiento que se ha acelerado en los últimos años, especialmente durante la etapa del ministro Fernando Grande Marlaska.

Fue en los años 70 cuando entraron en las prisiones aragonesas los primeros etarras. Llegaron a Torrero, en Zaragoza, y a Huesca, ambas prisiones cerradas desde 2005.

Daroca no se inauguró hasta 1984 y la de Zuera se estrenó en el verano de 2001. Estos dos centros penitenciarios, los que tienen mayor población reclusa de Aragón, eran las que ahora tenían presos etarras. Se han estado utilizando como paso intermedio hacia las prisiones del País Vasco y Navarra. En los dos primeros años de traslados, entre 2018 y 2020, ya se movió a una quincena de terroristas. Daroca llegó a recibir hasta siete, una cifra bastante elevada para su capacidad, pero que no resultó ser un problema puesto que era sabido que era una estancia transitoria.

Posteriormente, entre enero de 2021 y septiembre de 2022 se trasladó a otros 20 etarras desde las prisiones aragonesas hasta sus comunidades de origen. Fuentes de Instituciones Penitenciarias confirmaron también que solo en 2022 hubo siete presos de ETA que fueron trasladados.

Carmen Ladrón de Guevara, abogada de la Asociación de Víctimas de Terrorismo (AVT), explicó en una entrevista concedida a este periódico que "se ha trasladado al 93% de los presos de ETA al País Vasco" desde 2018 por el acuerdo entre el Gobierno de Pedro Sánchez con el PNV.

Celdas individuales

La comunicación del traslado se produce pese a que la voluntad de los dos etarras era quedarse en Daroca, dado que no están en la línea oficial de la banda. Los dos están en una celda individual y no han causado problemas a los funcionarios. Sus ocupaciones durante su estancia en prisión han sido los estudios o el deporte. Además, reciben frecuentes visitas de sus familiares que se han desplazado durante estos dos años a Daroca.

Con el traslado de los dos últimos presos de la banda terrorista desde Aragón, quedarían solo doce etarras fuera de las cárceles del País Vasco. La citada comunidad y Navarra asumieron la competencia de Instituciones Penitenciarias desde octubre de 2021.

Un cambio de política penitenciaria en varias fases

La abogada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Carmen Ladrón de Guevara, autora del libro ‘Las víctimas del terrorismo de extrema izquierda en España’, es una buena conocedora de la estrategia de acercamiento de presos de ETA. «El cambio de la política penitenciaria se ha producido por fases. Primero acercaron a más de 200 etarras desde Madrid hacia arriba. El siguiente paso era llevarlos al País Vasco», recalcó. «Ahora solo quedan 14 fuera del País Vasco y Navarra, -con los dos de Daroca, serán 12-», dijo. La letrada defiende que la política de dispersión era necesaria, especialmente porque muchos de los presos etarras no han reconocido el daño causado.

"Era una herramienta para reinsertar a los presos y, con independencia de la disolución de la banda, era necesario mantenerla para trabajar con los etarras en las prisiones", expresó. Además, permitía evitar que "salieran orgullosos" de la prisión, sin asumir sus crímenes. La letrada dijo que "las víctimas aceptan resignadas que, con la ley en la mano, los presos vayan saliendo", pero que al menos querrían que estuvieran reinsertados.

Opinión:

Bueno, pues nada… ¿dónde estaban algunos cuando ocurría lo que acompaño más abajo? Tanto hablar de memoria y, mientras tanto…

 


 

Y recordar que las opiniones de ciertos representantes de ciertas asociaciones no son demasiado confiables en el sentido de que sus afiliados compartan esos mismos criterios, desde el momento en el que no consultan a sus “supuestos” representados…

 

 

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