martes, 13 de septiembre de 2022

13 septiembre 2022 El País

13 septiembre 2022 


 

La policía investiga si una célula yihadista española desvió ayudas de organismos públicos a financiar el terrorismo

El objetivo era apadrinar a niños sin recursos, pero el caudal de fondos acabó en una red de financiación terrorista. Una célula yihadista española desvió presuntamente ayudas concedidas por organismos públicos a sufragar a las milicias de Al Qaeda en Siria, según un informe confidencial de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional al que ha tenido acceso EL PAÍS.

El denominado clan Kutayni, un grupo desmantelado en Madrid en 2019 por financiación del terrorismo, recaudó 154.109 euros entre 2012 y 2019 en una cuenta de un banco español controlada por la Comunidad Islámica de Madrid. El reclamo fue una campaña para apoyar a huérfanos sirios. Sin el consentimiento y conocimiento de los donantes, la red envió el dinero a la ONG turca Al Bashaer, una organización apoyada por Catar y Kuwait que Europol conecta con milicias yihadistas, crímenes de guerra y los Hermanos Musulmanes.

Los investigadores sostienen que la supuesta entidad benéfica turca, en lugar de apadrinar a huérfanos, asistió con las aportaciones económicas a mártires, detenidos y viudas de combatientes yihadistas en la región siria de Guta.

La Fundación Pluralismo y Convivencia, una entidad estatal que trabaja para fomentar la diversidad religiosa y que está adscrita al Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, aportó 3.549 euros a la Comunidad Islámica de Madrid que acabaron en la supuesta campaña para apadrinar a huérfanos, según el informe policial.

La iniciativa también recibió el apoyo de la Embajada de Emiratos Árabes Unidos (que donó 7.000 euros), la Comunidad Islámica de Alicante (12.728), la Comunidad Islámica de Badajoz (1.290) y la Asociación Nueva Generación de la Comunidad Islámica de Zaragoza (1.307).

La campaña de apadrinamiento de huérfanos fue respaldada en total por 70 donantes (64 personas y 6 entidades), que colaboraron sin saberlo en costear la actividad de Al Bashaer entre 2012 y 2019. La mayoría de los contribuyentes particulares fueron de origen sirio, aunque también había ciudadanos nacidos en Jordania, Egipto y Palestina que recalaron en España en los años ochenta.

El mecanismo para hacer llegar el dinero a la ONG arrancaba con la recepción del dinero en una cuenta en España en la que figuraba como apoderado el tesorero de la Mezquita Central de Madrid, también conocida como de Abu-Bakr. Se trata del sirio de 63 años Mohamad Hatem Rohaibani, que aparece como investigado por financiación terrorista en la causa judicial del clan Kutayni.

Para no levantar sospechas, Hatem Rohaibani se apresuraba a sacar el dinero de la cuenta mediante talones al portador a su nombre de menos de 1.000 euros para ocultar su identidad y evitar que un abultado saldo bancario alertara a las autoridades. Así, el tesorero cobró por este sistema 172 cheques entre 2012 y 2019.

El dinero en efectivo se almacenaba después en la Mezquita Central de Madrid. Y se enviaba más tarde a la ONG turca a través de un tinglado invisible ajeno al sistema financiero. Aunque los fondos fueron recaudados en una cuenta de la Comunidad Islámica de Madrid, las aportaciones fueron entregadas en metálico a Al Bashaer por la Unión de las Comunidades Islámicas de España (Ucide), según las pesquisas.

La Policía Nacional ha acreditado que Ucide, que está integrada por más de 800 comunidades islámicas en España, hizo llegar 144.710 euros entre julio de 2013 y enero de 2019 a la controvertida entidad benéfica tras descubrir que la red guardaba cartas en las que el presidente de la ONG turca, Bin Anis Alsaour, agradecía a sus donantes las cantidades aportadas.

La organización no declaró el dinero a la Agencia Tributaria, tal y como obliga la Ley. Y mantuvo su presunto mecanismo de financiación yihadista, al menos, durante una década, según los investigadores.

Un mensaje de WhatsApp entre el supuesto patriarca de la célula española, Fares Kutayni, y su hermano Manaf, líder de una milicia de Al Qaeda en Siria, revela que este último pidió a su familiar que le enviara dinero para sus muyahidines (combatientes). Fares le adjuntó a su pariente como muestra de su compromiso una carta de agradecimiento de Al Bashaer a la UCIDE. Y le precisó que esta última organización llevaba colaborando con la entidad humanitaria desde el inicio de la revolución siria, en 2011.

Inés Mazarrasa, directora de la Fundación Pluralismo y Convivencia, entidad estatal que otorgó 3.549 euros que acabaron en Al Bashaer, enmarca las ayudas a las instituciones islámicas en una línea de subvenciones anuales a comunidades musulmanas, protestantes y judías que arrancó en 2005. “La fundación verifica el cumplimiento de las condiciones y requisitos de las distintas solicitudes, realizando su valoración, así como seguimiento durante la ejecución”, precisa Mazarrasa en un correo. Según sus memorias, Pluralismo y Convivencia ha concedido más de seis millones de euros entre 2010 y 2019 a la Comisión Islámica de España (CIE), la entidad que gestiona las actividades de los musulmanes con el Gobierno y las comunidades autónomas sobre mezquitas, cementerios y escuelas.

La Comunidad Islámica de Alicante, que aportó 12.728 euros que acabaron en la ONG turca, justifica la campaña en una iniciativa “exclusivamente humanitaria”. “Desconocíamos totalmente las actividades de la ONG Al Bashaer, puesto que la ayuda a refugiados se entregaba solamente a la Asociación Musulmana de España (AME)”, responde en un correo el presidente de esta comunidad, Khaled Saleh el Giaberi Said.

EL PAÍS ha intentado sin éxito recabar las versiones del resto de organismos que otorgaron fondos a Al Bashaer: la Embajada de Emiratos Árabes Unidos, la Comunidad Islámica de Badajoz y la Asociación Nueva Generación de la Comunidad Islámica de Zaragoza.

Por otra parte, junto a los fondos recaudados a través del banco, los investigadores indican que el clan Kutayni también envió al país de Oriente Próximo una cantidad indeterminada procedente de entregas en efectivo recogidas en la Mezquita Central de Madrid. La tesis se sustenta en los documentos incautados a los cabecillas de la red tras su detención, en junio de 2019. Fares Kutayni guardaba en su casa recibís de donaciones mensuales con un importe total de 10.500 euros entre 2015 y 2018 con el concepto de “apadrinamiento de huérfanos” dirigidos a Damasco Rural, filial de Al Bashaer.

El entramado financiero de la red tenía como finalidad “la ocultación de la identidad [de los donantes] y dificultar la trazabilidad del dinero”, según el informe de la Comisaría General de Información.

La Policía apunta que el dinero recaudado en efectivo en la Mezquita Central de Madrid para la supuesta campaña de niños huérfanos contaba con la “anuencia” del presidente de Ucide, el médico sirio de 76 años Aiman Adlbi, que fue arrestado y puesto en libertad el pasado año por su presunta pertenencia a esta red yihadista. Adlbi, que figura como investigado, preside también la Comisión Islámica de España (CIE). Este periódico ha intentado recabar sin éxito la versión de Ucide.

Las pesquisas sobre el clan Kutayni, que desarrolla desde 2018 el Jugado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional, han aflorado una presunta red de financiación yihadista con tentáculos en Bélgica, Italia y Turquía. La primera fase de la investigación de este grupo que según la Policía Nacional propugnaba desde España la instauración mundial de la sharía o ley islámica se saldó con el arresto en Madrid en 2019 de una decena de españoles de origen sirio en el marco de la denominada Operación Warmor. Los detenidos se encuentran en libertad mientras avanza la instrucción judicial. Entre los nuevos investigados, figura el presidente de Al Bashaer, el sirio Muhammad Ben Anis Alsaour.

 

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