jueves, 30 de agosto de 2018

29 agosto 2018 Diario de Zamora (opinión)

29 agosto 2018

Terrorismo y política son inseparables
El primer aniversario de los atentados de Barcelona

La celebración, palabra correcta, del primer aniversario de los atentados de Barcelona transcurrió con más paz de la esperada. Pese a ello, se embarró en la confusión conceptual. Aclarada la pertinencia de hablar de conmemoración o recuerdo compartido, procede combatir la imposible separación de política y terrorismo, que encima se presentó como un virtuoso logro colectivo. El horror también exige una definición. El descuido terminológico es la primera derrota ante los asesinos. Las innumerables descripciones del terrorismo riman con la persecución de objetivos políticos, mediante la violencia indiscriminada contra la población. En su conjunto, una vez más. El poema de John Donne leído en ocho idiomas durante la conmemoración establece un explícito "la muerte de cualquier persona me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad".
Los afectados son víctimas en primerísimo grado, pero no las únicas. El atentado se dirigió contra la sociedad entera, unida en la conmemoración. Se da la casualidad de que esa ciudadanía ha nombrado a gobernantes, que son los únicos que les representan. No solo a los centenares de congregados en Barcelona, sino a los millones que siguieron el acto a distancia. Buena parte de estos altos cargos son reprobables o deficientes, lo cual no les resta ni un ápice de legitimidad. Se manifestaron en segunda fila, una opción válida pero menos exacta que haberles reservado la cabecera. Otra cosa es que buena parte de ellos prefiriera la penumbra, para ahorrarse los reproches. Qué pasaría, si una sociedad de afectados se negara a celebrar el aniversario, o exigiera la exclusión de determinados gobernantes. Las víctimas directas pueden pronunciarse al respecto con la energía de su voto, que se plasmará en la sabiduría de las multitudes. Dado que el terror quiere destruir el sistema de convivencia, el ejercicio pleno de la política es el mejor antídoto del terrorismo, quizás el único.

Opinión:

Tras leer el artículo de Matías Vallés y compartiendo mucho de lo que dice en su opinión, creo que es una inmejorable oportunidad para poner aclarar algunos conceptos.

Para empezar, el acto no presentaba ninguna confusión conceptual sobre si era una conmemoración o un recuerdo compartido. La nota de prensa remitida desde el Ajuntament de Barcelona ya explicaba desde el primer momento la definición exacta: ACTO EN RECUERDO Y SOLIDARIDAD CON LAS VICTIMAS DE LOS ATENTADOS TERRORISTAS DEL 17 DE AGOSTO.

En cuanto a la cuestión del posicionamiento de los representantes políticos, que estuvieran en segunda fila no era una cuestión simplemente de protocolo (que también) sino una cuestión de principios y de respeto a la propuesta de muchísimas víctimas: ellas debían ser las verdaderas protagonistas de los atentados del 17 de agosto y la única manera de conseguirlo era estando en primera fila y separados por un cordón de los representantes políticos y de las entidades. Fue la mejor manera de evitar los consabidos codazos para conseguir la mejor posición en el “tiro de cámara” de los que algunos representantes políticos y/o miembros de algunas asociaciones son verdaderos especialistas. Ver como alguno se afanaba, como si se atara el cordón o la hebilla del zapato, en cambiar el orden de las etiquetas que se encontraban en el suelo con su nombre correspondiente al lugar que debían ocupar e intentar así estar más cerca del Rey o de algún ministro fue surrealista… y patético.

Por otro lado, no es que algunos prefirieran la penumbra sino que, más bien, se dedicaron a cumplir la norma que marca todo protocolo: estar educadamente en el lugar asignado. Lo cual es de agradecer. Debo decir que ha sido un honor poder colaborar en la organización del acto como asesor de la UAVAT, lo cual me llevó junto a Sara, Eli, Domenec, Marta, Albert, Belén… a contactar con más de 150 víctimas y afectados para explicarles cual sería el planteamiento del acto que habíamos propuesto al Ajuntament.

Un acto que tuvo como precedente el organizado por los 30 años del atentado en Hipercor, en el que los políticos también estuvieron presentes en la segunda fila y sin parlamentos. Quizás por ello algunos de los que siempre dicen “estar al lado de las” víctimas no acudieron al acto ni a la exposición que, durante tres meses, aportó mucha información sobre la realidad vivida por muchas víctimas en los 30 años transcurridos.


Para terminar, recordar que los gritos partidistas que se oyeron en algunos momentos del acto venían desde un pequeño sector de público asistente y fuera de la zona acordonada, gritos que no respetaron el deseo expresado por muchas víctimas a las que asistimos desde la UAVAT de no utilizar el acto para mensajes políticos, deseo que se hizo público en la rueda de prensa realizada el jueves anterior.


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