miércoles, 29 de julio de 2020

29 julio 2020 (2) Deia (opinión)

29 julio 2020 



La hija de Jauregi pide una "memoria inclusiva" en el aniversario del atentado
Hoy se cumplen veinte años de que ETA asesinara al exgobernador civil de Gipuzkoa en el bar Frontón de Tolosa

El del 2000 fue un verano terrible, en el que ETA no concedió respiro. Cuando la sociedad no se había recuperado del impacto del último atentado, a los pocos días volvía a la carga para cobrarse nuevas víctimas. Entre julio y agosto, la organización terrorista segó la vida de siete personas, la mayoría en Euskal Herria, pero también en lugares como Aragón o Andalucía. Fue el año siguiente a la ruptura de la tregua que facilitó el acuerdo de Lizarra y en el que fueron asesinadas 22 personas.
De uno de los atentados que causaron mayor impacto se cumplen exactamente hoy 20 años. El socialista Juan Mari Jauregi, que había sido gobernador civil de Gipuzkoa, se había citado por la mañana con el periodista y entonces jefe de informativos de EITB Jaime Otamendi en el bar Frontón de Tolosa, junto al frontón Beotibar, en pleno del centro de la localidad. Según relató después su mujer, Maixabel Lasa, Jauregi le contó la víspera que había soñado que lo mataban. Más que un sueño fue una dramática premonición.
Terminada su etapa de gobernador civil, vivía en Chile como delegado para Latinoamérica de la empresa Aldeasa. Ocasionalmente, regresaba a Euskadi a visitar a su familia. Aquel día fue uno de esas ocasiones. Dos activistas se le acercaron por la espalda y le dispararon en la cabeza. Murió poco después.
Luis Mari Carrasco, Patxi Xabier Makazaga e Ibon Etxezarreta, este último al volante del automóvil en el que huyeron, fueron declarados culpables del crimen. Tanto Etxezarreta como Carrasco han participado con la viuda de Jauregi en encuentros restaurativos, le han pedido perdón por el daño infligido y han mostrado su arrepentimiento. Al año siguiente del atentado, Maixabel Lasa fue nombrada por el lehendakari Ibarretxe directora de la Oficina de Atención a las Víctimas.
Apenas diez días después del atentado, una bomba mataba al presidente de Adegi Joxe Mari Korta a las puertas de su empresa en Zumaia. Al día siguiente, en Berriozar, ETA asesinaba al militar Francisco Casanova. Menos de dos semanas después, morían dos guardias civiles en Sallent de Gállego al estallar una bomba lapa y antes de acabar el mes de agosto, era asesinado en su tienda de golosinas de Zumarraga el concejal del PP en la localidad Manuel Indiano.

Doble homenaje

Ante el 20 aniversario del atentado, la hija de Jauregi ha hecho público un escrito (se reproduce al final de la noticia) en el que dice que "para poder cerrar heridas tenemos que conocer todo lo que ha pasado" y aboga por una memoria inclusiva que recoja "los testimonios de aquellas personas que han sufrido diferentes tipos de violencia". Así, "podremos construir entre todos una memoria que sea inclusiva".
Amigos y compañeros del PSE homenajearán a Juan Mari Jauregi en Legorreta, su pueblo natal. Será a las 12.00 en la escultura que le recuerda con una ofrenda floral. Después, el acto de recuerdo se trasladará a la zona de Burnikurutzeta, donde hay un monolito en su memoria.
Antes, las Juntas Generales también realizarán un acto en memoria de Jáuregui, que fue juntero en la cámara territorial, y en favor de la paz. A este acto asistirá Agus Hernan en representación del Foro Social.


Carta a Aita, de Maria Jáuregui

Este año se cumplen 20 años desde tu asesinato y no podremos recordarte como es debido. Estamos inmersos en una pandemia provocada por el coronavirus, y que ha generado una crisis sanitaria enorme. La salud, y sobre todo la vida, están por encima de todo, y este año será diferente al no poder juntarnos como todos los años. Pero no será un impedimento para recordarte. De hecho, siempre te recordamos.
En estos 20 años la situación ha cambiado mucho. ETA terminó su actividad hace nueve años y se han puesto en marcha diversas iniciativas a favor de la convivencia. Algunos ayuntamientos han comenzado a trabajar la memoria, una memoria que incluye las diferentes formas de violencia. También se han organizado numerosos encuentros en los cuales hemos tenido la oportunidad de escuchar el testimonio de personas que han padecido o sufrido distintos tipos de violencia.
En todas estas iniciativas, el respeto y la empatía son los valores que se han impuesto, y la conclusión también ha sido nítida: todas las personas que han sufrido un tipo u otro de violencia merecen un reconocimiento, deben de saber qué ha pasado realmente para poder cerrar heridas, y necesitan también justicia. Cabe destacar que, sea cual sea el tipo de violencia, todas las víctimas han llegado a la misma conclusión. Y es necesario para la convivencia. No tengo la menor duda de que estarías de acuerdo con todo ello, ya que siempre defendiste los derechos humanos. Además, es lo que me enseñaste, y quiero darte las gracias por ello.
Recuerdo el momento en el que te nombraron gobernador civil, y cómo tus primeras palabras fueron en euskera. Situación en la que muchos se sintieron incómodos. Siempre has sido euskalzale, has querido nuestra lengua y nosotras también la queremos. Cuando asumiste el cargo, tenías claro cuál sería uno de tus cometidos: acabar con los abusos policiales y las torturas. Luchaste contra todo tipo de violencia. Tanto contra la violencia de ETA como contra la violencia del Estado. De hecho, siempre has defendido los derechos humanos de todas las personas. Tanto es así que una de tus preocupaciones era cómo trataban a los detenidos, y cuando los familiares de esos detenidos se acercaban a tu oficina y denunciaban torturas, hacías todo lo que estuviera en tus manos para investigar tales hechos. Incluso llegaste a cerrar un calabozo debido a su lamentable estado.
Aprovechándote de tu posición aquellos años, te opusiste firmemente al terrorismo de Estado. Recuerdo a Lasa y Zabala, secuestrados, torturados y asesinados por Galindo y sus colaboradores en los sótanos de La Cumbre. Y la sola idea de que ese lugar fue donde vivisteis tú y ama durante ese tiempo, me produce escalofríos. Es en esa época cuando identificaron los cuerpos de Lasa y Zabala, y cuando participaste activamente en el esclarecimiento del caso. Años más tarde, cuando Galindo y compañía fueron juzgados, tuviste que ir a declarar, a dar tu testimonio, y tu declaración fue valiosísima para esclarecer el caso. Recuerdo que volviste contento del juicio por lo que habías contado, pero sobre todo porque después de declarar se te acercó un familiar de Lasa y Zabala a darte las gracias. Nunca olvidaré lo primero que dijiste al llegar a casa: "No sé quién me va a matar, o ETA o el propio Galindo". Estoy segura de que hoy harías todo lo que estuviese en tus manos para aclarar todo lo relacionado con los GAL y para hacer justicia.
Los derechos humanos deben ser la base de una democracia. Por ello, hay que asumir todo el sufrimiento que hemos padecido en este país, y debe quedar claro que con el uso de la violencia no se pueden conseguir objetivos políticos. Para poder cerrar heridas tenemos que conocer todo lo que ha pasado. Es necesario conocer, sobre todo, para que no vuelva a suceder. Asimismo, los testimonios de aquellas personas que han sufrido diferentes tipos de violencia son imprescindibles. De esta forma, podremos construir entre todos una memoria. Una memoria que sea inclusiva. Y para ello debemos trabajar la empatía, tenemos que ser capaces de ponernos en la piel de la persona que tenemos delante, para así poder entender su sufrimiento. Empatía y respeto. En casa siempre les hemos dado importancia a estos dos valores. Mi aita siempre fue una persona muy cercana, a la que le gustaba mucho hablar, conversar, dialogar. Trataba siempre de buscar puntos de encuentro entre diferentes, para construir puentes, y, en definitiva, construir una sociedad que se respete a sí misma. Como he comentado al principio, ya estamos dando pasos. Vamos poco a poco, y a pesar de las dificultades, cada vez somos más las que estamos en ese camino. Y lo conseguiremos, estoy segura de ello. Es más, la sociedad que estamos construyendo no va a estar lejos de aquélla Euskadi con la que soñabas.
Por medio de estas líneas quiero darte las gracias por todo lo que me enseñaste, y por todo lo que voy aprendiendo al paso de los años. Yo también seguiré por ese mismo camino. Mila esker aita.


Opinión:

Recuerdo la visita de Maixabel a Barcelona en noviembre de 2008. Recuerdo su cariño con mi esposa, Esperanza… su conversación conjunta reviviendo muchas vivencias compartidas. Recuerdo cómo aquella conversación entre amigas consiguió mirar hacia el futuro con confianza y el deseo común de que nadie mas viviera lo que ha habíamos vivido antes.
También recuerdo la inesperada experiencia vivida por Maixabel con una víctima la misma noche de la presentación del libro de Goyo Martinez, preludio (o quizás consecuencia final) de mi marcha de la asociación catalana.

Maria, contigo s¡empre. Y contigo Maixabel, también. Seguimos con el objetivo compartido, mirando siempre hacia delante. Por el bien común.



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