jueves, 20 de febrero de 2025

20 febrero 2025 (17.02.25) (3) La Vanguardia

 

20 febrero 2025 (17.02.25) 



Tres militares de EE.UU. fueron sacados tras un atentado en Madrid

El Descanso: una operación secreta al margen del juez

Torrejón alegó que tres mandos medios habían sido trasladados y no podrían declarar ante el juez

EE.UU. quiso evitar que el yihadismo pudiera atribuirse el éxito de un atentado contra un alto mando

El juez nunca supo nada. No le cuadraban los muertos que habían salido con los que se habían confirmado. Al final le convencimos, a regañadientes”. Así recuerda Q. cómo un puñado de altos funcionarios del Estado ayudaron a los militares estadounidenses de la base aérea de Torrejón de Ardoz a extraer en secreto los cadáveres de tres militares asesinados en un atentado islamista en el restaurante El Descanso, al noroeste de Madrid.

Del ataque, a las 22.30 h del viernes 12 de abril de 1985, están a punto de cumplirse40años. Aquella noche, P., un alto funcionario del Ayuntamiento de Madrid, recibe un aviso paraque resuelva una situación muy delicada. En El Descanso pueden haber muerto o resultado heridos militares norteamericanos, alguno de altísima graduación, y nadie puede saberlo. Tampoco el juez que acuda al levantamiento de cadáveres. Será Carlos Granados, titular del juzgado de instrucción número 10 de Madrid, que con los años llegará a magistrado del Tribunal Supremo y a fiscal general del Estado; hoy es el director de la Oficina contra el fraude y la corrupción del Ayuntamiento de Madrid.

En el operativo estuvieron implicados, además de P. y Q. uno de sus colaboradores más cercanos, el teniente coronel Jaime Togores Franco Romero, el militar que en 1985dirigíala Policía Nacional, y Ángel Pingarrón, jefe de guardia de los Bomberos de Madrid; los dos últimos han muerto.

Fue un éxito. Logran entregara una brigada disfrazada del Ejército de Salvación los cuerpos de tres militares. Los reconocen por las medallas identificativas que llevan en la muñeca y en el cuello. Nunca sabrán sus nombres. Los entregan sin anotarlos en su listado. En las primeras informaciones de prensa, el número de fallecidos es de 21o 23; finalmente serán18 (14mujeres y 4 hombres) y 82heridos. Entre éstos tampoco hay inicialmente militares estadounidenses.

Tres días después de la matanza, agentes del Cuerpo Nacional de Policía se personan en Torrejón, donde les recibe John L. Barajas, de la Oficina de Investigaciones Especiales de las Fuerzas Aéreas (Afosi, en sus siglas en inglés). Éste les entrega una lista con 15heridos estadounidenses atendidos en la base, añade que duda que los militares fueran el objetivo del ataque, dada la hora (22.30) en que se produce el atentado: muy tarde para sus horarios habituales. Barajas detalla que algunos testigos han descrito un posible sospechoso: un hombre entre1,73 y1,76 metros de altura, complexión normal, pelo castaño, bigote bien recortado. Años después, este hombre fue reconocido por supervivientes de El Descanso como Mustafá Setmarian, un sirio residente en España desde 1984 que fue muy próximo a Osama Bin Laden. Pero su participación nunca se probó.

El 29 de abril, dos semanas después del atentado, el juez auditor militar de Torrejón, el comandante Larry E. Forkner, remite al juez Granados una lista con doce estadounidenses heridos, tres menos que en la primera relación. Siete son militares, tres son esposas de militares y hay dos niños, de 7 y 9años en aquel momento.

En septiembre de 1985, y antelas evidencias de que ha sido un ataque terrorista, el caso ya está en manos del Juzgado Central de Instrucción 2 de la Audiencia Nacional, que interrogará a personal de la base. Ninguna delas declaraciones, recogidas en el sumario, hace referencia a la muerte de un alto mando militar.

La justicia española no puede interrogar a todos los testimonios estadounidenses: en una carta sin fecha dirigida a la Audiencia Nacional, el también comandante y juez auditor Lake B. Holt alega que tres de los heridos “fueron trasladados en su día a los Estados Unidos de América en virtud de órdenes militares”. Por ello, no podrán declarar ante el juez en Madrid. Se trata de un brigada y dos sargentos, un hombre y una mujer. De los tres apenas hay rastros vitales posteriores a 1985. Perolos tres cadáveres que en la operación se extraen del restaurante son hombres, y según P. y Q., uno de muy alta graduación.

La policía interroga el 15 de abril al militar estadounidense de origen ecuatoriano R.B. Se limita a exponer la hora a la que llega al restaurante, con quién acude, en qué lugar les ubican y las atenciones médicas que tanto él como su acompañante han necesitado. La policía incide en si ha visto alguna persona sospechosa, cosa que no ha ocurrido. Otras declaraciones incluidas en el sumario del caso tienen tono y datos similares.

¿Por qué Estados Unidos tuvo tanto interés en que sus muertos no salieran a la luz? La hipótesis más plausible es que el asesinato del alto mando militar y otros dos subordinados fue casual. Es decir, el artefacto se colocó en El Descanso porque era un lugar frecuentado por la tropa establecida en Torrejón, de manera que una matanza allí tenía muchas opciones de provocar víctimas estadounidenses. Acabar con ese militar de alto rango habría sido azaroso, pero ni Washington ni la OTAN podían admitirlo: podía interpretarse como una brecha de seguridad demasiado importante. Un triunfo enorme para los terroristas

El momento en España era, además, delicado. Había una enorme oposición a las bases estadounidenses y estaba en juego también la permanencia en la OTAN, con la reciente llegada de los socialistas al poder y su promesa de someter a referéndum la adhesión atlántica, firmada en 1982 por el presidente Calvo Sotelo. La negociación entre España y Estados Unidos fue en aquellos meses un camino de espinas.

Torrejón había sido una base clave durante la guerra fría. Fue la central de la Decimosexta Fuerza Aérea de Estados Unidos y también del Ala de Combate Táctico401. En aquellos años se había construido la pista de aterrizaje más larga de Europa, con 4.266 metros; lo sigue siendo. Exactamente dos meses después del atentado, el 12 de junio de 1985, España ingresó en la Comunidad Económica Europea. El enero siguiente celebró el referéndum sobre la OTAN: ganó el sí, por poco. A cambio, EE.UU. debía reducir sus tropas en España y dejar Torrejón a mediados de 1991, aunque la guerra del Golfo alargó el uso de la base hasta 1992.Hoyes una infraestructura clave del Ejército del Aire español. Granados declinó ofrecer a este diario sus recuerdos o versión de lo ocurrido aquel día.

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