26 febrero 2025
El Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat (PSC) subvenciona a una ONG islamista acusada de vínculos terroristas
La
ONG Islamic Relief, bajo sospecha por sus supuestas conexiones con el
terrorismo, ha recibido hasta 29.000 euros en subvenciones del Ayuntamiento de
Esplugues de Llobregat, gobernado por el PSC. La entidad ha sido señalada en
varias ocasiones por sus vínculos con los Hermanos Musulmanes (organización
terrorista) y por actuar como un canal de apoyo a grupos extremistas en
distintas partes del mundo.
Las
ayudas económicas se han otorgado en diferentes convocatorias anuales, con
10.000 euros en 2023 y 2022, y 9.000 euros en 2021, según consta en documentos
oficiales del Sistema Nacional de Publicidad de Subvenciones y Ayudas Públicas.
La organización ha estado en el punto de mira de los servicios de inteligencia
europeos y españoles por el riesgo de que su labor humanitaria sirva como una
vía de radicalización y adoctrinamiento en ideologías extremistas.
La
sospechosa trayectoria de Islamic Relief llevó a países como Alemania a cortar
su financiación en 2020, mientras que los Estados Unidos y el Reino Unido
también han iniciado una investigación por estas sospechas. En España, la
organización ha incrementado su presencia con actividades en distintas ciudades
catalanas, como Reus, Lérida y Gerona.
En
su última acción en Cataluña, Islamic Relief organizó un evento en Reus con el
objetivo de preparar a la comunidad musulmana para la llegada del Ramadán. Sólo
VOX trató de prohibir estas ferias, alegando el riesgo de que la ONG actuara
como un canal de influencia del islamismo radical en la región.
No
es la primera vez que esta organización genera controversia. En 2017, Islamic
Relief fue acusada de haber dado cobertura a figuras como Yasir Qahdi, un
predicador que defiende castigos corporales como la amputación de manos. En
2020, toda su cúpula directiva se vio obligada a dimitir tras la revelación de
mensajes en redes sociales con contenido antisemita y a favor del yihadismo.
Israel
ha alertado en varias ocasiones de la relación existente entre Islamic Relief y
Hamás, acusando a la ONG de operar como un agente encubierto del grupo
palestino en Oriente Medio. Aunque los últimos informes de los servicios de
inteligencia no consideran que represente una amenaza inmediata en España, sí
advierten sobre el uso de la caridad como una herramienta para difundir una
visión rigorista del islam en comunidades musulmanas vulnerables.
Opinión:
En relación a las subvenciones que se otorgan para
multitud de cuestiones que algunos relacionan con temas sociales (educación,
cultura, asistencia…), llevo muchos años diciendo que lo prioritario ante estos
recursos entregados es conocer perfectamente a qué se dedican los recursos.
Pongamos un ejemplo:
se otorga una subvención bajo el concepto de “concienciación
social” sobre una problemática social concreta. Bien, perfecto. Pero si quien
otorga esos recursos no exige que se presente una memoria de actividades para
conocer cómo se han gestionado esos recursos, lo único que se consigue es
plantear muchas dudas y sospechas sobre el destino final de los recursos. Y si
finalmente se descubre, tiempo después, que esos recursos se han destinado a
organizar manifestaciones o concentraciones partidistas, comprar banderas,
packs del manifestante y pancartas con mensajes ideológicos concretos ¿habría que
continuar aportando recursos a esas entidades?
Pongamos otro ejemplo:
Se aportan recursos para organizar actos de repulsa a un
delito concreto (por ejemplo, terrorismo) pero luego se descubre que esos
recursos se han destinado a organizar actos de homenaje y exaltación de una
víctima concreta ¿por qué no aportar recursos para el resto de víctimas de ese
delito? Y si además, esos actos son para víctimas muy señaladas en cuanto a su
ideología ¿por qué no para el resto?
Venga va, un ejemplo más (y hay para llenar una
enciclopedia):
Se organiza una comida o una cena para presentar un homenaje
a las víctimas de un delito concreto (por ejemplo, terrorismo). Solicitan una
subvención para organizar esa comida o cena, para invitar a ciertas
personalidades y para sufragar los gastos.
Y luego, al llegar a esa comida o cena, te cobran una
cantidad de euros por la comida o la cena… ¿pero no estaba subvencionada? Es
decir, los organizadores ¿cobran una subvención y luego cobran una entrada por
el mismo concepto?
35 años en esta historia me han permitido ver tantos
ejemplos sobre el “extraño” (o dirigido) reparto de las subvenciones que,
sinceramente, ya no me sorprende nada.
Y todo esto se podría minimizar, o hasta solucionar, si
quien aporta las subvenciones EXIGIERA respuestas a cada uno de los gastos. Pero
claro, se arriesgaría a que le acusaran de ir “contra LAS víctimas”.
¿Nadie se da cuenta de que hablamos de recursos públicos?
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