jueves, 4 de febrero de 2021

02 febrero 2021 El Mundo del Siglo XXI

02 febrero 2021 

 


 

"Es muy difícil curar todo mel dolor que ha causado ETA"

Juana Cortés Amunarriz. Hondarribia, 1966. Acaba de publicar 'Los ausentes' (Espasa), un 'thriller' sobre el secuestro de un profesor por parte de ETA. Con esta novela da un giro a su carrera como escritora de éxito de literatura infantil y juvenil.

Escribir una novela negra con ETA y el terrorismo vasco de trasfondo es...

Un ejercicio muy difícil que a mí me ha supuesto muchísimo trabajo porque es volver a recoger hechos que han sucedido, asimilarlos y digerirlos.

Al hacer ficción con el terrorismo etarra, ¿qué riesgos se corren?

Sí, se corren algunos. Con esta novela negra he querido hacer una investigación sobre la violencia. El principal riesgo, como escritora, es hacer una historia en la que los personajes fueran novedosos y aportaran algo.

En la trama conviven víctimas y verdugos.

Sí, hay personajes variados y su enfoque es novedoso. Leire, el personaje principal, intenta por todos los medios salvar a su marido y para ello ella se inicia en la violencia; es un viaje a los infiernos. Ella va acompañada de otros personajes que rompen los estereotipos. Tenemos un dirigente etarra que, en sus momentos de duda, se plantea de qué han servido todos estos años.

La novela refleja distintas formas de violencia: la etarra, la de la guerra sucia, la de las amenazas en las pintadas...

Sí, también el acoso. Es una violencia múltiple. Es una sociedad hiperviolenta, en la que convivían distintos tipos de violencia que van trastocándonos. Teníamos que vivir con una coraza para sobrellevar toda esa carga; eran extorsiones, secuestros, asesinatos, coches bomba, y a la vez, guerra sucia, Lasa y Zabala, Yoyes, Hipercor... un montón de palabras muy dolorosas que yo he incorporado para poder escribir esta novela.

El terrorismo ha causado mucho dolor en España. ¿Cómo se curan estas heridas?

Es muy difícil curar todo el dolor que ha causado ETA. Aunque han pasado ya diez años [desde que los terroristas dejaron de atentar], hay un dolor que probablemente para algunas personas no se va a ir nunca. Pero, como sociedad, tenemos que intentar superarlo, no el dolor, sino los enfrentamientos. Hay que recordar y revisitar esos momentos y digerir lo que sucedió, pero no olvidar.

Hoy muchos chavales que no saben quién fue Miguel Ángel Blanco.

Sí, hemos pasado muy rápido la página porque necesitábamos alivio y no hemos cuidado el recuerdo de ciertas cosas o quizá no se han incorporado todavía a la historia. Por eso, es muy necesario que haya documentales, series, películas y libros que aborden este asunto, desde la realidad o la ficción, para que todo eso se pueda conocer.

¿Las nuevas generaciones están olvidando qué significó ETA?

Sí, quizá no lo han percibido y no se lo hemos transmitido. Hay jóvenes que ven con sorpresa o no son conscientes de lo que pasó.

Están las víctimas mortales de ETA y también todas aquellas que han soportado el clima del terror en sus municipios y los que han tenido que abandonar el País Vasco.

Sí, hay muchas víctimas y hay que contemplarlas a todas. Los muertos en sí, sus familiares y amigos, los extorsionados, los que se fueron a vivir fuera, los secuestrados...

Y siguen los homenajes de la izquierda abertzale a los presos etarras cuando salen de la cárcel y son recibidos como héroes.

Eso provoca una crispación y sacude mucho la conciencia de las víctimas. Son coletazos, no es una mayoría sino una minoría la que apoya esto. Pero magnificar esos hechos es seguir llamando la atención sobre ellos, que es lo que muchos buscan.

Usted ganó un concurso literario con treinta y tantos y desde entonces no ha parado.

Desde pequeña quise ser escritora, pero hasta los treinta y tantos no cuajó la escritura. Me costó encontrar una voz y que los textos me convencieran. Los concursos literarios sirven para ir probándote y aprender que esto es trabajo, trabajo y más trabajo.

 

 

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