lunes, 26 de noviembre de 2012

26 noviembre 2012 (2) Bate Hitzak (Gesto por la Paz)

26 noviembre 2012

Revisa Bate Hitzak  (Gesto por la Paz)

RECUPERAR LA CONVIVENCIA
Rafael Caride Simón, Carmen Gisasola Solozabal, Joseba Urrusolo Sistiaga y
Andoni Alza Hernández
Miembros del colectivo “Presos comprometidos con el irreversible proceso de paz”

Quisiéramos comenzar nuestro escrito reconocimiento la labor de los que, en los momentos más difíciles de estos últimos años, estuvieron en la calle defendiendo de manera pacífica los Derechos Humanos aún a riesgo de su propia vida como es el caso de Gesto por la Paz.

Ha pasado ya un año desde que ETA tuvo que asumir la decisión de dejar su actividad armada. Decisión que, por desgracia, no fue fruto de una reflexión interna, sino impuesta por la incapacidad de seguir, e impuesta porque, por fin, en la izquierda abertzale algunos que tenían la capacidad para ello, se decidieron a hacerlo.

Es importante decirlo y asumirlo así porque es la realidad y porque pretender dar otra imagen impide afrontar con sensatez lo que ahora queda por hacer y sólo sirve para contentar a los que quieren mantener un imaginario artificialmente construido a base de alargar el sufrimiento de los demás.

Un año después, la izquierda abertzale ha legalizado su situación y participa con normalidad en las instituciones. Y así podrían seguir si no tuvieran que arrastrar el lastre que les supone la complicada situación de los presos y los exiliados.

Para la mayor parte de nuestra sociedad, la página de la violencia se vive como algo del pasado. Y tienen razón porque ellos no tienen ninguna responsabilidad en lo ocurrido, ni han tenido problemas de convivencia por estos motivos. Pero otros, no podemos pasar página sin hacer una profunda reflexión crítica del pasado. Sin dar los pasos necesarios para ayudar a cicatrizar las múltiples heridas que siguen afectando a sectores muy concretos de nuestra sociedad.

Lo más sensato y efectivo sería que la izquierda abertzale asumiera su responsabilidad e hiciera una reflexión profunda, sincera y crítica sobre lo ocurrido. Continuar haciéndolo a pequeñas dosis, con pequeñas frases calculadas, es un insulto para los que lo han sufrido y supone más tiempo de cárcel para los presos. ETA debería reconocer el sufrimiento causado, pedir disculpas en nombre de sus militantes, escenificar unilateralmente su desaparición y dejar que la izquierda abertzale gestionara el tema de los presos. Esto facilitaría el posicionamiento de los propios presos.

Pero, sin esperar a que esto ocurra, nos ha parecido necesario e  imprescindible dar pasos en este sentido. Desde lo que nosotros hemos vivido, podemos y debemos poner en cuestión la mentalidad con la que tomábamos las decisiones y poníamos los objetivos políticos por encima de la vida y la dignidad de las personas.

No pretendemos hacer comparaciones ni equiparaciones. No queremos justificar nada, ni escudarnos en la evidencia de que también desde los aparatos del Estado se han vulnerado los Derechos Humanos utilizando de forma ilegítima la violencia.

Pretendemos poner en cuestión lo que no tenía que haber ocurrido, poner en cuestión la mentalidad que lleva, que nos ha llevado a nosotros mismos, a decidir utilizar la violencia para conseguir objetivos políticos.
Nuestra aportación tiene que ir más allá de justificar o no el uso de la violencia, de condenar o no, o de valoraciones sobre si ha merecido la pena o no, porque nosotros lo hemos vivido y sabemos con qué mentalidad se tomaban las decisiones. Porque nosotros también la hemos tenido que soportar. Por eso pensamos que poner en cuestión esa mentalidad, esas contradicciones entre los valores que pretendíamos defender y la cruda realidad de lo que hemos hecho, de cómo lo hemos hecho, ayudará a cerrar las heridas ya evitar que se reproduzcan en el futuro.

Tenemos que llegar a reconocer todo el sufrimiento que hemos causado, todos los actos que afectaron a la dignidad de las personas y que no tenían que haber ocurrido. Pensamos que sin enzarzarnos en motivaciones, ni justificaciones, ni relatos más o menos interesados de lo ocurrido, podríamos empezar por compartir que las barbaridades que hemos hecho por razones políticas, no debieron haber ocurrido. Durante años, nosotros mismos hemos sido muy sensibles ante los actos de violencia que provocaban sufrimiento a las personas que apreciábamos y, al mismo tiempo, nos hemos mostrado completamente insensibles al sufrimiento de las personas que considerábamos debían ser objeto de la violencia que nosotros practicábamos.

Para ello, propusimos los encuentros en la cárcel, en lo que llamamos el Taller para la Convivencia. En realidad, el nombre es lo de menos. Lo importante fue que tuvimos oportunidad de juntarnos con personas de sensibilidades diferentes, entre ellas varias víctimas, y pudimos hablar de estos temas como no lo habíamos hecho nunca. Estos encuentros, tanto en la cárcel como los realizados en la calle por los compañeros que salen de permiso, están siendo una experiencia enormemente positiva y nos han reafirmado en el convencimiento de que nuestra aportación tiene que seguir encaminada en este sentido.

Opinión:

¿Y todavía hay quien no entiende las razones por las que, a petición del Gobierno Central, acepté el encuentro con Rafael Caride en la cárcel de Zaballa? Los resultados son positivos y quien no lo vea así es que, simplemente, no entiende nada de todo lo que nos estamos jugando. O quizá sea que a esos que están contra todo lo único que les molesta es que no cuenten con ellos o que incluso sus mentiras y patrañas queden expuestas a la luz.
Por cierto, excelente trabajo el de los amigos de Gesto por la Paz.

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