miércoles, 26 de agosto de 2020

25 agosto 2020 metropoliabierta.com

25 agosto 2020




Interior no reconoce a todas las víctimas tres años después del atentado del 17A

El juicio contra los terroristas puede ser la última oportunidad de que los solicitantes vean resarcidos sus derechos

“El Ministerio de Interior no ha reconocido a todas las víctimas del 17A por el dinero”. Así de contundente se muestra la psicóloga clínica y forense especialista en postraumatología, Sara Bosch. Ella es la presidenta de la Unidad de Atención y Valoración a Afectados por Terrorismo (UAVAT), una asociación de profesionales expertos que se constituyó específicamente para apoyar a las víctimas de los atentados de Barcelona , Cambrils y Alcanar.

La UAVAT recogió el testigo del Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB), que socorrió a las víctimas en un primer momento, pero dejó de operar a mediados de octubre del 2017. En total la asociación ha atendido a 221 personas.

En una entrevista en exclusiva para Metrópoli Abierta, Bosch se revela muy crítica con el acompañamiento y la información prestada a los damnificados por parte de algunas instituciones. Describe los tres años de lucha incansable de su asociación para apoyar psicológicamente a los afectados pero, sobre todo, para guiarlos en el camino hacia el resarcimiento de sus derechos. Un proceso “muy duro” y “muy injusto” para algunas de las personas que vivieron tan de cerca ese horror, a las cuales, para la presidenta de la UAVAT, se las está “doblemente victimizando” al negarles su merecido reconocimiento legal.

El origen de todo
A las cinco de la tarde del 17 de agosto de 2017, se cometió un atropello masivo en Las Ramblas de Barcelona. Horas más tarde, el Estado Islámico reivindicaba el atentado. La madrugada de ese mismo día se produjo el segundo atentado en Cambrils, donde fueron abatidos los cinco terroristas tras intentar saltarse un control policial de los Mossos d’Esquadra. 

En total murieron 16 personas como resultado directo de los atentados terroristas, más los presuntos autores (los cinco atacantes y los dos fallecidos en la explosión de Alcanar); hubo 155 heridos físicos y, como mínimo, más de 200 personas presentan daños psicológicos. De hecho, el Ministerio de Interior ha tramitado 549 expedientes.
“Muchas de estas víctimas no han sido reconocidas como tal”, denuncia la psicóloga. “No se han tenido en cuenta los traumas psicológicos y la desinformación que han sufrido, cuya consecuencia ha sido perderse en los trámites y, por lo tanto, no poder acceder a la categoría de víctimas a tiempo”, sentencia.

Baile de cifras

A fecha del 8 de agosto del 2019, la Dirección General de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo (dependiente del Ministerio de Interior) reconoció, por el momento, a 96 personas como víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils y por la explosión de Alcanar. El organismo ha tramitado 549 expedientes, de los que se ha resuelto el 74%. De estos, 211 han sido estimados (aunque Interior no especifica cuál es el grado de reconocimiento legal).

“Tras el atentado, el Departament de Salut hizo un listado de heridos, que se envió al Ministerio de Interior. Por su parte, el Departament de Justícia hizo su propia lista, más extensa, que está en manos de la Audiencia Nacional, y es la que queda reflejada en el auto de procesamiento contra los arrestados (en el juicio)”, explica Bosch. “Estos listados no se han cruzado en ningún momento y hay muchas víctimas que están quedando fuera del sistema; por no hablar de las personas con un trauma psicológico, que Salut directamente no incluyó”, lamenta.

Los requisitos

Como es lógico, no todo el mundo puede ser catalogado como víctima del terrorismo ni, por lo tanto, recibir una compensación del estado (obviamente merecida). Hay que cumplir unos requisitos. Los dos principales son: haberse producido un atentado y que los terroristas lo hayan reconocido como tal, y haber estado las víctimas presentes en el momento y en el lugar. Pero a partir de ahí empiezan las interpretaciones. 

“Se da la circunstancia que personas que vivieron el atentado y tienen graves lesiones psicológicas no son reconocidas como víctimas porque no estaban en el trayecto de los metros por los que discurrió la furgoneta”, informa Bosch. “Pero quizá vieron morir a sus seres queridos o presentan tal trauma que no pueden llevar una vida normal”, lamenta. “Este hilar tan fino de Interior no lo había visto nunca. Es una cuestión de dinero”, sentencia la experta, quien durante toda su trayectoria profesional ha apoyado a víctimas del terrorismo, como las del 11M y las de Hipercor. Sin embargo, según la presidenta de la UAVAT no cree que haya “un motivo ideológico detrás” del comportamiento del Estado.

Plazos imposibles

Para obtener la condición de víctima es necesario confirmar la presencia del solicitante en los límites de espacio y tiempo acotados por los informes oficiales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Determinada la presencia directa, se realiza una valoración de las lesiones por la Asesoría Médica y/o por el Equipo de Valoración de Incapacidades de la Seguridad Social. Y el Ministerio del Interior debe resolver conforme a esa valoración médica, según indica la ley.
Todos los trámites deben enviarse a Interior en el plazo de un año. Sin embargo, se valora específicamente que los informes médicos de las posibles víctimas sean emitidos el mismo día o los días posteriores más próximos al atentado. “Esta información es desconocida para la gran mayoría. Hay víctimas que no recogieron esos papeles en su momento; hay otras tantas que estaban psicológicamente ‘bien’ y luego ‘petan’ en Navidades, por ejemplo, y allí es cuando empiezan a pedir bajas laborales, etc, pero no tienen un reconocimiento legal especial como debería ser”, comenta la presidenta de la UAVAT.
El trauma
 “Estaba comprando; de un golpe me caí al suelo y, cuando levanté la vista, vi el mismísimo infierno”. Este es el testimonio de una de las personas que estaban en Las Ramblas el fatídico día del atentado. “En el mejor de los casos, los afectados pueden llevar una vida normal pero, de repente, su miedo se activa al escuchar una ambulancia, al ver una furgoneta blanca, al estar en un sitio lleno de gente…”, describe Sara Bosch.

“Pero, en el peor de los casos, la persona vive anclada en el momento del atentado, como si no hubiesen pasado tres años. El miedo les condiciona la vida y les cambia la personalidad. Ven amenazas en todos lados, tienen ataques de pánico, se sienten muy vulnerables y siguen experimentando las mismas sensaciones una y otra vez”, ilustra la psicóloga. “A veces también presentan el Síndrome del Superviviente, y se sienten culpables por haber salido vivos de la experiencia o no haber hecho lo suficiente”, agrega.

El juicio

Bosch habla con conocimiento de causa, pues una de las funciones de la UAVAT es prestar atención psicológica a las víctimas del 17A, además de hacer las periciales forenses de las personas que, representadas por la Asociación 11M, se presentan como acusación particular en el juicio. Muchas de ellas no han sido reconocidas como víctimas por el Ministerio de Interior pero, si el juicio falla en favor de la acusación que presenta la asociación, podrían obtener este reconocimiento legal a través del juez.

“Por eso es tan importante que las acusaciones vayan a una; y por eso las víctimas y entidades nos hemos tomado tan mal el rechazo de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona la de no defender la acusación de asesinato”, comenta la presidenta de la UAVAT.

Saber la verdad

Bosch también describe que muchas de las víctimas no entienden cómo es posible que no se haya hecho una comisión de investigación sobre los hechos del 17ª. “Saber la verdad les ayudaría a cerrar la herida, y esperan que la sentencia reconozca sus derechos como víctimas porque así pueden acceder a un apoyo psicológico gratuito. No buscan dinero”, aclara.


El futuro de la misma UAVAT también es incierto. Al principio se financió gracias al esfuerzo del Ayuntamiento de Barcelona, que trató de paliar la falta de organismos creados específicamente para apoyar a las víctimas del atentado terrorista de Barcelona y Cambrils. Luego la responsabilidad pasó a la Generalitat, sin embargo, la financiación quedó parada por el estado de alarma. “Cuando llegue diciembre no sabemos qué pasará con la UAVAT. Está siendo difícil sobrevivir, y el trabajo con las víctimas se sigue haciendo. Pero, si nosotros dejamos de existir, ¿quién les apoyará?”, se pregunta Bosch al finalizar la entrevista. 

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