miércoles, 8 de enero de 2020

07 enero 2020 (2) (06.01.20) El País (opinión)

06 enero 2020 



Al uso del terrorismo se le estrecha el margen

A la presidenta del Congreso, Meritxell batet, la espera una ardua tarea esta legislatura, a juzgar por el espectáculo ofrecido en este debate de investidura. Las derechas, radicalizadas, han utilizado el Congreso como caja de resonancia, incluidos el insulto y el griterío, en su estrategia de acoso y derribo del Gobierno que presumiblemente saldrá de la votación de mañana. Si el sábado las derechas focalizaron el debate en la cuestión catalana para acusar a Pedro Sanchez de “romper España”, ayer resucitaron a ETA, cuando hace mas de ocho años que terminó el terrorismo.
Pablo Casado, en una breve intervención imprevista desde el escaño, hizo una utilización penosa de las víctimas del terrorismo, proia del peor Aznar, autoerigiéndose en su portavoz para acusar a Sánchez de no haberlas defendido en su réplica a la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, cuya mera presencia en el atril originó el rechazo expreso de las bancadas de la derecha. Aizpurua defendió los clásicos postulados del independentismo vasco sin incurrir en apología del terrorismo.
No citó a ETA. Fueron las derechas las que la citaron para atacar a Sanchez, porque Bildu va a facilitar el Gobierno con su abstención: “Ha sido la intervención más nauseabuna de los herederos de ETA”, dijo Casado.
La respuesta se la dieron algunas víctimas en las redes sociales, como María Jauregui y Pedro Elespe, hijos de socialistas asesinados por ETA, que recordaron a Casado que la banda terrorista ya había desaparecido y que sus padres estarían contentos de que en España gobiernen las izquierdas.
Las derechas confirmaron ayer que la utilización del terrorismo será parte crucial de su política de acoso y derribo al Gobierno de Sánchez. Pero es un campo opositor cada vez más estercho. Cada vez son más las asociaciones y víctimas de ETA que se rebelan por su uso. Bildu es legal por decisión judicial, porque en sus estatutos rechaza la violencia. Fue en 2011, el mismo año en que ETA anunció el cese definitivo del terrorismo al final del Gobierno de Zapatero. En los ocho años transcurridos no ha habido atentados, ni chantaje terrorista. Fue un final limpio, sin concesiones políticas, como le gustaba subrayar a Alfredo Perez Rubalcaba, entonces ministro de Interior.
Además, los pactos políticos de los partidos democráticos contra ETA –el de Ajuria Enea de 1988 y Por las Libertades de 2000-, suscritos por la derecha –el primero AP y el segundo el PP-, pretendieron la desaparición del terrorismo y el afloramiento de la izquierda abertzale como partido para que defendiera legalmente sus ideas independentistas. Es lo que se logró en 2011. La izquierda abertzale no fue ilegalizada hasta 2003 por la Ley de Partidos por su probada complicidad con el terrorismo etarra. Pero, desaparecido el terrorismo, no tenía sentido mantenerla en la ilegalidad, más aún cuando sus estatutos rechazaban la violencia. Así lo juzgaron los tribunales. Pero el PP, entonces en la oposición, no lo asumió porque durante el Gobierno de Zapatero hizo del terrorismo una de sus armas de atque político.
Sin embargo, cuando Mariano Rajoy accedió al Gobierno no promovio la ilegalización de Bildu (entonces Amaiur). Mantuvo a Bildu en la legalidad. Pero Casado, con el PP en la oposición, ha vuelto a usar el terrorismo y a las víctimas contra el Gobierno socialista.
Bildu tiene una carencia muy seria, la ausencia de autocrítica por su pasada complicidad con el terrorismo. Se la exigen todos los partidos en Euskadi y en toda España como deuda pendiente con la sociedad, particularmente sus víctimas. Son muchos los que no quieren que se repita la ausencia de la condena unánime del franquismo. Aizpurua eludió ayer esta cuestión. Pero no debe ser excusa para que su presencia legal se utilice para atacar al contrario.
El PP es muy vulnerable en esta materia. En el debate de investidura, Sánchez esgrimió ejemplos variados de negociaciones y pactos del PP con Bildu. Javier Maroto, siendo alcalde de Vitoria, pactó con Bildu. UPN, socio del PP en Navarra, ha pactado varias veces en su historia con Bildu. En el Parlamento y el los Ayntamientos vascos sucede lo mismo. Es lo habitual con un partido legal. La regla del PP es que ellos pueden hacerlo y los demás incurren en “traición” cuando lo hacen.
Aún más. José Maria Aznar, siendo presidente del Gobierno, no sólo envió representantes a hablar y negociar con Batasuna. También lo hizo con ETA en 1999, en Suiza, con el respaldo del PSOE. Cuando el Gobierno de Zapatero lo intentó en 2006, el PP se opuso radicalmente. Ahora vuelve a caer en la tentación de utilizar el terrorismo para atacar al Gobierno, cuando debía ser una cuestión de Estado y, por tanto, marginada de la contienda política, más aun cuando el terrorismo ha desaparecido.

Opinión:

El artículo de Luis R. Aizpeolea es contundente. No hay nada que no sea cierto y, desgraciadamente para algunos, todo lo que menciona es absolutamente demostrable. Documentado.
Pero hay una frase en la que se lee: “pero Casado, con el PP en la oposición, ha vuelto a usar el terrorismo y a las víctimas contra el Gobierno socialista”.
Quisiera aclarar un pequeño detalle. Casado (y otros muchos antes que él) no han usado a “LAS” víctimas sino a sectores de victimas y muy especialmente a presidentes de algunas asociaciones de víctimas que, oh sorpresa, sorpresa… han acabado teniendo importantes cargos en el partido o figurando en las listas electorales. Algunos incluso se han pasado a partidos más a la derecha todavía…

Y en cuanto al dato de que “Bildu tiene una carencia muy seria, la ausencia de autocrítica por su pasada complicidad con el terrorismo”, no es mi labor defender ni blanquear la historia macabra y asesina de la banda terrorista ETA. Sólo faltaría… pero sí creo que hay que presentar una documentación que mucha gente desconoce de manera involuntaria (y que otros muchos olvidan voluntariamente”.

Esta es la información publicada en este mismo blog en noviembre de 2012

https://eltrasteroazul.blogspot.com/2012/11/23-noviembre-2012-deia.html

Barrena: "Nos ha faltado el reconocimiento del dolor ajeno y lo sentimos"

Pernando Barrena pide disculpas a la hija de Lluch, 12 años después del asesinato
El portavoz de la izquierda abertzale Pernando Barrena afirmó ayer en Barcelona que la izquierda abertzale sentía mucho el daño que había podido causar su silencio y la proyección de una imagen fría respecto a unas víctimas del conflicto vasco, y lo hizo, precisamente en presencia de una variada representación de estas. "A veces, es mejor no actuar que hacerlo mal" ha asegurado al principio de su intervención en la que se ha defendido la necesidad de dialogar y de que el pueblo vasco conozca la verdad conformada por la "suma de todas las verdades". "Sabemos que en la dureza del conflicto nos ha faltado el reconocimiento del dolor ajeno y lo sentimos, nunca fue nuestra intención" afirmó.

En la Aula Magna de la Facultad de Historia de la Universidad de Barcelona se encontraban ayer, entre otros, Gorka Landaburu y Roberto Manrique, víctimas de ETA, pero también Verónica Portell y Karmen Galdeano, cuyos padres fueron asesinados por ETA y el GAL respectivamente.

También se encontraba en el auditorio Rosa Lluch, hija del político y economista Ernest Lluch que murió, precisamente ayer cumplía doce años, en manos de la banda armada. Ella fue la encargada de concluir un acto sin precedentes en el que se dio voz a las víctimas de todas las partes. Lluch agradeció sentidamente las palabras de Pernando Barrena, así como las que pronunció Arnaldo Otegi desde prisión reconociendo el dolor causado. Reconoció que eran palabras necesarias para avanzar y aceptó las disculpas presentadas por Barrena. Lluch aprovechó la ocasión para cuestionar el encarcelamiento de Otegi en un momento histórico como el actual. En referencia al proceso de paz que está en marcha y a los roles de cada parte implicada, aseguró que "a las victimas no se nos puede jerarquizar" y añadió que "el papel que deben tener el proceso las personas afectadas directamente no puede ser determinante, no se nos puede obviar, pero nosotros estamos demasiado afectados para ver con claridad" sentenció.

La jornada de ayer, impulsada por la Fundación Ernest Lluch, el Centro de Estudis Histórics Internacionals y la Universidad de Barcelona, versaba sobre el papel de las víctimas en el proceso de paz. Intervinieron en él tanto víctimas de la banda armada como del GAL, entre ellas el expresidente de la AVT catalana Robert Manrique, y también el obispo emérito de Donostia Juan María Uriarte, el periodista Antoni Batista y el director del centro de Esudis Histórics Antoni Segura.



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