sábado, 29 de mayo de 2021

28 mayo 2021 (3) La Vanguardia

28 mayo 2021

 


La sentencia zanja las teorías de la conspiración sobre el imán Es Satty

La sentencia por los atentados del 17-A ha supuesto un espaldarazo a toda la investigación y ha despejado todas las teorías lanzadas tanto durante la instrucción como en el juicio sobre el líder de la célula, el imán de Ripoll Abdelbaki es Satty o del papel de las fuerzas de seguridad o servicios de inteligencia. A pesar de los intentos de alguna de las partes por introducir teorías de las conspiración sobre el posible control del imán por parte de los servicios de inteligencia o incluso la posibilidad de que se conociera previamente los planes de atentados, nada de esto ha sido avalado por la Audiencia.

La resolución ni siquiera hace mención respecto de la posibilidad de que Es Satty fuera colaborador o estuviese controlado por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tal y como se había sostenido residualmente en el juicio.

La sentencia da por probado que Es Satty, después de salir de prisión por delitos comunes, se marchó a Bélgica, de donde regresó para acabar como imán de la mezquita de Ripoll en abril del 2016. Paulatinamente, formó un grupo de jóvenes a los que “adoctrinó en el ideario salafista extremista, marcándoles la obligación de realizar la yihad, convirtiéndose en una auténtica red de base de la organización terrorista Daesh”. El grupo se radicalizó hasta que dio el paso de fabricar explosivos para atentar en España.

Por otro lado, el tribunal ha rechazado categóricamente el resto de intentos de anular toda o parte de la investigación. Otro de los extremos que se defendió por alguna de las partes es que Es Satty realmente no estaba cuando se produjo la explosión de la casa de Alcanar. Se intentó desmontar la cadena de custodia de los restos encontrados entre los escombros. Los cuerpos quedaron desintegrados y hubo que comparar perfiles genéticos que acreditaran que efectivamente esos restos eran del líder de la célula. También hubo una pretensión de desacreditar el trabajo de la policía científica marroquí que determinó que un perfil genético hallado en Alcanar coincidía con el de la familia de Es Satty. El tribunal ha dado por falsas estas tesis y finalmente ha podido afirmar que “Abdelbaki es Satty falleció por la explosión ocurrida la noche del 16 de agosto del 2017”.

Los magistrados tampoco han aceptado las tesis de las defensas respecto a que el contenido de los teléfono y otros dispositivos electrónicos intervenidos estuvieron manipulados por los agentes para introducir material islamista que les situara como yihadistas radicales. “En momento alguno se ha roto la cadena de custodia y por ende todo lo analizado por la unidad de información corresponde al contenido, sin alteración alguna”, concluye la sentencia.

La última maniobra que ha sido rechazada por parte de la sala es el intento de sembrar dudas sobre el tratamiento químico para los resultados genéticos. Una de las defensas alegó que la unidad central del laboratorio biológico del área central de criminalística de Mossos d’Esquadra habían utilizado reactivos “reseteados” con el fin de “alargar su vida útil” más allá de la fecha de caducidad establecida por el fabricante, lo que podría alterar los resultados.

Los expertos, que han sido avalados por el tribunal, ya explicaron que estos productos químicos tienen fecha de garantía, pero no de caducidad. Además, señaló que cada una de las fases de la analítica se monitoriza, “lo que permite asegurar que sin el debido control no se continúa el proceso y acredita el buen funcionamiento de los vectores”.

Esto es, si se obtiene el perfil de ADN es señal evidente de que los vectores han funcionado. Con todas estas aclaraciones, el tribunal ha querido evitar dejar cualquier duda abierta sobre la investigación del segundo mayor atentado terrorista yihadista de la historia de España.

Testigos protegidos, creíbles

La sentencia de la Audiencia Nacional ha dado veracidad a casi toda la prueba practicada en el juicio propuesta por la Fiscalía. La condena se ha basado en gran medida en los testimonios, periciales e informes de los Mossos d’Esquadra, Policía Nacional y Guardia Civil, que han quedado respaldados por la sentencia. La sala reconoce la “minuciosidad” con la que han trabajado los cuerpos policiales. Además, ha dado credibilidad a los tres testigos protegidos que declararon en el juicio y que han apuntalado la condena de uno de los acusados, Driss Oukabir. El camarero de un bar le situó junto a uno de los miembros de la célula días antes de los atentados cuando él dijo que no trataba con ninguno de ellos. Otro testigo aseguró que por una red social este le amenazó de muerte y le escribió: “Cristiano de mierda, te voy a destrozar y tus pedazos los voy a echar a los cocodrilos”. Un tercer testigo protegido le situó sin ninguna duda en la causa de Alcanar, cuando Oukabir siempre negó que hubiera estado allí. Su intento por decir que era drogadicto no le ha servido para lograr una rebaja de la pena.

 

 

 

 

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