jueves, 1 de abril de 2021

01 abril 2021 (4) Artículo abierto

01 abril 2021



Artículo abierto (para el uso de cualquier medio de comunicación que crea oportuna su publicación)

La memoria sobre los acercamientos de terroristas.

Se dice que la información es poder. Cierto. Y también se dice que quien quiere estar bien informado debe contrastar datos y documentos. Y si además esos datos se han vivido en primera persona y esos documentos se tienen bien guardados, mejor que mejor.

Por ello, en relación a la avalancha de palabrería a la que estamos asistiendo en los últimos días, me gustaría aportar mi opinión. Más si cabe todavía, porque las voces que aparecen como “representativas” no me consultan la opinión desde hace casi veinte años y llegan momentos en los que hay que aportar esos datos y documentos que cada uno guarda en su memoria y en su propia hemeroteca para desmarcarse de lo que algunos venden como versión oficial.

En las últimas fechas han aparecido muchos opinadores comentando sobre el acercamiento de los terroristas a prisiones cercanas a sus lugares de residencia. Dando por supuesto que esa residencia se refiere a la que tenían antes de integrarse en las correspondientes bandas terroristas, debo decir que comparto la opinión con muchas otras víctimas en el sentido de que nos es indiferente en qué prisión cumplan la condena que todavía les quede pendiente. Como acertadamente dijo otra víctima: “un barrote de la cárcel de Sevilla es el mismo barrote de la cárcel de Vitoria". Gran definición de lo que es el acercamiento. Esa definición y el conocimiento de lo que se puede leer en el Código Penal ya aclaran muchos conceptos.

Y hablando de otras víctimas, es una grata sorpresa apreciar cómo en las últimas fechas aparecen algunas que, en aras de su derecho ideológico personal, han presentado durante años una marcada tendencia política y que ahora, viendo las indudables pruebas del uso político que del dolor ajeno hacen desde sus propias filas, se han plantado definitivamente exigiendo respeto a la pluralidad que existe en el colectivo de víctimas declarando públicamente su hartazgo ante ese proceder. Sean bienvenidas al grupo de víctimas que, por encima de ideas y objetivos personales, llevamos años con el objetivo prioritario de seguir trabajando para evitar que un solo ciudadano más que pase por nuestro mismo sufrimiento.

Y si hablábamos de datos, recordar incluso a quien lo sabe pero no quiere que se sepa, que quien acerca a los terroristas son los jueces aplicando la legislación que la clase política presenta. Decir que un gobierno acerca a un terrorista no se ajusta a la mínima veracidad exigible a no ser que se intente hacer coincidir el dolor ajeno con el mensaje partidista.

Estas últimas semanas he podido recordar el episodio de septiembre de 1998 cuando la banda terrorista ETA presentó una tregua. Poco después, el presidente del Gobierno se refería a la banda terrorista ETA como Movimiento de Liberación Nacional Vasco. El 11 de diciembre de ese mismo año representantes del gobierno se reunieron con la cúpula de Herri Batasuna (¿alguien recuerda cuando se decía que HB era igual a ETA?) en Ibeas de Juarros. Y una semana después se publicaba que “Interior anuncia el acercamiento de 21 presos de ETA”. Sí, aquella decisión del gobierno permitió a 3 presos de Ceuta, 3 de Melilla, 6 de las Palmas, 6 de Tenerife, y 3 de Palma de Mallorca ser acercados a la península. Una decisión fundamentada, entre otras, por el  “factor territorial y geográfico en función del singular alejamiento”.

La documentación también nos recuerda que ya habían sido acercados otros 85 presos a cárceles próximas o ubicadas en el País Vasco desde que el ministro del Interior se había hecho cargo de esta responsabilidad en el mes de Mayo de 1996 y que desde ese mes ya se habían concedido 13 terceros grados a presos de ETA, de los cuales 9 fueron dados de alta por la evolución positiva puesta de manifiesto y los otros 4 por razones médicas.

Tampoco habría que dejar en el rincón del  olvido que pocos meses antes de la reunión en Ibeas de Juarros, Aznar y el resto de dirigentes del PP, con Rajoy como Ministro de Administraciones Públicas,  habían acusado a Otegui y a los demás dirigentes de Batasuna de ser cómplices del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Pero eso no pareció importar para llevar a cabo aquella reunión.

Ahora me gustaría aportar el listado de los terroristas acercados, oh casualidad, tras el ofrecimiento de la tregua por parte de la banda terrorista ETA: Juan Aguirre Aguiriano, Ignacio Aldana Celaya, Juan María Anza Ortuñez, Fernando Arburua Iparraguirre, Juan Bilbao Moro, Antonio Cabello Pérez, Jesus María Ciganda Sarratea, Estanislao Echaburu Solabarrieta, Pedro J. Echevarria Lete. Ignacio Erro Zazu, Esteban Esteban Nieto, Jose Ignacio de Juana Chaos, Juan L. Lasa Milchelena,  Inmaculada Noble Goicoechea, Jesus María Ormaetxea Antepara, Iñaki Rike Galarza, Oscar D. Miguel Sagardía Juan María Tapia Irujo, Domingo Troitiño Arranz, José J. Urizar Murgoitio, Jesus María Zabarte Arregui.

Para terminar, me permito ofrecer un dato mas. Duele saber que a un terrorista llamado Francisco Javier García Gaztelu (a) “Txapote” se le acerca tras haber sido condenado por los asesinatos de Miguel Ángel Blanco -fue considerado autor material-; Gregorio Ordóñez; José Luis López de Lacalle y José Ignacio Iruretagoyena.

Sí, duele. Participó en el asesinato de siete representantes políticos, de un policía municipal de San Sebastián y de dos Guardias Civiles.

Duele. Tanto como saber que en aquella remesa de 21 terroristas de la banda asesina ETA acercados a la península en diciembre de 1998 se encontraba Domingo Troitiño Arranz, el autor del asesinato de dos Guardias Civiles y 22 civiles, ninguno representante político, en Barcelona durante 1986 y 1987. 24 asesinatos.

Ahora me gustaría hacer una propuesta: que los que protestan ahora por los actuales acercamientos pero callan y no hablan de los anteriores me digan, mirándome a los ojos, que su protesta no tiene objetivos políticos. Deberían saber que palabras tan bellas como “dignidad, memoria, justicia y verdad” también deberían incluir la idea de respeto al dolor ajeno, lo cual no les da permiso para hablar escondiendo parte de la información.

Porque eso no es informar. Es simple y directamente engañar. Por suerte y sin importar quien estuviera en el gobierno o en la oposición, algunas víctimas tenemos vivencias personales, datos y documentos en la memoria y en los archivos. Y si se atreven, hasta podrán consultarlos.

 

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