lunes, 8 de julio de 2013

08 julio 2013 (07.07.13) (3) El Pais

08 julio 2013 (07.07.13)

Final de ETA: intento de deshielo

Las delegaciones central y vasca estudiarán las iniciativas de Sortu sobre la política de presos






Tras meses de inmovilismo en la consolidación del final de ETA, en los últimos días se están multiplicando contactos que conducirán, muy probablemente, a un nuevo escenario al final del verano. Esta próxima semana se reunirán en Madrid delegaciones de Interior de los Gobiernos central y vasco para analizar conjuntamente, por vez primera, desde la constitución en diciembre del nuevo Ejecutivo vasco, del PNV, la situación de ETA, de la izquierda abertzale y de los pasos que quedan para consolidar el final del terrorismo.
Tratarán, además, de superar las tensiones suscitadas entre ambas Administraciones a causa, fundamentalmente, de la nula recepción que han tenido en el Gobierno central las propuestas del nuevo Gobierno vasco, sobre todo en política penitenciaria, una pieza fundamental en la consolidación del final del terrorismo, así como los malentendidos suscitados en el Ministerio del Interior, tras la reciente publicación del plan de paz y convivencia del Gobierno vasco.
La delegación vasca, que encabezará el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubialdea, analizará con el secretario de Estado de Interior, Francisco Martínez, las iniciativas que se están gestando en Sortu, el partido de la izquierda abertzale, para el regreso del verano, que el Ejecutivo vasco y el PNV conocen, de primera mano, tras las reuniones que dirigentes de este partido han mantenido, en las últimas semanas, con los de la izquierda abertzale.
El autor de los estatutos de Sortu, el abogado Íñigo Iruin, ha adelantado estos días, públicamente, la necesidad de que el partido de la izquierda abertzale cambie de estrategia ante el inmovilismo del Gobierno central en política penitenciaria. Y sugirió que la salida para los presos de ETA estaba en tener en cuenta las posibilidades que ofrece la ley, estableciendo una nueva hoja de ruta.
Superar este equívoco costará cinco minutos. Lo que alimenta los recelos es la ausencia de diálogo entre ambos Gobiernos sobre la consolidación del final de ETA, un diálogo del que ha huido el ministro, y que la próxima reunión tratará de empezar a llenar.
Esta misma cuestión puso sobre la mesa la delegación de Sortu, encabezada por su portavoz, Hasier Arraiz, en la reunión que esta misma semana mantuvo en San Sebastián con la del PNV, liderada por su presidente, Andoni Ortúzar. Arraiz fue más preciso que Iruin al apuntar que los presos de ETA deberían acogerse a la reinserción individual, tal y como marca la ley penitenciaria, y que debían realizar una declaración conjunta reconociendo el daño causado a las víctimas del terrorismo.
Sortu está trabajando con los presos de ETA para conseguir este objetivo, que trata de redondear con alguna iniciativa de la banda en materia de desarme. Con ello, Sortu asume las recomendaciones de doce puntos que el foro social Lokarri publicó en abril, tras reunirse con expertos internacionales en resolución de conflictos, y se fija como plazo para materializarlo septiembre. Ese mes, la Comisión de Verificación Internacional del cese definitivo de ETA, coordinado por Ram Manikaningam, tiene que decidir si se disuelve o mantiene su actividad para proceder al desarme de la banda.
Si los presos de ETA asumen las recomendaciones de Lokarri, que Sortu ha hecho suyas, se produciría un avance importante en la disolución de la banda, cuya única razón de ser una vez decidida de manera irreversible su cese definitivo, según sus portavoces, es el mantenimiento de sus reclusos.
La resolución del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre la doctrina Parot, previsiblemente en septiembre, también contribuiría a la disolución de ETA si, como consecuencia de dicha resolución, medio centenar de presos de la banda, que han cumplido más de veinte años de condena, conforme con la legislación de 1973, son excarcelados. En todo caso, la resolución del Tribunal de Estrasburgo, aunque ayude, no será determinante en la nueva estrategia de Sortu sobre los presos de ETA, según fuentes nacionalistas.
Este nuevo escenario también afectaría al Gobierno central. Rajoy ganó las elecciones un mes después de que ETA declarase el cese definitivo de la violencia. Pero no ha atendido las reclamaciones del Gobierno vasco, primero del lehendakari Patxi López y ahora de Iñigo Urkullu, de que adaptase la política penitenciaria a la nueva situación (acercamiento selectivo de presos, impulso a las políticas de reinserción, etc.) porque las presiones de la AVT y del núcleo político-mediático que rodean a Aznar y Mayor Oreja han sido más poderosas que las de los Ejecutivos vascos
La coartada del Gobierno de Rajoy para no atender las reclamaciones de los Gobiernos vascos se ha centrado en la ausencia de pasos ulteriores de ETA tras su anuncio de cese definitivo, como el desarme, la asunción de la legalidad penitenciaria y el reconocimiento del daño causado a las víctimas.
Si los presos de ETA dieran esos pasos al regreso del verano, como les reclama Sortu, el Gobierno de Rajoy tendría dificultades para mantener el inmovilismo en política penitenciaria. Todo apunta a que la presión desde el Gobierno vasco y la mayoría de los partidos —PNV y PSE, además de Sortu— aumentaría.
Durante las últimas semanas se van trenzando compromisos, en este sentido. Tiene especial relevancia el acercamiento entre el PNV y Sortu, que han iniciado el deshielo, tras el bloqueo de sus relaciones en 1999, una vez roto el pacto de Lizarra de aquel año. La consolidación del final de ETA es la base de ese acercamiento.
También hay sintonía entre el PNV y el PSE en esta materia. Patxi López y Urkullu trataron desde Ajuria Enea, sin éxito hasta el momento, que ETA consolidara su final y que el Gobierno central contribuyera al mismo con la flexibilización de la política penitenciaria. Al regreso del verano puede ser la vencida. El PP vasco tampoco permanece ajeno a estos movimientos y es receptivo a ellos dentro de su exigencia a Sortu con la que no se reunirá hasta que reconozca el daño causado por su complicidad de ETA en el pasado.
Si se materializan estos movimientos de Sortu en los presos de ETA, se allanará, también, el paso en la ponencia de paz y convivencia, que trata de agrupar a los cuatro grandes partidos vascos para materializar una actuación común en el final de ETA.
A su vez, el Gobierno de Rajoy se mantiene a la expectativa de los movimientos que hagan los presos de ETA y adelanta que sus respuestas se enmarcarán “dentro de la ley” en función de los “compromisos que estén dispuestos a asumir”.









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