jueves, 30 de octubre de 2014

30 octubre 2014 El Mundo del Siglo XXI (opinión)

30 octubre 2014


La “violencia de Estado”, en la ESO vasca

Euskadi obligará a estudiar sus agresiones “indiscriminadas y gratuitas” junto a las de ETA




El Gobierno vasco ha incorporado en su desarrollo legal de la Lomce un bloque que obligará a los alumnos vascos de 4º de Secundaria (15-16 años) a estudiar “la violencia política: terrorismo y violencia de Estado”, según figura en el borrador del decreto de educación básica al que ha tenido acceso El Mundo.

Este punto forma parte de la asignatura Valores Éticos, la nueva alternativa a Religión en la ESO y el relevo de Educación para la Ciudadanía, una materia que en Euskadi –tras el paso del Gobierno socialista apoyado por el PP– obligaba a “deslegitimar el terrorismo”. Eso desaparece, y a las víctimas del terrorismo se les suman las de abusos policiales. El estudiante deberá “solidarizarse y empalizar” con “las víctimas del terrorismo de bandas de diferentes signos en el Estado español (ETA, GAL, Batallón Vasco Español, grupos extremistas yihadistas, Al Qaeda…)”, “e igualmente con víctimas de abusos del Estado (torturas, violencia indiscriminada y gratuita…)”. Para ello recopilarán información sobre ellas, conocerán sus testimonios y reflexionarán sobre cómo resarcirlas. 

Tanto en esta área como en su equivalente en Primaria apenas se nombra la Constitución, y menos los símbolos nacionales, como fuente de valores cívicos –aquí abundan las referencias autonómicas y universales–. Sí aparece como objeto de estudio en Historia; también en Ciencias Sociales: “Identifica, respeta y valora los principios democráticos más importantes establecidos en la Constitución y explica la importancia que la Constitución tiene para el funcionamiento del Estado español”.

El equipo de la consejera Cristina Uriarte remitió ayer esta documentación a partidos y agentes educativos para recabar su opinión antes de aprobar el decreto. Uriarte lo sitúa dentro de su proyecto de currículum vasco o Heziberri 2020, que al principio definió como un muro que protegería a la escuela vasca de la “recentralizadora” ley Wert. No obstante, el Gobierno nacionalista de Iñigo Urkullu ha optado por la legalidad y aparentemente incorporará a la normativa autonómica los cambios clave de la Lomce como las reválidas. Con algunas salvedades y matices.

Una de las cuestiones políticamente más delicadas en las sucesivas redacciones de los currículos vascos ha sido qué Euskadi enseñar en las aulas, con o sin Navarra y el País Vasco francés. El último Gobierno de Juan José Ibarretxe, con Educación en manos de EA –hoy en EH Bildu–, elaboró unos decretos tumbados por los tribunales porque abusaban del término “Euskal Herria” más allá de su significado lingüístico y cultural –como tierra del euskera–, vulnerando la realidad institucional de Navarra. Por ejemplo, obligaba a enseñar las enfermedades más comunes “en Euskal Herria”. El Gobierno de Patxi López eliminó todas esas referencias y se ciñó al marco jurídico-administrativo de Euskadi. Ahora el PNV, que pretende ofrecer este currículum a los colegios navarros, quiere evitarse problemas con la Justicia y presenta una redacción cuidada.

Así, “Euskal Herria” sólo aparece citada en contextos culturales –las costumbres “presentes en Euskal Herria y en España”–. En áreas como Geografía, Historia o Economía, se estudian las características de un “País Vasco” que no se define, y por otro lado de “España”, el “Estado español” o la “Península Ibérica”. En un par de casos ese “País Vasco” parece exceder a la comunidad autónoma: el alumno debe “conocer la organización territorial del País Vasco, dentro de la organización político-administrativa de los estados español y francés”; el profesor explicará “los territorios vascos como ente dinámico en construcción”. También enseñará los “requisitos” de la democracia, entre ellos el “respeto de los derechos individuales y colectivos”. Sólo hay unas pocas alusiones explícitas a Navarra, cuyo Gobierno (UPN) ha advertido al vasco de que estará vigilante. En Historia se estudiará “el reino de Navarra y los territorios vascos al sur y al norte de los Pirineos”.

Opinión:

Solo un detalle que considero positivo, aunque habrá quien no lo quiera ver. Si el Gobierno vasco llama “terrorismo” a lo que ha sido “terrorismo”, ya es un avance. Lo digo porque estoy bastante cansado de oír los eufemismos “violencia” o “conflicto”… algo hemos ganado.

Pero siempre quedará la libertad de poder explicar a quien quiera escuchar, la realidad del terrorismo sin caer en la tentación de mezclarlo con ideologías políticas concretas. Si hay sentencias que aclaran y definen los hechos considerados como terroristas o como violencia por parte del Estado, solo es necesario ajustarse a las mismas. Todo lo demás solo sirve para enmarañar un tema que ya de por si es suficientemente complicado.

Digo esto porque parece que se olvida la labor que cuatro víctimas realizábamos acudiendo a todos los debates en la década de los 90, cuando la banda terrorista ETA seguía cometiendo atentados. Y ofrecíamos nuestra opinión con descaro y valentía mientras tanta gente miraba a otro lado. ¿Tanto costaría repetir, ahora que ETA ya no atenta, la misma experiencia? Pero claro, ahora es mucho más cómodo… y nada peligroso. Y digo cuatro víctimas porque no había ninguna de las que ahora tanto hablan de lo que tanto desconocen.


Dentro de unos días tendré la oportunidad de hablar sobre todo ello en una conferencia en Barcelona… ¿quizás algún representante del Gobierno vasco querrá venir y sacar sus propias conclusiones?

29 octubre 2014 El Periódico de Catalunya (opinión)

29 octubre 2014


Libres e Iguales llama a manifestarse el 8-N contra la consulta



La asociación contraria a la independencia, de la que forman parte Mario Vargas Llosa, Albert Boadella, Alfredo Suarez Illana, Cayetana Alvarez de Toledo, Jose Luis Garci, Federico Jiménez Lozanitos y Carlos Herrera, entre otros, pidió ayer que los españoles se manifiesten en “lugares emblemáticos” de sus municipios la víspera del 9-N para mostrar su rechazo a la independencia. Las concentraciones están convocadas para las doce del mediodía y llevarán por lema “Sí me importa en 9-N”.

Opinión:


Solo por saberlo… la Presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Señora Angeles Pedraza, ¿todavía es miembro firmante en la asociación supracitada? ¿o se ha dado cuenta de que no debe entrarse en el terreno político y menos sin consultar previamente la opinión al resto de afiliados? ¿Ha hablado ya con Marga, Jesús, Rosa María o Teo?

26 octubre 2014 El Periódico de Catalunya (opinión)

26 octubre 2014



La mirada cómplice

Ciudadanos vascos ven con simpatía el proceso soberanista catalán y apuestan por seguir algún día sus pasos




A muy pocos metros de donde tiene lugar la conversación con tres ciudadanos vascos, en un céntrico y centenario café bilbaíno, durante muchos lustros se han sucedido multitudinarias manifestaciones bajo todo tipo de lemas, pero en donde había un grito siempre unánime en las marchas; "Independentzia". Eran los tiempos en los que Herri Batasuna situaba a cinco diputados en las Cortes de Madrid mientras que ERC se bandeaba con un único representante, a pesar de que Catalunya envía a la carrera de San Jerónimo el triple de diputados que Euskadi.

Pero a fecha de hoy, es Catalunya la que ha dado casi todos los pasos para una hipotética independencia mientras Euskadi aparece casi escondida, tratando de recuperarse del enorme socavón social y moral que ha supuesto la violencia terrorista de décadas.

Por ello, entramos de lleno en esa aparente contradicción, en el monotema. Para el donostiarra Fermín Aramendia, emprendedor y aventurero de 42 años, está muy claro: "La violencia ha entorpecido que aquí pudiéramos seguir el mismo proceso. En Catalunya apareció Terra Lliure, lo cortaron de raíz y ahora están donde están y nosotros estamos donde estamos".

En estado de “shock”

Una opinión compartida en parte por el bilbaíno Aitor López, radiestesista de 39 años: "Nosotros venimos de un 'shock', de una situación traumática, y ahora estamos en ese momento de tejer sociedad, de establecer parámetros. Aunque sí creo que ya se están dando pasos, más de estrategia, de inteligencia entre la clase política que de expresión popular. Pero lo que está ocurriendo en Catalunya llegará aquí. No es el momento, pero cuando sea, aquí se montará la de San Quintín".
Arantza Jiménez, emprendedora y 'coaching' de 47 años, tampoco duda de que llegará el momento en que "los ciudadanos vascos tendrán que ser preguntados sobre cuál quieren que sea su relación con el Estado". Pero coincide con sus dos compañeros: "Aún no es ese momento, ahora es más el momento de las estrategias".
Al margen de discursos oficiales, el deseo del pueblo catalán de decidir su futuro encuentra en la ciudadanía de Euskadi un terreno abonado, un apoyo inmensamente mayoritario. López considera que el enfrentamiento que se está dando es "un choque entre legalidad y legitimidad. Pero también es un choque entre una mentalidad dinámica, abierta y mediterránea contra otra más cerrada, que es la que se da mayoritariamente en la meseta. No se puede estar todo el rato haciendo llamamientos a favor de la legalidad cuando la voluntad de los catalanes es tan clara, visible y evidente".
Aramendia, quien ha cruzado dos veces el Atlántico en velero y en solitario, va un poco más allá al afirmar que "la percepción internacional sobre este tema es obvia en favor del derecho a decidir de los catalanes". "Es curioso -añade- cómo la gente de sitios muy diversos reconoce a los pueblos y luego el Estado que aglutina a esos pueblos es quien precisamente no los reconoce".

Como no podía ser de otra manera, Jiménez saca a colación el reciente referéndum escocés como ejemplo. "Me llama mucho la atención -apunta- la manía que tiene siempre España de complicar las cosas, de hacerlo todo muy complicado con lo sencillo que es dejar que la gente se exprese libremente. Me dan mucha envidia los escoceses".

Legitimidades enfrentadas, legalidades diáfanas, ámbitos de decisión... llevan la charla a términos que rayan lo metafísico. Aramendia apuesta por un cambio de prisma en el enfrentamiento porque "están dos extremos tratando de que les den la razón, cuando lo que de verdad quieren los catalanes no es tener la razón, sino que les den una solución. Los catalanes llevan un ritmo distinto al que lleva España y lo que quieren es una solución. Quizá haya que cambiar las preguntas para obtener otras respuestas".

Mucho portazo

López entiende el arma fundamental que se guarda el Estado en la batalla, que no es otra que la legalidad; "Pero claro, esa legalidad no vale para todo y más cuando hablamos de un pueblo, como el catalán, que es de tradición pactista, siempre lo ha sido. Pero el Estado en los últimos años no ha sabido adaptarse a esto y ante tanto portazo, han decidido tirar para adelante".

"Yo entiendo -continúa- que el Estado utilice el argumento de que en una hipotética consulta deben votar todos los españoles, pero ¿un vasco o un murciano debemos votar el futuro de Catalunya? Creo que rotundamente no. La legalidad no puede estar nunca por encima de la legitimidad de los pueblos".

Jiménez lamenta que "en todo el proceso se está dando mucho más importancia a lo que separa, en vez de a lo que une, cuando todo debería haber sido mucho más sencillo. Es cierto que, al final, las dos posturas se enroscan en sus argumentos, pero la pregunta es ¿de qué tiene miedo Madrid?".

Ninguno de los tres votó la Constitución del 78, «una Constitución nacionalista por definición porque niega la capacidad de las naciones que constituyen el Estado para decidir su futuro», apunta López, pero lo tres coinciden en que ha quedado obsoleta y "fuera de la realidad", según Aramendia.

Lo que tienen claro es que, pase lo que pase, a sus amigos catalanes nos los tratarán como españoles si no logran la independencia ni como extranjeros si la logran. "Seguiremos como hasta ahora, tratándoles como catalanes", concluye Aramendia con una sonrisa.

Opinión:

Es agradable leer la serie de reportajes que El Periódico de Catalunya ha iniciado viajando por España para recabar la opinión de ciudadanos que residen fuera de Catalunya en lo relacionado con la consulta del 9 de noviembre. Como es evidente, no voy a entrar en el  tema político de la cuestión pero creo muy oportuno revisar este reportaje realizado con tres ciudadanos vascos, especialmente porque se desliza una frase que considero muy clarificadora de la situación en la que han vivido much@s vasc@s durante las últimas décadas.

La frase en cuestión es: "La violencia ha entorpecido que aquí pudiéramos seguir el mismo proceso. En Catalunya apareció Terra Lliure, lo cortaron de raíz y ahora están donde están y nosotros estamos donde estamos".

Pues si, efectivamente, en Catalunya apareció Terra Lliure pero el apoyo social fue tan mínimo que, gracias al seny catalán, “solo” sufrimos el asesinato de Emilia Aldomá Sans y cerca de cuarenta heridos de diversa gravedad. Y es cierto, ahí estamos…. Incluso miembros de la banda terrorista Terra Lliure, mientras eran juzgados en la Audiencia Nacional, exigieron a sus “colegas” de ETA que se marcharan de Catalunya tras la masacre en “Hipercor”. Pero eso a ETA no le importó lo mas mínimo y siguieron asesinando en Catalunya. Y much@s vasc@s seguían "sin enterarse"...

Incomprensiblemente, en proporción a la población vasca, fueron muy poc@s vasc@s los que se manifestaron tras lo ocurrido aquel maldito viernes 19 de junio de 1987.


Es cierto, muy cierto… Fermín , Aitor y Arantza… habéis perdido décadas de entendimiento porque muchos miraban a otro lado mientras la banda asesina ETA mataba dentro y fuera de la llamada Euskal Herria. Ahora toca pedir lo que se quiera desde el poder de la palabra y no de las armas.

lunes, 27 de octubre de 2014

25 octubre 2014 (2) Agraiment a Carme, Agustí i Gisela

25 octubre 2014

Aunque el objetivo de las mas de 2.400 noticias colgadas en este blog es presentar un resumen de prensa sobre noticias relacionadas con terrorismo ofreciendo mi opinión en muchas de ellas, también debe ser un lugar de agradecimiento y recuerdo a las personas que se han destacado por su colaboración con el colectivo de victimas.

Por esta razón explico el placer que mi esposa y yo tuvimos hace unos días al encontrarnos casualmente con Carme. Ella, junto a Agusti i Gisela, fueron los primeros en colaborar conmigo cuando presente la delegación en Cataluña de la antigua AVT y hasta hace unos años continuaron con la labor de amenizar las fiestas infantiles organizadas desde 1991. Los Payasos Pipo's., a los que conocí un 19 de enero de 1991 y siempre podré decir, con el orgullo que me da ser su amigo, que colaboraron en todo cuanto se les pidió.

Por cierto, como dato anecdótico y para ir descubriendo las mentiras que ciertos impresentables han ido vomitando por ahí...queda meridianamente claro que mi marcha de la asociación catalana no fue por estar tramitando el divorcio con Esperanza. Las razones fueron otras. Los que utilizan mentiras y levantan falsas acusaciones usando el nombre de otros para tapar sus desmanes y carencias jamás llegaran a la suela del zapato de Esperanza ni en experiencia ni en honradez ni en nada de lo que tanto presumen y tanto carecen.



Carme y Esperanza, dos mujeres 10, por dignidad y por paciencia

25 octubre 2014 El Pais (opinión)

25 octubre 2014



Alfredo Tamayo Ayestarán, el teólogo de las víctimas de ETA
Pasó de combatir a la dictadura franquista al compromiso antiterrorista





Todos los años, desde hace tres décadas, el teólogo y sacerdote jesuita Alfredo Tamayo Ayesterán venía a Madrid para participar en el congreso de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Era uno de sus directivos y, como los colegas más veteranos y famosos —Casiano Floristán, José María Díez-Alegría, Enrique Miret Magdalena, etcétera—, concitaba el interés de los congresistas más jóvenes. Había construido una obra teológica y filosófica de calado —Nacionalismo, psicoanálisis y humanismo a la luz de Erich Fromm y La muerte en el marxismo: biografía intelectual de Ernst Bloch, entre otros libros—, pero llevaba años empeñado en un combate moral y social que le obligaba a estar muchas veces de actualidad en la batalla política de su tierra, el norte vasco. Ha fallecido este martes a los 90 años en Azpeitia (Gipuzkoa) y la noticia trascendió de la mano del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite). No ha sido casualidad. Simboliza hasta qué punto ha destacado el padre Tamayo en la entrega a las víctimas del terrorismo, con las que mantenía una estrecha relación y a las que dedicó muchos de sus escritos, el último, el libro titulado muy expresivamente Siempre a vuestro lado, con prólogo de Maite Pagazaurtundúa, presidenta de la Fundación Victimas del Terrorismo y diputada del Parlamento Europeo.
“En estos años me he sentido como rara avis en el mundo del clero de Gipuzkoa. De su seno no ha salido ni una sola palabra de arrepentimiento y de petición de perdón a las víctimas del terrorismo nacionalista, por su distanciamiento, por su silencio, por su falta de compasión. A la Iglesia vasca le ha faltado compasión con las víctimas”, declaró hace quince años Alfredo Tamayo, entrevistado por EL PAÍS. Pese a todo, nunca dejó de estar presente en el debate teológico, filosófico o eclesiástico, bien publicando libros, pero sobre todo en la prensa especializada, especialmente en El Ciervo y Razón y Fe, donde a veces también bajaba a los debates de actualidad, por ejemplo, afirmando que “los peores enemigos del Papa están en la Iglesia”.
Tamayo Ayesterán nació en San Sebastián en 1924; estudió en la histórica facultad de Oña (Burgos) y completó su formación filosófica y teológica en las universidades de Madrid, Münster (Alemania) e Innsbruck (Austria). Durante muchos años fue profesor de Historia de la Filosofía y Ética en el campus donostiarra de la Universidad de Deusto. Antes había fundado y dirigido la Escuela de Teología de los EUTG (Estudios Universitarios y Técnicos de Guipúzcoa), siempre con los jesuitas. Había ingresado muy joven en esta congregación, con la que evolucionó hacia el compromiso político y social en los últimos años del franquismo. No puede ser considerado, quizás, un teólogo de la liberación, pero sí un rebelde con causa en favor de la libertad y con el mundo del trabajo. Él mismo contó como pasó del compromiso antifranquista al combate antiterrorista y a la denuncia descarnada de la connivencia de muchos de sus correligionarios con el mundo etarra. Me refiero a la Iglesia católica vasca, también a varios de sus obispos. Reconoció Tamayo en un reciente artículo: “Durante los años del franquismo estuve vinculado con la oposición pacífica al régimen, del lado de los trabajadores y obreros. Incluso mandaban espías a mis homilías. Luego, por una inercia no recomendable, en el inicio de la Transición, pasamos demasiado por alto los crímenes de ETA. Un día entré a la catedral del Buen Pastor y me encontré con un cortejo fúnebre que salía del templo. En él, había una mujer joven y enlutada, que caminaba sostenida por el entonces ministro José Barrionuevo. Estaba totalmente destrozada. Aquello me produjo un gran impacto y fui consciente de un gran pecado de omisión”.
Fue entonces cuando abandonó un poco su obra de pensamiento, para escribir con frecuencia artículos de denuncia, muchos de ellos demoledores. Están en el libro Siempre a vuestro lado, de 2009. En esa batalla le acompañó el también jesuita Antonio Beristain, fallecido en 2009 y alma del Instituto Vasco de Criminología. Su campaña, como auténticos abanderados de la memoria, iba a abrir muchos ojos. A otros les iba a llenar de vergüenza o remordimiento por no haber pedido la Iglesia católica perdón a las víctimas del terrorismo.


Opinión:

Una vez leída la información publicada hoy por ABC reitero mi opinión sobre el uso del artículo LAS y en consecuencia sobre el uso incorrecto que se produce en algunos medios al hablar de LAS víctimas del terrorismo.
Que se escriba un titular diciendo “el teólogo de LAS víctimas de ETA” ofrece al lector la oportunidad de creer que LAS víctimas de ETA conocíamos al jesuita vasco Alfredo Ayestarán. No pondré en duda jamás la honorabilidad, la valentía y el buen hacer del que hablan los que le conocieron pero, con toda sinceridad, yo jamás le conocí ni hablé una sola palabra con el señor Ayestarán, motivo por el que para mi, por muy buena persona que fuera (y reitero que no pongo en duda su fortaleza) no representa ningún tipo de abanderado moral. Podrá serlo para las víctimas que tuvieron el placer de conocerle y ellas deberán ser las que opinen al respecto pero, evidentemente, LAS víctimas no le conocimos como para estar o no de acuerdo con ese titular.
Este titular me recuerda a otros del tipo “LAS víctimas se manifiestan contra...” o “LAS víctimas acusan a...” cuando, siendo rigurosos, LAS víctimas jamás hemos sido consultadas a sobre esos temas, como mucho lo habrán sido algunas cercanas a las juntas directivas de ciertas asociaciones.
Sinceramente, me provoca dolor la muerte de alguien de quien, sin concerle, solo escucho parabienes pero no puedo aceptarlo como un “referente moral” para mi porque jamás había oído hablar de el... aunque también se distinguir la diferencia entre el señor Ayestarán y aquel famoso obispo, hoy por suerte ya retirado, llamado Setién.
Por cierto, si desplegó el sacerdocio durante 59 años significa que el 19 de junio de 1987 ya era sacerdote al ocurrir el atentado de Hipercor. Pero no recuerdo haber recibido una sola palabra de ánimo o de consuelo por parte del señor Ayestarán.
Bueno, ni por parte de el ni de ninguno como el... sea dicho con el máximo respeto. Debe ser que, como el viernes 24 decía la eurodiputada de UpyD Maite Pagazaurtundua en una televisión, ETA ha causado mucho dolor en el País Vasco... ¿y a los de fuera... que nos den...?
Pues debe ser eso.

Recuerdo que el diario ABC publicaba el día 24 los siguientes titulares:

Una vida al servicio de la verdad y la justicia de los más desprotegidos

Mas de lo mismo. Sirva la opinión supracitada también para este titular. No había pensado oportuno entrar en el tema pero viendo que no solo ABC (por lo obvio del suceso) sino también El País ha cometido el mismo error, he decidido presentar mi opinión. La cual es compartida por muchas otras víctimas con las que he hablado este fin de semana al respecto, especialmente al recordar que cuando la antigua AVT tuvo la valentía de enfrentarse al entonces Obispo Setién, nadie, absolutamente nadie del clero vasco se dignó contactar con nosotros para darnos consuelo, cobijo, esperanzas o lo que hubieran creído oportuno ofrecer. Na-die.

Repito: No pondré en duda jamás la honorabilidad, la valentía y el buen hacer del que hablan los que le conocieron pero, con toda sinceridad, yo jamás le conocí ni hablé una sola palabra con el señor Ayestarán, motivo por el que para mi, por muy buena persona que fuera (y reitero que no pongo en duda su fortaleza) no representa ningún tipo de abanderado moral. Para mi, mis abanderados morales son todas aquellas víctimas que jamás han utilizado su dolor y su triste experiencia para vivir del dolor, ni del propio ni del ajeno… aquellas víctimas que han sido ejemplo de dignidad y de paciencia, independientemente de cual fuera su creencia religiosa, suponiendo que la tuvieran

miércoles, 22 de octubre de 2014

22 octubre 2014 El Mundo del Siglo XXI (opinión)

22 octubre 2014


De pensiones, sanidad española, croquetas, amor y dura banalidad






Buscamos a una veintena de etarras, la mayor parte de ellos beneficiados por la anulación de la doctrina Parot, para tratar de averiguar cómo ven los tres años de «cese definitivo de la violencia». Queríamos saber de qué vivían, cómo, si les seguía pareciendo que estaba justificado haber matado a tanta gente, si creían haber conseguido algo y si les parecía bien la actual estrategia de la izquierda abertzale.

El resultado fue distinto al esperado y desigual. Pudimos hablar con algunos de ellos y, en su ausencia o ante su palmaria resistencia a realizar declaraciones, intentamos llegar a algún tipo de conclusión preguntando a sus familiares y a sus amigos hasta configurar un puzzle, incompleto pero muy indicativo. Los etarras fuera de prisión, aunque fueran recibidos con cohetes, viven sin épica, si bien cuentan con un entorno que no les reprocha nada, sino que les respalda, y con unos representantes políticos que solapan otras carencias intentando reescribir la historia a su favor.

Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi-al menos seis asesinatos y un secuestro-, abre personalmente la puerta de su casa en Rentería. Es un bajo oscuro en un grupo de edificios antiguo, muy humilde y húmedo. Está en vaqueros y camiseta, enjuto y en buena forma. La pancarta que le recibió a la llegada -desde sus 29 años de prisión a este feudo de Bildu- no fue tributo suficiente -del mismo modo que no se lo pareció a Inés del Río- para asistir a lo que los más radicales consideran las componendas de Durango, esa foto de los excarcelados ideada a principios de año por la izquierda abertzale. Al fin y al cabo, él, absolutamente fuera de la realidad, nunca estuvo de acuerdo con cómo ETA dio el cerrojazo, y acabó siendo sustituido como portavoz de los presos por ortodoxo. Esa tarde, declina tajantemente la oferta de hablar justo cuando una señora muy mayor, que parece un poco sorda, se acerca a duras penas a la salida y, a todas luces cansada, pregunta varias veces quiénes somos. Txikierdi contesta a su madre, en cuya casa vive, mientras cierra la puerta.

Otro asesino, Iñigo Akaiturri, pasa las horas de esa tarde en un conocido bar de Amorebieta, charlando plácidamente con una de sus amigas. Ha pedido al Estado que le pague el subsidio del paro, pero le ha sido denegado porque no ha repudiado a la banda. Por ahora vive con su madre -y a veces se queda en casa de su novia-, en la misma calle en la que vivía Jon Idígoras, el que fuera portavoz de Herri Batasuna, y en la misma calle en que la esposa de José María Sagarduy, Gatza, administra el colmado en el que él también trabaja tras el mostrador de la charcutería, entre golosinas y productos de limpieza.

Sagarduy asesinó a dos personas y es su mujer la que pone una primera barrera de protección negando que ella sea ella y que él sea él. Es una situación un poco incómoda, pero lo cierto es que ha sido un amigo suyo muy cercano quien nos ha dicho que el ex preso suele estar allí. En su día, la izquierda abertzale quiso convertirle en el Nelson Mandela vasco porque ha sido el etarra que ha pasado más tiempo en prisión -31 años-, en la que entró con 22 años, pero no está muy claro si fueron las órdenes de suspensión de actos de la Audiencia Nacional las que impidieron que se viera convertido en un símbolo en libertad o su propia esposa quien frustró esta iniciativa, harta de que su marido hubiese comprometido toda una vida y pudiera comprometer el resto.

En el ultramarinos de Gatza, no obstante, entran los vecinos con toda naturalidad, sin rechazos, sin cuestionamientos, después de darse un paseo por la céntrica plaza que se llena todas las tardes de la chillona despreocupación de los niños en sus juegos. Finalmente, el etarra sale de su tienda y se acerca. «¿Qué quieres?», pregunta, con la esperanza de que le deje en paz. «Es que todo esto es muy personal», resume; y zanja con esta frase cualquier pregunta que se le pueda plantear y se escabulle por las escaleras de su edificio.

Es la misma situación de comodidad social que rodea a Josu Zabarte, el carnicero de Mondragón, el asesino de 17 personas. Cuando fui a buscarle, Zabarte estaba rodeado de amigos comiendo en la sociedad Ziar-Ola. Le habían regalado una caja de higos un poco pochos que llevó de inmediato a su hermana, la mujer en cuya casa parece que vive.

Para localizarla me pasé toda una mañana llamando a decenas de porteros automáticos para comprobar los datos de los buzones, sin darme cuenta de que ella y su hermano me habían visto desde distintos lugares. «¿Cómo sé yo que no eres una policía?”, me preguntaría desconfiada luego. «Estoy segura de que no vienes para ayudarle», insistiría en otra de la media docena de ocasiones en las que intenté ubicar a Zabarte, refiriéndose a la solicitud de pensión que los jueces le habían denegado.

Ninguno de los terroristas de esta lista reconocerá nunca que tiene algún tipo de ingreso -aparte del que corresponde por ley a los presos que salen a la calle-, porque el Estado adelantó a sus víctimas las indemnizaciones a las que fueron condenados y ese es un dinero que deben y que se verían obligados a pagar si alguien demuestra que lo tienen. Como consecuencia, ninguno reconocería la recepción de alguna cantidad procedente de alguno de los ayuntamientos regentados por Bildu, si es que alguno decidiera hacérselo llegar. Sólo quienes quieren reinsertarse pagan una ínfima parte de su deuda, aunque sea simbólicamente y muy poco a poco.

«Vive de lo que le damos sus amigos», explicaría después uno de los próximos a Zabarte, una especie de sombra, vinculada a Sortu de Mondragón, que siempre le acompaña. «Como ves, todo el mundo le saluda y le quiere», dirá; y es verdad. «Aquí a quien se tenía miedo era a la Guardia Civil, no a ETA», insistirá; y el carnicero de Mondragón comprobará cómo la mesa del bar en la que se sienta más tarde se llena de lugareños que bromean y jalean sus comentarios. Todo eso, después de esperar, insistente, un par de horas en la puerta de la sociedad, en una plaza, al sol, frente al monte en el que hace unos años los etarras enterraron a Ortega Lara y a escasa distancia de la casa en la que su secuestrador, Uribetxeberria Bolinaga, disfruta de la libertad que le procuró hace más de dos años su cáncer terminal. Se me ocurre que no logro recordar el tiempo que hacía el día en el que nos llevaron a la prensa a ver ese agujero. De tan inhumana, inexplicable y horrible que era la situación.

En realidad, el asesinato o el secuestro no fueron las únicas formas de violencia ejercida por ETA y por la izquierda abertzale. La exclusión social del disidente fue, desde siempre, otro modo de asegurarse la cohesión. En los últimos meses, Isidro Garalde Bedialauneta, Mamarru, suele pasarse por la dura y pesquera localidad de Ondarroa para ver a su familia. Se supone que vive en Francia pero, en realidad, cobra una pensión y suele frecuentar el hospital de Galdácano para tratarse de las múltiples dolencias que le aquejan -el corazón, la próstata- y de las que mejora a pasos agigantados .

Mamarru, de familia humilde, fue educado en un seminario y después ya nadie consiguió que se centrase. Desapareció en el país vecino en pos de ETA, donde se casó y donde, como el resto de los etarras en los años 80, recibía la visita frecuente de sus padres. Sin embargo, en el pueblo algunos recuerdan entre risotadas cómo insultaban y hostigaban a su madre porque estaba en contra de los asesinatos y, «por lo tanto, en contra de su hijo».

Entre los etarras que han regresado los hay también que parecen resentirse de un modo más directo de una situación de incertidumbre. La madre de Juan Manuel Piriz, Mungi, involuntariamente daba pistas sobre cuáles pueden ser las expectativas de algunos de ellos. Piriz se pasó 27 años en prisión por asesinar a Mikel Solaun, otro miembro de ETA considerado un traidor porque, en el camino de la reflexión, se negó a instalar una gran bomba en los bajos de un edificio que tenía que haber estallado en el momento de la inauguración.

«Es que dicen lo que hacen estos, pero Franco también mataba. Aunque nada vale la pena si el resultado son 30 años de cárcel», desliza esta mujer menuda pero capaz de concentrar toda su tensión en la cara cuando recuerda los «30 años de cárcel». «En realidad, él no lo hizo, lo hizo un compañero y lo metieron a él en la cárcel», dirá repitiendo lo mismo que otros muchos familiares de miembros de ETA. ¿Y él qué piensa de lo que está ocurriendo ahora? «Ni se me ocurre preguntar», añade, también repitiendo lo mismo que otros muchos familiares de etarras. «Yo no me meto en política».

Mungi ha estado cobrando el paro en los últimos meses porque antes de entrar en prisión estuvo trabajando en La Naval. Una vez se le acabó la prestación, se puso a estudiar el EGA, un curso superior de euskera que permite obtener un puesto de trabajo como profesor o funcionario en la Administración.

¿Y los de Sortu no le buscan trabajo? «Los de Sortu no tienen nada que decir en esto. Con el EGA conseguirá trabajo». Pero, ¿cómo va a conseguirlo con la cantidad de paro que hay? «Puede ser profesor, se lo buscarán». ¿Quién? «El Gobierno». Casualmente, ese mismo día, Jonan Fernández, responsable del área de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, hace pública su intención de poner en marcha un plan por el que se buscará trabajo y casa a los presos de ETA que cumplan con algunos requisitos, para facilitar su reinserción. Quizás, la madre de Piriz estuviera pensando en esos momentos en una oportunidad similar, o quizás sólo se refiriera a una oportunidad de colocación ordinaria. No pude aclararlo porque no me permitió volver a hablar con ella.

No es la primera vez que, al salir las siglas de Sortu o Bildu, los propios etarras o sus familiares marcan distancias. A veces parece subyacer cierto resquemor. Da la impresión de que el que no asume la nueva estrategia puede encontrarse muy apartado dentro de esa misma burbuja; y que el que la asume ha de aceptar cierto grado de frustración.

A esas alturas del trayecto se cuentan por decenas los vecinos, viejos o jóvenes, que ven con comprensión al menos o con indiferencia tener en los aledaños al autor o cómplice de uno o varios asesinatos. «Mi madre le conocía de cuando era joven y ya vivía en este edificio. Ahora ha vuelto y ya está», asegura un chaval de Lasarte acostumbrado a encontrarse en el ascensor con Pedro María Rezabal. Son varios, también, los familiares o los convecinos que se muestran convencidos de que los etarras han perdido años de vida en prisión para nada. Aunque siempre lo digan a sus espaldas y en contra de lo que ellos, en su mayoría, aseguran pensar. También es cierto que, a estas alturas del trayecto, hay incondicionales que no temen deslizar que lo son y que son muchas las negativas acumuladas.

Dos últimas paradas pondrán un punto desconcertante en el viaje. La primera se produce en San Sebastián, donde la búsqueda del palentino Domingo Troitiño, uno de los autores de la masacre de Hipercor, me lleva al intermediario más extravagante jamás imaginado: abre la puerta con absoluta naturalidad ataviado con unos sucintos y reducidos slips color azul verdoso mientras, manchado de harina hasta la cabeza, acaba de dar forma a una croqueta. Estaba, atareado, preparando la comida que poco después iba a disfrutar con su cuadrilla en la sociedad. Pasa en un trabajoso minuto de no conocer de nada a Troitiño -pura cautela hasta saber qué estaba tramando- a llamar para consultarle, a través de su hijo, si quiere concederme una entrevista. Finalmente, Troitiño decide «seguir siendo un ciudadano anónimo que pretende seguir con su vida». «Entiéndelo», me pide reiterada y sentidamente su improvisado y desinhibido portavoz, «entiéndelo».

La última parada distinta se produce en Etxarri Aranatz. Todas las preguntas en la plaza sobre la ubicación de Bautista Barandalla llevan a la herriko taberna donde trabaja su novia, una joven con aspecto abertzale de pura cepa. Ya el primer contacto es verdaderamente chocante: «Mira que son cotillas», me dice de buen humor con un perfecto acento de Jaén, como si se tratase del trasunto femenino del protagonista de Ocho apellidos vascos. ¿Pero, mujer, tú que haces aquí? «A mí es que esto me encanta». ¿Pero tú sabes lo que ha hecho la persona con la que estás? «Es que una no elige de quién se enamora. Lo importante es la persona». ¿Pero tú sabías...? «Sí, le conocí cuando todavía llevaba la pulsera telemática en el tobillo».

Efectivamente, Barandalla salió de prisión antes de cumplir la totalidad de su condena por enfermedad grave y fue entonces cuando conoció a esta joven andaluza aparentemente integrada en un pueblo con un pasado inequívoco.

Etxarri Aranatz es el lugar en el que un comando de ETA mató al que había sido su alcalde, Jesús Ulayar, ante la presencia de su hijo Salvador, de 13 años. Salvador lleva un año presentando por toda España el libro -por su cuenta, sin ayuda, editado por un amigo porque tras el fin de los atentados ninguna editorial lo encontró comercial y ninguna institución interesante- en el que explica cómo las manifestaciones a favor de la banda frente a la casa eran procesiones encabezadas por la parte abertzale de la familia. Y cómo, cuando los asesinos salieron de prisión, incrementaron el reconocimiento de su entorno pateando al hijo mayor de la víctima.

En cualquier caso, el hombre que pocos minutos después de nuestra entrada en la herriko se presenta con la mejor de las disposiciones no parece haber dado marcha atrás ni un centímetro. Barandalla fue condenado por matar a una mujer, madre de seis hijos, con la bomba que había colocado con otro objetivo. Al salir de prisión, solicitó al Estado -al que llama «exterminador»- una pensión vitalicia por incapacidad permanente. Esto no es óbice para que de vez en cuando se le vea correr por el monte o desplegar una actividad frenética que incluye enseñar a los jóvenes de la localidad, como en una fiesta campestre, a fabricar la miel tal como le instruyeron en prisión.

Eso era lo que iba a fotografiar Carlos cuando el maestro preguntó el medio en el que trabajábamos. A partir de ese momento cualquier duda sobre la suculenta miel de brezo fue despejada con la precisión de un experimentado artesano; sobre el resto, ni pensarlo. Y así quedó la historia. Allí quedaron los protagonistas, divertidos mientras se envolvían en sus trajes de apicultor, digna y bucólica imagen de uno de esos documentales que las diferentes administraciones gobernadas por la izquierda abertzale están impulsando y pagando desde hace meses para consumo interno y propaganda exterior en los que los etarras son cualquier cosa menos asesinos. Allí quedaron entre el mareo de las abejas y la extraordinaria luz al relente del atardecer.

En ese universo de tan durísima banalidad.

Opinión:

Esta misma mañana de miércoles he disfrutado de una larguísima conversación con una víctima residente en el País Vasco y hemos coincidido (no podia ser de otra manera) que la situación que podemos vivir las víctimas que residimos en otros lugares no tiene ni punto de comparación con la que viven los que siguen residiendo allí.
Del mismo modo, también es evidente que tener que convivir en las cercanías de donde residen los terroristas una vez salen de prisión debe ser una condena añadida para las víctimas.
Pero, por otro lado, podemos pensar que estos asesinos ya no volverán a celebrar otros asesinatos de sus propios colegas terroristas. Tras todo el dolor que han causado y que habrá que ir explicando allí donde nos dejen, pero con la banda terrorista ETA vencida.
O eso es lo que explica el ministro de Interior....

martes, 21 de octubre de 2014

21 octubre 2014 (4) Las Provincias

21 octubre 2014


Fernández Díaz dice que el Estado «no está en tregua» mientras ETA no se disuelva

El ministro del Interior ha firmado el protocolo de intenciones para ubicar el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo en Vitoria, justo el día en el que se cumplen tres años del cese de la actividad armada de la banda





El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha dicho, al cumplirse el tercer aniversario del cese definitivo de la actividad armada de ETA, que el Estado de Derecho "no está en tregua" mientras la banda terrorista no se disuelva, aunque ha asegurado que es el fin de la violencia es "irreversible".

El ministro ha firmado en el Ayuntamiento de Vitoria con el alcalde de la ciudad, Javier Maroto, el protocolo de intenciones para ubicar el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo en la capital alavesa, justo el día en el que se cumplen tres años del cese de ETA.

En rueda de prensa, Fernández Díaz ha dicho que "no tiene ningún sentido" que ETA pretenda seguir existiendo dado que no va a utilizar la "vía del terror" para imponer su proyecto "totalitario y excluyente", pero ha avisado de que el Gobierno no va a consentir que la banda terrorista pretenda "perpetuarse" como un actor político.

El ministro ha avanzado que el futuro centro memorial servirá para respetar la memoria de las víctimas del terrorismo, salvaguardar su dignidad y hacerles justicia, así como para establecer el relato de la "verdad histórica" de lo sucedido. Según ha señalado, es "muy necesario" que las futuras generaciones conozcan la verdad de lo sucedido porque en caso contrario, ha dicho, "psicópatas, terroristas" o quienes hayan aplaudido las acciones de ETA o hayan mirado hacia otro lado querrán imponer su relato.

El ministro precisamente ha puesto el ejemplo del que ha llamado "psicópata", el etarra Josu Zabarte, el 'carnicero de Mondragón', quien en una entrevista que publica 'El Mundo', asegura: "Yo no he asesinado a nadie, yo he ejecutado. No me arrepiento". "Estoy seguro que las víctimas", ha lamentado, habrán sentido lo que cualquier persona "normal" haya sentido cuando hayan leído la entrevista de "ese psicópata" que hace "apología del terrorismo".

Centro de la Memoria

Ha incidido en que mientras ETA no se disuelva es una organización terrorista "viva" contra la que el Estado actuará como lo está haciendo desde el inicio de la legislatura.

Lo que está esperando ETA, ha dicho, es una negociación con el Gobierno para su desmantelamiento, entrega de armas, sellado de zulos. Pero Fernández Díaz ha recordado que ya lo intentaron sin éxito en Noruega, país del que interlocutores de ETA fueron expulsados en febrero de 2013, cuando se "cansaron de esperar", lo que puso de manifiesto que el Gobierno ni ha negociado ni piensa negociar con la banda terrorista.

Sobre el Centro de la Memoria, el ministro ha confiado en que sirva para instalar en las conciencias de los ciudadanos el firme compromiso de que algo así jamás se vuelva a producir y ha señalado que sus directrices se diseñarán en un clima de colaboración con el Gobierno Vasco.

El centro se ubicará en el edificio de la antigua sede del Banco de España propiedad del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, en desuso desde hace más de una década, que ha sido visitado por el ministro y el alcalde tras la firma del protocolo. El ministro ha adelantado que el objetivo es que el centro comience a funcionar en 2015, aunque en un local provisional, hasta que concluyan las obras de la sede.

Concentración de familiares de presos

Mientras se producía la firma, miembros de la asociación de familiares de presos de ETA Etxerat se han concentrado frente a la sede del Ayuntamiento para protestar por la política de dispersión de sus allegados en las cárceles.


La comisión de expertos creada por el Gobierno a principios de este mes para diseñar y definir las tareas de este centro está integrada por catorce miembros. El Centro Nacional para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo cuenta en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2015 con casi cuatro millones de euros, de los que 1.153.000 euros van destinados a la creación y funcionamiento de este organismo y casi tres millones de euros para la rehabilitación del edificio.

21 octubre 2014 (3) El Mundo del Siglo XXI (opinión)

21 octubre 2014


La orden de detención de Nagore Mujika llevaba 20 años hibernando
El juez Ismael Moreno envía a prisión a la terrorista por un atentado con bomba lapa en 1990
Mujika llevaba en busca y captura desde 1994 por estos hechos





El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha enviado a prisión a la histórica miembro de ETA Nagore Mujika, por su supuesta participación en un atentado con bomba en 1990 en el que el agente del Cuerpo Nacional de Policía Juan Domínguez Cruz perdió las piernas y sufrió lesiones graves en los brazos. Mujika, que fue detenida el pasado sábado en la prisión de Alicante, donde visitaba a su pareja Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, estaba en busca y captura por estos hechos desde 1995. Pese a haber estado en prisión desde mayo de 1996, cuando fue detenida en Francia, hasta al menos 2008, la orden de arresto por este atentado permaneció aparentemente transpapelada y no llegó a ejecutarse hasta pocas semanas antes de la prescripción del delito.
El juez Moreno imputa a Mujika pertenecer al comando Txalaparta que el 6 de julio de 1990 puso una bomba lapa bajo el vehículo del agente en la calle Astarloa de Barakaldo (Bizkaia). En la resolución por la que el magistrado envía a prisión a la etarra –que ahora tiene 43 años y que estuvo encarcelada entre 1996 y 2008- se le imputan los delitos de atentado terrorista y estragos.
Por este sumario judicial, que hubiera prescrito el próximo 29 de noviembre al cumplirse 20 años del auto de procesamiento, fue condenada a 25 años de prisión en 2002 la etarra arrepentida Carmen Gisasola, en cuyo domicilio fue hallada una nota manuscrita, que le fue atribuida a ella por los peritos grafólogos, con información precisa sobre los movimientos de la víctima. Además, fueron absueltos por falta de pruebas los supuestos etarras José Ramón Martínez García y Óscar Abad Palacios, según fuentes jurídicas.
La investigación por el atentado de Barakaldo se abrió en 1992 y el 29 de noviembre de 1994 se dictó auto de procesamiento y orden de prisión contra Nagore Mujika. El 9 de enero de 1995, como la terrorista no había sido aún detenida, se dictó otra resolución en la que se la declaraba en rebeldía. En mayo de 1996, Mujika fue arrestada en Francia. Sin embargo, la orden de detención por este atentado no se ejecutó por razones que se están investigando.
El juez Moreno preguntó el pasado 8 de octubre a la Fiscalía de la Audiencia Nacional si debía dejar sin efecto la orden de búsqueda. El ministerio público, ante la gravedad de los hechos y teniendo en cuenta de que el delito aún no había prescrito –por semanas- pidió que se mantuviera la orden de prisión. La orden de 1994, que había permanecido dormida casi dos décadas, fue reactivada y Mujika fue detenida el pasado sábado.

Opinión:

Ya he escuchado a alguien decir que la detención de Nagore Mujika es un paso atrás en la lucha antiterrorista y que los etarras tendrán una excusa para tomar represalias. Me duele decir esto pero me da la impresión de que hay quien está deseando que algún terrorista cometa una nueva estupidez.
Al estúpido que me ha dicho esto le he contestado, con muy buenas maneras que, primero, a ETA nunca le ha hecho falta tener “excusas” para destrozarnos la vida. Segundo, que quien comete un delito debe sufrir las consecuencias, sea detenido al día siguiente o a los 20 años. Tercero y creo que lo mas personal, que conocí al policía mencionado hace ya 22 años. Tuve su expediente en mis manos durante mi época de delegado en Catalunya de la antigua AVT. Y créanme si les digo que, hablando de heridos por atentado terrorista, es una de las experiencias mas dolorosas que me tocó vivir. Y la viví junto a mi amigo y víctima también Alvaro Cabrerizo, los dos solos, porque en aquellos años no había nadie mas que se preocupara por esos temas. Nadie. Y mucho menos los cantamañanas que han aparecido de unos años a hoy.

Y digo todo esto con mucho conocimiento de causa. Son muchos los atentados que quedan por solucionar perpetrados por muchas y distintas bandas terroristas, desde la extrema derecha a la extrema izquierda.