25
agosto 2014
Presos de ETA se plantean romper la disciplina interna para salir de prisión
“El Gobierno no se va a mover un
centímetro”, admite un reo sobre la política del Gobierno.
Colectivo desactivado: “Ya no es
posible hacer una huelga de hambre indefinida. Quizá ya nunca”, admite un
preso.
Firmeza del Gobierno: “Nuestra
salida será por el cumplimiento de la ley”, reconoce otro reo tras los engaños
de sus abogados.
Presos de ETA, que hasta el momento
se han sometido a la disciplina de los dirigentes, se están planteando el
cumplimiento de la legislación penitenciaria y la búsqueda de salidas
personales, al perder toda la esperanza de obtener beneficios por el mero hecho
de que la banda haya dejado de cometer atentados. “El colectivo está roto a
cachos”, llega a transmitir a sus familiares un recluso etarra, resignado ante
la firmeza del Gobierno.
El denominado “colectivo de presos políticos vascos” (EPPK) lleva ya acumuladas muchas
frustraciones porque las promesas de sus abogados no se cumplen. Tras anunciar
ETA, el 20 de octubre de 2011, el “cese definitivo de su actividad armada”, los
responsables del “frente de prisiones” les transmitieron que el Ejecutivo de
Rajoy se vería forzado a compensar la ausencia de atentados con un cambio en la
política penitenciaria, que comenzaría con el traslado de todos ellos a
cárceles del País Vasco y Navarra.
Enésimo embuste de la trama que
dirigían Arantza Zulueta y Jon Enparantza. Porque desde un primer momento, el
Gobierno comunicó que el cese de la violencia era un paso que iba en la buena
dirección, pero “altamente insuficiente”, ya que la condición irrenunciable
para poner fin a la dispersión pasa por la disolución de ETA, sin condiciones.
Y ha mantenido la promesa de firmeza. Sin una organización terrorista que
controlara a sus presos, dejaría de ser necesaria la dispersión, que hasta el
momento sí se está manifestando como un instrumento válido en la estrategia antiterrorista.
Adiós a los anuncios
El caso es que los presos van
perdiendo toda esperanza, porque ETA se niega a desaparecer por las buenas. Ya
no valen los anuncios de desmantelamientos de estructuras o de sellados de “zulos”.
En este sentido, el
último comunicado en el que la organización terrorista reitera su decisión de
perpetuarse ha caído como un “bombazo” entre sus propios presos.
“En esta legislatura nada. El
Gobierno de Rajoy no se va a mover un centímetro. Pero ni uno solo”, llega a
reconocer un preso etarra, que cumple condena en una cárcel de la costa
mediterránea por su participación en varios atentados con bombas lapa y en un
secuestro. Otro sanguinario pistolero de la banda transmitía recientemente a
personas de su entorno: “Nuestro futuro está claro: nadie se va a casa sin
pagar (cumplir) la condena”.
Los testimonios transmitidos por un
importante número de reclusos etarras a personas de su entorno reflejan que la
firmeza del Ejecutivo de Rajoy y el horizonte de cárcel que tienen ante sí está
haciendo mella en el hasta ahora “férreo” colectivo, según constatan fuentes de
la lucha antiterrorista conocedoras de la situación.
“Nuestra salida será por el cumplimiento de la ley”, confesaba a sus
familiares otro preso, condenado por actos de “kale borroka”. Otro, que cumple más de cien
años de condena por asesinato y otros delitos en una prisión del centro de
España, reconocía las nulas posibilidades de un cambio en la política
penitenciaria de Rajoy, si hasta el momento no se ha dado. “Mientras esté el PP, por lo
menos hasta 2016, nada va a cambiar. Y no porque entonces se muevan ellos, sino
porque a nosotros no nos quedará otra que movernos”.
La fractura que va tomando fuerza
en el colectivo de presos etarras, hasta ahora pétreo, tiene también su impacto
en el orden interno. Así, tras el fracaso estrepitoso de la última “huelga de
hambre” organizada en el ámbito de las cárceles por Arantza Zulueta, los
propios presos etarras ven imposible llevar a cabo campañas reivindicativas de
ese tipo, que tradicionalmente constituían el instrumento de “lucha” más
importante de los etarras en el llamado “frente de makos”. Más imposible si
cabe tras el ingreso en prisión de la siniestra letrada.
“El colectivo está roto a cachos”.
Así de rotundo y fatalista se
expresaba recientemente otro recluso en una comunicación con familiares. Está
condenado por asesinato cuando formaba parte de un “comando legal” de ETA, allá
por los años 90. Y se ha dado cuenta ahora, porque por muchas argucias,
propuestas falsas o farsas, el Gobierno no abandona su firmeza. “Vienen tiempos difíciles para la
unión del EPPK –añadía el reo–. Además, la gente, anímicamente, está muy
tocada, al límite… Un buen ejemplo es que no se ha vuelto a hacer una protesta
de huelga de hambre indefinida. Ya no es posible. Quizá ya nunca”.
Los presos etarras constatan
también, según se pone de manifiesto en sus comunicaciones, que el cese de la
violencia no se ha visto recompensado por la concesión de algunos de los
privilegios que han venido reivindicando: estatus político, mayor tiempo de
visitas… Deben ser tratados como cualquier otro recluso. Así, otro preso etarra
condenado a más de 300 años de prisión por varios asesinatos y, que también ha
estado recluido en el país vecino, se quejaba: “en Francia el tratamiento
dentro de las cárceles es completamente distinto. Los gabachos intentan que el
preso esté bien y con la cabeza ocupada lo máximo posible. El trato es más
personalizado y la gestión está más descentralizada. Y, sobre todo, no hay la
mala hostia que hay aquí. En España, con estos, cumples una venganza: te meto
en la cárcel y ahora empieza tu castigo, mientras que en Francia son más
asépticos: te hemos pillado, vas a la cárcel y cumples lo que te caiga, sin más”.
Opinión:
Es curioso que aparezca ahora esta información cuando un servidor ya la
explicó hace más de dos años, en junio de 2012. Fue uno de los propios
terroristas quien me comentó que “ya no había marcha atrás” en todo el proceso
iniciado tiempo antes. Por ello, esta información de ABC a mi, personalmente,
no me informa de nada sino que simplemente me confirma lo que ya sabía y que ya
hace tiempo mi familia y yo tomamos la decisión acertada.
Como es lógico, la legislación debe cumplirse hasta el final y se está
cumpliendo correctamente… a ver ahora de qué protestarán ciertos representantes
de ciertas asociaciones.
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