05 agosto 2013
Sortu apuesta porque ETA asuma su desarme al margen del Gobierno
Los 'abertzales' confían en que los presos se acojan a la reinserción individual
"¡Si es que no va a haber negociación!"
Sortu ha propuesto a ETA su desarme unilateral y que los presos de la banda renuncien a una amnistía y asuman la legalidad, acogiéndose a las medidas de reinserción individual, pese a la oposición de sus sectores más radicales, según aseguran fuentes de la izquierda abertzale. Según Sortu, los gestos de esta nueva estrategia se empezarán a manifestar entre septiembre y octubre.
Sortu ha sacado la conclusión de que es irrealizable la pretensión de ETA de sentarse con el Gobierno del PP para negociar la paz por sus presos, intentada tras su declaración de cese definitivo del terrorismo el 20 de octubre de 2011. Su referente era el modelo irlandés: un desarme negociado con el Gobierno británico —en España con el Ejecutivo del PP—, con presencia internacional, a cambio de medidas generosas para los reclusos.
Pero en los 19 meses transcurridos desde entonces, las presiones del Gobierno del PP para que Noruega expulsara a la dirección política de ETA instalada en su territorio, así como la pretensión de Interior de detener a Josu Ternera, referente histórico de la banda, dejaron clara la imposibilidad de esa negociación.
Paralelamente, tanto el Gobierno vasco como los partidos de Euskadi insisten en que ETA debe avanzar hacia el desarme y que sus presos deben asumir la legalidad, reclamando la reinserción individual. Lo que no obsta para que PNV y PSE critiquen el inmovilismo del Gobierno del PP en política penitenciaria (ningún acercamiento de presos a cárceles vascas ni mejoras en la situación de los presos arrepentidos), temeroso de abrir nuevos conflictos.
En estas condiciones, Sortu trata de convencer a ETA para que abandone el modelo irlandés y asuma el proceso de desarme sin contar con el Gobierno, pese a las dificultades que genera. Fuentes próximas a la izquierda aberzale resaltan la “dificultad de entregar armas, zulos o pisos, al permanecer ajeno el Gobierno central”.
Una de las posibilidades que baraja la izquierda abertzale es que el Comité de Verificación Internacional del cese definitivo de ETA, que coordina Ram Manikkalingam y agrupa a expertos en resolución de conflictos, asuma el papel de testigo del proceso de desarme. Ayer Lokarri, la organización pacifista vasca que diseñó el escenario para la declaración del cese definitivo de la banda, adelantó que “ETA está dispuesta a tratar su desarme con agentes políticos y sociales vascos”. Coincide que el Comité de Verificación termina en septiembre su papel, con éxito, con lo que podría asumir el rol de supervisor del desarme.
Sortu trata, también, de convencer a los presos de ETA de que abandonen sus pretensiones de amnistía y asuman la reclamación de procesos individuales de reinserción que les permitirían acceder a los beneficios penitenciarios, en línea con las recomendaciones del Foro Social publicadas en mayo tras encuentros de expertos internacionales.
Fuentes de la izquierda abertzale aseguran que “el colectivo de los presos de ETA asumirá las propuestas individuales de reinserción siempre que vayan precedidas de un acuerdo del colectivo en esa dirección”. El debate está abierto entre los presos, y cuenta con la oposición minoritaria de los sectores más radicales, que no asumen ni el desarme ni la reinserción individual.
Este debate no es nuevo. En junio de 2012 el colectivo de presos de ETA rechazó la propuesta de Sortu para la reinserción individual, con el fin de evitar la ruptura en su seno. Un año después, Sortu se muestra optimista. Cree que sus posiciones han ganado peso entre los reclusos. Los partidos vascos mantienen una actitud “prudente” tras los fracasos anteriores. El Gobierno de Iñigo Urkullu adelanta que si ETA propone “un calendario y un plan serio de desarme y de reinserción de sus presos, se comprometerá”.
El cambio estratégico que Sortu cree que dará ETA es independiente de lo que decida el Tribunal de Estrasburgo sobre la doctrina Parot y tampoco se verá alterado por vicisitudes judiciales, como el juicio de las herriko tabernas que en octubre sentará en el banquillo a muchos dirigentes abertzales, o por las detenciones policiales.
Opinión:
Excelente noticia la que publica hoy mi amigo Luis. Y la califico de excelente porque se demuestra que, en el mundo de ETA, la línea política se está imponiendo a la línea militar, los que opinan que deben conseguir sus ideas por medio de la palabra están venciendo a los que consideran que las pistolas deben continuar su execrable labor.
Y ello es importante desde el momento en que Sortu, incluso, entiende que la legislación debe cumplirse y que cada terrorista debe “buscarse la vida” por cuenta propia con lo que el colectivo se irá rompiendo poco a poco.
Luis ya sabe cuando se inició todo este trabajo y que ha sido una labor sorda y callada de diferentes estamentos: ministerios, jueces y miembros de las FCSE, además de algunas (pocas) víctimas, que hemos arriesgado nuestra credibilidad y nuestra experiencia con el único propósito de conseguir lo que siempre hemos soñado: que nadie más sufra lo que nosotros hemos sufrido.
Y a los cuatro o cinco ignorantes de turno que entran en este blog y luego me llaman por teléfono o me envían cartas a mi domicilio para soltar sus gilipolleces habituales, solo les recuerdo que desde junio de 2012 hasta hoy, en estos trece meses, han aparecido diversos sectores del entorno etarra que han reconocido públicamente que su postura debía cambiar: etarras de la Vía Nanclares , portavoces de diversas siglas políticas abertzales y abogados. Mal que les pese a algunos, hemos ganado.
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