miércoles, 24 de octubre de 2012

20 octubre 2012 (5) El Periódico

20 octubre 2012
Primer aniversario en Euskadi en plena jornada de reflexión
Un año sin ETA
La banda terrorista, que ya no tiene capacidad para matar, está a la espera de que el próximo Gobierno vasco impulse el proceso de paz



«ETA ha decidido el cese definitivo de su actividad armada». Con estas 10 palabras, leídas por tres encapuchados a las siete de la tarde de hoy hace justo un año, la organización terrorista ponía fin a 51 años de violencia que solo han servido para asesinar a 857 personas, herir a miles, e infligir una condena de pena y dolor a otros muchos. Doce meses después, ETA sigue viva, aunque lo correcto es decir que sobrevive, moribunda, sin capacidad para volver a matar, y esperando a ver qué pasa mañana en las elecciones vascas y si el resultado rompe, como se espera, el inmovilismo en el que está instalado el proceso de paz.
ETA no va a volver a matar, porque no tiene capacidad ni logística, ni militar para hacerlo. Y por si alguien tiene todavía alguna duda, estos días se ha empezado a conocer el resultado de la encuesta que la banda ha hecho en los últimos meses entre sus militantes, a los que les envió un cuestionario sobre si estaban o no conformes con el comunicado del 20 de octubre del 2011 y en el que les pedía que aportaran ideas sobre lo que se tenía que hacer a partir de ahora. Se sabe que las bases, es decir, los presos, los refugiados en el extranjero y la poca estructura que conservan en Francia y algún que otro país europeo, han dicho que respaldan el cese de la violencia anunciado hace un año. Eso sí, ni quieren disolverse ni van a entregar las armas, y cualquier decisión la supeditan a un diálogo con Francia y España.
Una negociación que ahora mismo parece imposible. Algunos responsables de ETA esperaron unos meses en Oslo a unos interlocutores del Gobierno que nunca acudieron a la cita. «Ni hemos negociado, ni vamos a negociar», insisten en el Ministerio del Interior.
El tiempo juega a favor del Gobierno, aseguran en la Moncloa. Porque la banda ha dejado de estar presente, y su derrota policial y judicial la incapacita para mantener su lucha armada. Tanto es así, que la única instrucción recibida por la Policía y Guardia Civil es detener. Detener todo lo que se encuentren. Aquí están los datos. En el último año, se han arrestado a 29 presuntos miembros de ETA, otros siete vinculados con la kale borroka, y cinco más sobre los que pesaban órdenes de búsqueda y captura para acabar de cumplir una condena, como el detenido ayer, José Ignacio Pérez Aramburu, desvinculado de ETA, pero que tenía pendiente acabar de cumplir una condena de tres años en Francia.
Y luego están los presos. El Gobierno ha intensificado las políticas de dispersión en los últimos meses y, por el momento, ni uno solo se ha apuntado al plan del ministerio que pretendía acercar a cárceles vascas a los que rompieran con la organización. «Ha pasado solo un año. Y en este tema es poco tiempo. Los presos ya se darán cuenta de que ETA les engaña», aseguran en Interior.

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