01 febrero 2013
Destacados miembros del PP han corroborado a EL PAÍS las operaciones económicas que figuran a su nombre en las cuentas secretas de los dos extesoreros del partido Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta (1990-2008). Operaciones que sirvieron para facilitarles préstamos, adelantos, contribuciones para arreglar situaciones inesperadas o incluso para pagar nóminas.
Pío García Escudero, Presidente del Senado. Pío García Escudero es uno de los dirigentes de la cúpula del PP que figura en las citadas anotaciones manuscritas. En uno de esos asientos contables figura como una devolución, en diciembre de 2001, la cantidad de un millón de pesetas a nombre de García Escudero. El presidente de la cámara Alta, que fue durante muchos años presidente del PP de Madrid, coordinador electoral del partido y responsable de campañas electorales de Mariano Rajoy, reconoció ayer a El País, a través de un portavoz oficial, que efectivamente pidió al partido un crédito de cinco millones de las antiguas pesetas en el verano de 2000 tras sufrir un atentado de la banda terrorista ETA que destrozó totalmente su vivienda habitual en Madrid. El atentado se produjo el 8 de agosto de 2000 y arrasó 55 pisos en la zona y una docena de comercios. El atentado se produjo con un coche bomba con 50 kilos de dinamita aparcado muy cerca de la fachada del domicilio del ahora presidente del Senado.
Pío García Escudero, que en aquel momento estaba de viaje de vacaciones por Estados Unidos, volvió a España y comprobó los desperfectos de su casa, que quedó inhabitable. Los cristales se habían incrustado en las paredes como guillotinas. Se reunió con el entonces secretario general del PP, Javier Arenas, y le pidió ayuda económica para rehabilitarla. Necesitaba cambiar por completo la cocina y los muebles de las habitaciones y no tenía en ese momento ese dinero en efectivo. El seguro iba a tardar bastantes meses en ser ejecutado. El PP le dio un crédito de cinco millones de pesetas. García Escudero asegura que devolvió ese dinero en pagos de un millón de pesetas (otro de los pagos figura como 6.000 euros). Y dice también que nunca tuvo ninguna relación para recibir ese préstamo con el entonces tesorero, Luis Bárcenas, que sin embargo sí anotó esa devolución en sus cuentas.
Opinión:
Siempre habrá algún ignorante que pensará que mi opinión tiene motivación política pero quien me conoce bien sabe que eso no es cierto. Y quien me conoce mejor recordará mis opiniones tras el atentado de Vic al enterarme de las repugnantes actividades de un tal Luis Roldán, en aquel tiempo Director General de la Guardia Civil. Aclarado queda.
Ahora, entrando en materia sobre lo publicado en los medios en relación al llamado “Caso Bárcenas” presento mi opinión basada en hechos reales y contrastables que afectan a víctimas del terrorismo que conozco personalmente y por las que llevo trabajando casi 25 años (nótese que no digo a “LAS” víctimas).
Leo y me sume en la perplejidad más absoluta que el Sr. Presidente del Senado recibió en 2000 unos cinco millones de pesetas para rehabilitar su domicilio tras sufrir un atentado de la banda terrorista ETA.
Y digo que me sume en la perplejidad porque tengo realizado un estudio desde hace años en el que se refleja lo siguiente: desde octubre de 1982 a julio de 2009 la banda terrorista ETA ha perpetrado cerca de 130 atentados con coche (o moto) bomba, con lo cual los aleatorios efectos devastadores a nivel humano en la población son innumerables, además de los efectos en lo relacionado con los daños materiales.
Los atentados perpetrados por el sistema mencionado entre 1996 y 2003 (años de Gobierno del Partido Popular) son cuarenta, siendo cinco los coches-bomba desactivados. Nos quedan treinta y cinco.
En ellos son asesinados diez civiles, tres militares, dos ertzaintzas, un policía nacional y un mosso d’esquadra. Resultan heridos casi 200 ciudadanos entre miembros de FCSE y civiles siendo atacados cuarteles, comisarias, hoteles y/o domicilios particulares. Por ello cabe concretar que los daños materiales pudieron ser muy, muy, muy cuantiosos, incluyendo las residencias habituales de muchos de esos ciudadanos.
Algunas víctimas tuvimos el privilegio de participar en la preparación de la Ley de Solidaridad 32/1999 aunque nuestras propuestas no fueron casi escuchadas. Pero esa legislación, aprobada en diciembre de 1999 no ofrecía cobertura a quien sufriera daños materiales a consecuencia de un atentado.
Seguramente es fue la causa por la que el Sr. García Escudero recibió la cantidad de cinco millones de pesetas para rehabilitar su vivienda. Ahora pregunto: ¿todas las otras víctimas de daños materiales tuvieron la misma oportunidad? ¿alguien se apiadó de ellas y les ofreció colaboración económica hasta que los seguros privados cubrieran mínimamente y en cantidades ridículas las contingencias de los atentados sufridos?
Pero aún hay más... leyendo la información descubro con, ahora sí, total estupefacción, que el Sr. García Escudero se encontraba de vacaciones en EEUU cuando ETA atacó su vivienda madrileña. Así pues recibió ayudas para restaurar, rehabilitar, recolocar, recomponer su vivienda pese a que no se encontraba en el lugar de los hechos cuando estos ocurrieron.
Alguien podrá preguntarse qué tiene que ver el tema de la presencia física del Sr. García Escudero en el lugar de los hechos. Quizás alguien diga que es demagogia pero me es absolutamente indiferente lo que algunos puedan pensar: el Sr. García Escudero recibió toda la ayuda necesaria a devolver en cómodos plazos para restaurar, rehabilitar, recolocar, recomponer su vivienda pese a no encontrarse en ella mientras que por esas mismas fechas, unos padres a quienes habían asesinado en 1987 a sus dos hijos de 13 y 9 años veían denegados sus derechos a ver reconocidas sus secuelas psicológicas y psiquiátricas “por no encontrarse en el lugar de los hechos”, en este caso el parking de “Hipercor”.
Esa diferencia en la aplicación de criterios es de una miseria moral que roza la inhumanidad. Por lo visto, es más importante solidarizarse en la restitución del patrimonio personal en lugar de hacerlo con quien pierde a su familia.
NOTA: (Sra. Cospedal, lo siento, no se moleste en querellarse conmigo. Algúno de sus seguidores lo intentó y perdió. Pero, dicho sea con todo respeto, lo que está ocurriendo es de una bajeza moral inimaginable en un país medianamente serio)
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