18 febrero 2013
Revista IMAGINA número 6 (Asociación 11M Afectados por terrorismo)
http://www.youblisher.com/p/551258-IIMagina-Revista-de-la-Asociacion-11M-Afectados-del-Terrorismo-Numero-6/
Gregorio Peces-Barba, ejemplo de solidaridad
Me piden los amigos de la Asociación “11M Afectados por terrorismo” que presente un escrito sobre mi relación con Don Gregorio Peces-Barba cuando hace poco tiempo que ha dejado esta actual España en crisis, tanto económica como de valores, sobre todo los valores que se esperan de ciertos representantes que no conocen la palabra “cumplir las promesas”. Y cuando me piden esta humilde colaboración todavía tengo en la retina los extraños repartos de las subvenciones dirigidas a las asociaciones de víctimas, de las que cada vez quedan menos. Me refiero a las asociaciones, porque muchas de ellas son utilizadas con fines idénticos a los lobys políticos. Y os preguntaréis ¿a qué viene todo esta explicación? ¿qué relación tiene con Peces -Barba? La respuesta es obvia: el no habría permitido llegar a esta situación.
Digo esto desde el prisma que me da haber compartido con él muchas horas de conversación y de trabajo y con ello hago pública mi admiración por su persona. Siempre mantuvo conmigo una posición positiva y un trato de respeto manifestando sus firmes convicciones democráticas sin olvidar cumplir los compromisos que me hubiera presentado con antelación y por ello le consideraré como una rara avis en el mundo de la administración política porque siempre buscaba el beneficio para el colectivo y no para si mismo.
Oír el nombre de Gregorio Peces-Barba sólo lo relacionaba con uno de los llamados “Padres de la Constitución ” y poco más. No había prestado demasiada atención ni a su persona ni a su labor y jamás me había preocupado sobre sus etapas como diputado en el Congreso, como Padre de la Constitución , Presidente del Congreso (pr cierto, con 338 votos a favor y ninguno en contra), Profesor universitario o Presidente de la Comisión Gestora de la Universidad Carlos III de Madrid y más tarde Rector de la misma.
Por ello y entre tanto, cuando el Presidente Rodríguez Zapatero le nombró “Comisionado para las víctimas del terrorismo” me pilló totalmente de nuevas y me pregunté qué méritos podía tener para tal nombramiento. No había sido víctima de ningún atentado ni tan solo objetivo de los terroristas, al menos que se supiera. Ese momento coincidió con mi etapa como Presidente de la Associació Catalana de Víctimes d'Organitzacions Terroristes (ACVOT), una etapa de la que me siento muy orgulloso y en la que pude poner en práctica los conocimientos y la experiencia adquiridos en doce años como delegado en Cataluña de mi querida antigua AVT, donde tuve elplacer y el honor de aprender muchos conocimientos por parte de ciertas víctimas y colaboradores que sentíamos como propios los problemas del resto de víctimas y que solo queríamos ayudar lo mejor posible a cuanta más gente mejor.
Mi conocimiento de la persona de Don Gregorio (o Gregorio desde el día que nos conocimos) fue consecuencia, una más, de todo el dolor ocurrido a raíz de los atentados del 11 de marzo de 2004, los cuales fueron el embrión para su nombramiento pocos meses después. Evidentemente aquellos cuatro brutales atentados conmocionaron a la sociedad y la clase política (también son sociedad, que nadie lo olvide) tuvo que dar un paso adelante importante. De ahí el nombramiento de Gregorio como Alto Comisionado. Siempre he creído que si en décadas anteriores se hubiera creado una figura similar, especialmente por la categoría humana, mucho del abandono y el desapego sufrido por las víctimas del terrorismo habría sido menor, mucho menor. Por desgracia, hasta principios de 2005 a nadie se le ocurrió semejante idea.
En la primera conversación mantenida con Gregorio me sorprendió la enorme información que tenía sobre mi historial de actividades en la asistencia integral a las víctimas del terrorismo. Seguramente sus colaboradores le pasaron un amplio dossier. Durante años he tratado con representantes políticos de casi todos los partidos y, salvo pocas y honrosas excepciones, siempre utilizaban a los curritos de sus respectivos departamentos para contactar, concertar e incluso recibir a aquellos con los que su máximo superior quisiera hablar. Me descolocó que tuviera personalmente el detalle de contactar conmigo para conocer la labor que efectuaba lo que él llamó la “trinidad catalana”, con lo cual daba la impresión de estar al día cuando en Cataluña éramos Sara Bosch, José María Fuster-Fabra y un servidor los que poníamos la cara para defender los derechos de tanta otra gente. De hecho, cuando se enteró que esa misma “trinidad” iba a colaborar con la Asociación “11M Afectados por terrorismo” no pudo disimular su satisfacción y ofreció su respaldo absoluto a nuestra/vuestra iniciativa.
Por las gestiones que llevábamos a cabo para ayudar a todas aquellas víctimas del 11-M que nos pedíais ayuda mantuve muchas conversaciones telefónicas tanto con Gregorio como con su equipo, especialmente José Manuel e Ignacio. En todas ellas el motivo era el mismo: conocer qué habíamos hecho durante tantos años anteriormente para asistir a las víctimas y presentar la experiencia acumulada en beneficio de todas aquellas que lo necesitaran, sin importar cual fuera la banda terrorista autora de los atentados. Y le importaba especialmente conocer los errores cometidos desde la Administración con la intención de no repetirlos. “Si lo bueno se ha hecho correctamente habrá que rectificar lo malo”...
Hay ciertos personajes a los que les molesta que me dedique a consultar mis agendas pero desde el día de mi atentado he anotado muchas de las situaciones vividas, las entrevistas compartidas, las propuestas presentadas, conseguidas o denegadas. Me consta que les molesta porque, seguramente, estos personajes no tienen nada apuntado, bien porque no han hecho nunca nada de provecho o bien porque, directamente, no saben ni escribir. Pero hoy, martes 1 de enero, escribo este artículo y tengo la oportunidad de revisar esas agendas... una manera como cualquier otra de empezar el año 2013. Y lo cierto es que van apareciendo temas que mejor tenerlos escritos porque ya lo dice el refrán: mejor lápiz corto que memoria larga.
Podría ofrecer muchas gestiones trabajadas con Gregorio y con su equipo. Muchísimas. Pero para no alargarme os ofrezco una que demuestra su compromiso personal y solidario con las victimas del terrorismo. Años atrás y a través de mi querida y antigua AVT colaboré en la realización de diversos proyectos. Uno de estos lo presentamos a quien era entonces Director de la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo (Ministerio de Interior). Un proyecto ilusionante y atrevido a la vez: se trataba de la necesidad de rascar en lo más profundo de las entrañas de la Justicia e investigar para localizar a cientos de víctimas de las que no teníamos datos. Todavía espero que aquel individuo tenga el detalle humano de responder a aquella petición. Seguramente le asustó tener que trabajar o aún peor, hacer ver que servía para algo en aquel cargo.
La situación cambió y una vez ese individuo marchó (o lo marcharon) se vivió una situación de impasse muy complicada a la que se añadió la intencionalidad de algunos de utilizar al colectivo de víctimas del terrorismo como arma partidista. No es necesario que abunde en esos momentos porque quien más quien menos recordará su propia experiencia para intentar desmarcarse de ese interés partidista que llevó a algunos a poner una víctima en el mitin del mismo modo que en otras épocas se ponía un pobre en la mesa por Navidad.
Tras el nombramiento de Gregorio los contactos fueron continuos y le planteé a él y a su gente aquel mismo proyecto. Gracias a los cientos de horas invertidos en investigar encontré mas de trescientas víctimas cuyos nombres y apellidos aparecían en sentencias de atentados ya olvidados en la mente colectiva. Tengo que decir bien alto y bien claro que la colaboración para encontrar a todas estas personas fue a impulso e interés de Gregorio y sus compañeros. Pasamos muchas horas trabajando y consiguiendo lo que podía haberse hecho diez años antes pero no importó a nadie: localizar a todos y cada uno de esos ciudadanos. Y un detalle que demuestra la dignidad de ciertos representantes de la administración, cualidad poco común: reconocer públicamente que el mérito del trabajo bien hecho no era de su exclusividad sino también de ciudadanos anónimos que con sus propuestas y su trabajo consiguen empujar a la administración a mover su lenta y anquilosada infraestructura. Poco mas o menos lo que habéis conseguido en la Asociación “11-M Afectados por Terrorismo”.
Podría explicar muchas anécdotas vividas con Gregorio y muchas conversaciones mantenidas con él. Podría hablar de las numerosas invitaciones recibidas para participar como ponente o como asistente a la “Universidad Carlos III” de la que Gregorio fue Rector. De hecho, me planteó ser asesor de la misma en materia de terrorismo, lo cual es para mi un enorme honor y una gran responsabilidad.
Hablaba de anécdotas y para no alargarme presentaré otra. Primero la negativa: la viví en Valencia, en el llamado “Congreso de Víctimas del Terrorismo”. Allí nos encontrábamos, según los organizadores, cuatrocientas víctimas. Cuando Gregorio Peces-Barba empezaba su conferencia, (no lo olvidemos, Padre de la Constitución que algunos dicen que es sagrada e incontestable), unas cuarenta víctimas se levantaron y se marcharon de la sala de congresos, simbolizando un plante a su persona. Muchas de esas víctimas se han posicionado públicamente a favor de la Constitución Española y en contra de cualquier modificación de la misma pero no respetaron a uno de los siete creadores de la misma. Aquellas cuarenta víctimas habían estado organizando el “boicot” al discurso de Gregorio e incluso una de ellas se pavoneaba diciendo textualmente por los pasillos: “le hemos jodido el discurso a ese gordo de mierda”. Pues no se yo... si éramos cuatrocientas y solo se marcharon cuarenta... seguro que esa víctima no era una lumbreras en matemáticas aunque algunos la tengan y la mantengan como un icono.
Otra consecuencia positiva de la colaboración mutua en la investigación descrita anteriormente nos lleva a la tesitura en que, una vez íbamos localizando a todas esas víctimas no teníamos nada que ofrecerles, excepto la amistad. Suena extraño pero es que la legislación aprobada en 1999 cerraba la puerta a muchas otras víctimas que pudieran ir siendo localizadas y no se les ofrecía derecho alguno al haber transcurrido el tiempo establecido desde la entrada en vigor de la ley. O sea, lo que llamaríamos los “p...uñeteros plazos”. Lo cierto es que había poco que hacer y las conversaciones mantenidas con diferentes parlamentarios españoles no fructificaban porque no se apreciaba ningún interés para mejorar aquella legislación. Desde luego los que aprobaronm aquella legislación tenían mucha prisa en cerrarla, seguramente porque la banda terrorista estaba “en tregua” y no pensaron en que aquellas prisas traerían poco más tarde situaciones totalmente surrealistas.
Fue el jueves 10 de marzo de 2005 en el despacho de la Avenida Pio XII en Madrid. Coincidiendo con la invitación de los amigos de “Asociación 11-M Afectados por Terrorismo” para unos actos de recuerdo y homenaje a “vuestras” queridas víctimas, se preparó una reunión con Gregorio Peces-Barba, José Manuel Rodríguez e Ignacio Perez con la intención de gastar el último cartucho: intentar encontrar una solución para que todas aquellas víctimas que íbamos localizando en Cataluña pudieran tener los mismos derechos que las ya encontradas desde que empecé mi labor en 1989 y así hacer extensiva esa búsqueda a víctimas en toda España. Una vez presentado el proyecto a los tres representantes del Ministerio del Interior y estudiadas las posibilidaes, recuerdo que Gregorio se levantó y dijo: “esperad un rato que llamo por teléfono y vuelvo”. A los 15 minutos regresó con la solución al problema. Nunca me dijo a quien llamó ni qué le dijo pero al día siguiente el Consejo de Ministros firmaba una modificación en la ley por la que aquellas víctimas localizadas en el último año tenían seis meses (precisamente desde el 11 de marzo al 11 de septiembre) para presentar las solicitudes al Ministerio de Interior.
Podría continuar con muchos recuerdos más, con muchas llamadas, revisar situaciones en las que estábamos trabajando tres o cuatro víctimas y de repente sonaba un teléfono para consultarnos sobre algún tema en concreto. Daría para muchas más páginas que servirían para homenajear a una persona que se interesó en las víctimas del terrorismo pero el espacio se agota.
Y todavía aparecerán protestando aquellos que mientras llamaban “fascista” al Lehendakari Patxi López perdían el culo por hacerse una fotografía con él o aquellos que llamaron de todo menos bonito a Gregorio mientras después le exigían que “respetara” a las víctimas. A esos ignorantes que acusaban a DON GREGORIO PECES-BARBA MARTINEZ de no hacer nunca nada por las víctimas del terrorismo les digo que consulten la opinión a los cientos de víctimas que se vieron beneficiadas por su trabajo. Y el de su equipo.
Gregorio, allí donde estés, recibe un cordial abrazo.
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