09 abril 2013 (03.04.13)
La caza de Ada Colau
Teodoro León Gross
“Querían marcarme como los nazis a los judíos”. González Pons, ante el ruido del “escrache” en la puerta de su casa, se retrata como una víctima del gheto tras la noche de los cristales rotos. Y eso es pasarse veinte pueblos. Los excesos del “escrache” denigran las protestas de quienes patalean ante la guillotina del desahucio, pero la comparación recurrente con los nazis es un truco chusco. Los nazis de hecho eran el poder y los afectados de las hipotecas son perdedores. Es una caricatura retorcida retratarles como una división de los SS contra los pobrecitos altos cargos políticos y banqueros estigmatizados por esas caceroladas. Y si no nazis, los etiquetan también de filoetarras, como Cifuentes, esa Barbi con ínfulas de General Patton que ha establecido una conexión tangencial parta acabar relacionando las protestas de los hipotecados con la kale borroka. En España todo acaba a brochazos goyescos.
Desacreditar a Ada Colau parece haber sido la consigna desde su paso implacable por el Congreso como la “Pasionaria de los desahuciados”. En pocos días le han volteado la biografía y le han abierto todos los cajones a su currículo. Los miemos que se rasgan las vestiduras por acosar a Feijóo con una foto de los noventa, exhiben la ficha del “pasado okupa” de Ada Colau hace una década larga. Aquí el rasero moral rige según el color del carné. Va de suyo que Ada Colau no es la clásica chica bien del barrio de Salamanca o de Puerto Portals, sino una mosca cojonera áspera e incómoda. Es su papel. Y por eso van a por ella, con una campaña por cierto casi calcada del ataque contra Pilar Manjón tras cantar las cuarenta a los diputados en la comisión del 11-M. Si la izquierda abusa de su petulancia moral, en la derecha existe ese instinto de cacería contra sus Némesis. Y los medios conservadores se han lanzado a degüello como en las cargas del Álamo.
La estrategia ha funcionado porque desde hace días ya no se habla de la reforma en falso de una ley injusta, devuelta a los corrales desde Europa bajo la sombra de miles de desahucios turbios, sino del “escrache” y esa chica mala. Y sí, cualquier acoso es censurable sobre todo si invade intimidatoriamente el territorio privado. No todo vale. Pero etiquetarlos de nazis cruza la línea roja de la sinrazón. Los afectados de las hipotecas no son un aparato de poder sin escrúpulos, sino los perdedores de un sistema pervertido. Esa gente se queda sin casa mientras los triunfadores guardan sus cuentas suizas, se colocan jueces a medida, se autoconceden indemnizaciones y se recolocan a cargo del partido. En casos así, como recomendaba Albert Camus, mejor no estar del lado de quienes escriben la historia sino de quienes la padecen. Sobre todo cuando está claro quiénes escriben la historia y quiénes la padecen.
Opinión:
Primero, agradecer a los amigos y amigas que me han ido informando de la publicación de este artículo de Teodoro León Gross en diferentes periódicos (ver listado al final de opinión). Creo que una semana después ya va siendo hora de colgarlo.
Primero, agradecer a los amigos y amigas que me han ido informando de la publicación de este artículo de Teodoro León Gross en diferentes periódicos (ver listado al final de opinión). Creo que una semana después ya va siendo hora de colgarlo.
Señor González Pons: estoy hasta las mismísimas p…. de que se compare usted (en minúsculas) con los judíos perseguidos por los nazis porque haya quien pueda tener un criterio o una opinión diferente a la que usted (con minúsculas) considera la verdad absoluta.
Yo, que soy víctima de ETA desde 1987 jamás me he sentido como debieron sentirse aquellos judíos en los tiempos del cabrón asesino de Hitler o de sus secuaces. Y le diré más, señor González Pons: he organizado actos de homenaje y por tanto he tenido el placer de conocer personalmente a víctimas del holocausto que son un millón de veces más personas que usted (en minúsculas).
Por cierto, hace unos días ya avancé en este humilde blog que tras acusar de pro-terroristas a los miembros de la PAH los siguientes serían los afectados por las preferentes y/o las subordinadas. Creo que no tardarán demasiado en llegar a este extremo ni usted (con minúscula) ni la gentuza como usted (con minúscula). ¿O es el Alcalde de Moaña un filoetarra?
Para terminar, señor González Pons, quiero que sepa usted (con minúsculas) que he recibido llamadas de víctimas del terrorismo que tienen serios problemas con los desahucios y cuyas opiniones no le dejan ni a usted (con minúsculas) ni a la señora Cifuentes o al señor Basagoiti en demasiado buen lugar… ¿son esos ciudadanos también pro-terroristas? …señor González Pons, su prepotencia y sus modos insultantes me recuerdan a los que sufrí en una entrevista de televisión cuando alguien muy próximo a sus tesis dijo que mi “visita al terrorista de Hipercor había sido como una excursión de ocio”. Cuando le expliqué las razones de interés social, jurídico y ciudadano para tal encuentro le pedí que se retractara y tuvo el detalle de hacerlo, lo cual le honra. Otros tres imbéciles ni siquiera se preocuparon de preguntar y opinaron desde su más absoluta mediocridad personal y moral.
Sólo espero que tenga usted (con minúscula) la mitad de dignidad que tuvo su compañero ideológico para hacer lo mismo con los ciudadanos de la PAH.
Pero no espero nada de usted (con minúscula).
El artículo de Teodoro León Gross ha sido publicado, al menos, en:
Sur de Málaga
Las Provincias
Ideal de Granada
Rioja
Hoy de Badajoz
El Correo
Diario Vasco
Diario Montañés
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